Una jirafa en Copenhague
Entrevista Intrapersonal Confrontada: Omar Jerez con ¡Arturito hijo, para un rato ya!
Omar Jerez

Prólogo
¡Arturito, hijo, para un rato ya! Una fábula en el museo
¡Arturito, hijo, para un rato ya! es un ejercicio de prestidigitación narrativa.
El experimentado pulso literario de María Pilar Balado conquista en una impecable concatenación de hechos, asumiendo que la imaginación, la fantasía o la aventura conforman en su obra un triunvirato perfectamente sincronizado que atrapa y conmueve a los lectores más jóvenes, en un bello acto democratizador de los pensamientos, los sentimientos y las emociones.
Me atrevería a decir que es la primera vez que he leído una obra dos veces seguidas en una misma mañana con sumo deleite, ya que consigue que mi yo adulto vuelva a ser un preadolescente compasivo, donde soñar y vivir un mundo paralelo de luz y color no solo es posible, sino que se hace necesario y alcanzable con ¡Arturito, hijo, para un rato ya!
Los padres que busquen el estímulo creativo de una lectura redentora para sus hijos, ¡Arturito, hijo, para un rato ya! es la obra que cumple con todos los requisitos para llevar a cualquier joven a un planeta mitológico donde la inventiva, el entretenimiento y, sobre todo, la empatía hacen perfectamente su función pedagógica de manera amistosa.
María Pilar Balado se muestra como una gemóloga del descubrimiento en la narrativa juvenil, plasmando con esta pequeña joya un mundo de gamas y sinestesia.
No se me ocurre una obra que describa con más acierto y sensibilidad cómo son la problemática del bullying y la condición del TDAH (trastorno de déficit de atención) con la sutilidad y el calibre psicológico como ha logrado María Pilar Balado con ¡Arturito, hijo, para un rato ya!
Dos temas en un mismo combo, abordados con profundo respeto por parte de la autora María Pilar Balado, que conoce y observa, como ha hecho a lo largo de toda una carrera profesional más que reconocida y consolidada, pautas del comportamiento que se dan entre los más jóvenes.
Si esto no fuera suficiente motivo para adquirir y releer ¡Arturito, hijo, para un rato ya!, las ilustraciones que acompañan a la narrativa incitan a subirte a cada una de las peripecias cromáticas que Arturito vive en su particular parque temático.
Un trabajo mayúsculo y soberbio el de la escritora e ilustradora María Pilar Balado.
Entrevista Intrapersonal Confrontada: Omar Jerez con ¡Arturito hijo, para un rato ya!
Tengo nueve años, me llamo Arturito y me han diagnosticado TDAH. ¡Ah!, y soy el prota de un libro muy chuli.
Hoy mamá me ha traído a un estudio pero la gente no estudia, yo no entiendo esto pero me ha dicho que me comporte. ¡Vale! Pero si no estudian, no es un estudio se pongan como se pongan. ¡Ea!
Ha venido a la puerta una chica muy guapa, se parece mucho a la guía del museo y sonríe igual que ella. Yo creo que son hermanas pero me ha dicho que no la conoce. Luego ha seguido hablando con mamá pero yo ya estoy en la máquina del agua. Me gustan muchos estas fuentes, aunque no son fuentes pero sale agua.
Mamá ya se está disculpando pero no sé qué habrá hecho ahora. Ella siempre está pidiendo perdón todo el rato, y yo no veo que haga nada malo; creo que tiene un tictoc de esos. Se lo diré al doctor Ribera el martes.
Un señor con gafas redondas (parecen dos piruletas) me pone la mano en el hombro y me enseña una foto. Dice que es su hijo. Vamos a una sala pequeña y nos sentamos. La guapa está enfrente de mamá y a mí me han traído un mono de peluche azul. Dice que es Triscas. ¡Está loquita esta señora! Le voy a explicar que Triscas está dentro del museo pero mamá me interrumpe en lo mejor y dice que ella tiene preguntas para mí.
Hola Arturo, bienvenido ¿cómo estás?
Hola. Gracias. Bien
¿Cómo prefieres que te llame? ¿Arturo?
¿Arturito? Arturo García de la Osa Ruiz-Somontano. Ese es mi nombre. Pero si me llamas Arturito también se vale. Mi abu me llama Arturito pero mi madre le dice que me llame Arturo ¿tú tienes abuela? Mi abu hace las croquetas muy ricas ¿tu abu hace croquetas? ¿y tiramisú? La mía no hace postres; mi madre no le deja hacerme cosas dulces…
¡Ah! Entiendo.
¿Si? Pues yo no. A mí me gusta el dulce y no me lo dan. Voy a por agua, espera que vengo.
- Cinco eternos minutos más tarde, Arturito regresa.
No sé si la máquina funciona bien. Se ha estropeado. Ya no le sale agua. ¡Toma! Esto es un botón de la máquina. El azul sí funciona pero este ya no.
- Arturito entrega a la guapa rubia el pulsador rojo de la máquina del agua. Aún está mirando con los ojos muy abiertos al crio cuando este vuelve a levantarse.
Perdona Arturo, me gustaría saber si has tenido noticias de Costas.
¿Esto qué es? Me gusta, ¿para qué sirve?
¡Cuidado! Es el ratón inalámbrico del jefe ¡No! ¡Eso no!
¡Anda! ¡qué chuli! ¡como brilla!
- Arturito ha encendido de golpe todas las torres de los informáticos de la redacción. Llenas de neones empiezan a parpadear al ritmo de una música imaginaria a la que el niño baila. Hemos tardado diez minutos en conseguir que vuelva al sillón, recoger el agua del suelo y apagar los ordenadores antes de salir todos volando o quemados por un cortocircuito. O vete tú a saber qué. Vendrán, otro día….me temo.
- Ha pasado una semana desde la primera visita de Arturo a la redacción. Me pilló por sorpresa y no supe reaccionar. Esta vez ya estoy preparada. Ni un café he tomado hoy. Solo tilas e infusiones de valeriana. Una taza más y me bajará la tensión al subsuelo.
Bueno Arturo,¿seguimos?
¿Dónde nos vamos? Me habías dicho que viniese aquí ¿verdad mami?
¡Si! Quieto, quieto. Que si continuamos con la entrevista quería decir.
¿Y eso qué es?
Pues yo pregunto y tú respondes.
¿Un examen?
Sí, pero fácil.
Vale. Me gustan los exámenes. A Ramirito no le gustan. Nunca contesta a todo, siempre se deja algo. Yo a veces. A veces bien y a veces mal. No me gusta escribir.
Pero las historias si te gustan ¿verdad? Las de piratas, de magia, de animales… ¿no?
¡Sí! Son muy guays. Mi madre me cuenta historias y la abu también. Me leen los cuentos pero a mí me gusta ir al cine y las palomitas y la bebida de cola pero mi mama no me deja beberla toda entera. Solo un poco. Papá si me deja.
¿Te gusta el cine entonces?
Fuimos una vez. Era una peli de dibujos de un niño que ya era grande pero quería ser pequeño y volaba por el cielo con otros chicos y una niña mayor; y había un cocodrilo malo, y un barco que iba a una isla….
- La madre de Arturo señala a la joven reportera que se ha quedado dormida sobre su grabadora. Madre e hijo salen del estudio sigilosamente para no despertarla.
- Cuatro días más tarde vuelvo a llevar a Arturo al set de entrevistas. He hablado con la reportera y creo que ya ha entendido cual es la solución. Llamó muy avergonzada, casi llorando por haberse quedado dormida durante nuestra visita. Empezó con algunas excusas referentes al mucho trabajo, su situación en el periódico y todo lo que debía hacer sin rehusar nada. Pude notar como se relajaba al otro lado del teléfono cuando le dije que la entendía y que yo me desquiciaba muchas veces, que también había recurrido a los calmantes y relajantes en alguna ocasión y que a veces era muy difícil la convivencia. Que desde que Arturito empezó su tratamiento la Mejora era evidente y que aunque hay momentos duros, ya puedo ver la luz en la oscuridad del túnel de la incertidumbre. Le he explicado que Arturito requiere su tiempo, y esto es lo que vale. Que le deje hablar aunque se vaya del tema, que no se agobie con sus propios anhelos y le conceda a mi hijo el poder expresarse según él lo sienta. Después, ella analizará todo el material de la historia de Arturito y a lo mejor, es posible que pueda escribir un libro sobre lo que sucedió en el Museo el día de la excursión del Colegio.
*Entrevista Intrapersonal Confrontada (O cómo responder y después preguntar)
Oficialmente el género periodístico que creé en el año 2013 ya es científico y académico por parte del periodista Rubén Villalba Jiménez que presentó su TFG en la Universidad Rey Juan Carlos bajo el amparo de su tutora Marina Santín Durán con una nota media de 9,75 con el título: La autoentrevista como género periodístico: El caso de la Entrevista Intrapersonal Confrontada.
La entrevista es un género periodístico fundamental. De hecho, se podría considerar su piedra angular, porque permite al periodista confirmar, acceder y conocer los hechos de manera directa, sin intermediarios, hablando con la fuente y estableciendo un diálogo con los protagonistas.
Lamentablemente, y salvo honrosísimas excepciones, la entrevista, ese momento excepcional que combina conversación, reto y seducción, se ha convertido en un acto seco, forzado, en el que demasiado a menudo el entrevistado no quiere responder y al entrevistador le da lo mismo que no quiera. El momento sublime que permite al periodista ejercer su derecho a preguntar se transforma en un trámite, una penitencia o directamente un combate tosco y sin ningún vencedor.
En otras ocasiones, los entrevistados han tenido una clase por parte de sus asesores para evitar, rodear o directamente eliminar preguntas incómodas, que suelen ser precisamente las que el periodismo debe y puede hacer. El resultado, nuevamente, queda en un limbo de medias verdades y frases insulsas. Por no hablar de las entrevistas promocionales asociadas a algún producto cultural, tipo cine, literatura y música, donde la superficialidad es tan apabullante que se podrían mantener las preguntas hechas años antes y tendríamos la certeza de encontrar las mismas respuestas.
Ante este panorama, desolador y habitual en demasía, el artista y creador Omar Jerez propone una nueva fórmula, una nueva aproximación al género que exige una complicidad de ambas partes (tomando como inspiración las entrevistas noveladas que hizo durante años Milan Kundera) para generar un contenido atractivo, valiente, que enriquezca al lector y que suponga una aventura donde ni el camino ni el destino queda prefijado.
El nuevo concepto se llama Entrevista Intrapersonal Confrontada, (EIC), y tiene como cimiento inamovible la siguiente premisa: el entrevistado genera un discurso a priori, provocado y sugerido (o no) por el entrevistador, y posteriormente el periodista edita y da forma periodística a ese contenido. Se crea una arcilla pura que será moldeada por las manos expertas del entrevistador, a posteriori.
A continuación se exponen los 10 puntos que definirán cualquier EIC que se haga a partir de ahora, y que creemos supone una innegable revolución en este género. Es tan sencillo como invertir el orden para recuperar la pureza que nunca debió perder.
Decálogo para una Entrevista Intrapersonal Confrontada (EIC)
- Cualquier persona, tenga o no relevancia pública, podrá solicitar a un periodista la realización de una EIC. Igualmente, cualquier periodista podrá solicitar la realización de una EIC a cualquier persona o personaje.
- Cualquier EIC tiene como base fundamental la relación que se establece entre el periodista y el entrevistado, así como la reinterpretación del concepto de entrevista para el siglo XXI.
- Una vez aceptada la realización de la EIC, se propondrá, por cualquiera de las partes, un tema sobre el que girará la narración, así como su extensión. Igualmente podrá ser de libre elección si así se decide de mutuo acuerdo.
- El entrevistado construirá libremente una narración sobre la temática escogida, que podrá ser creada en cualquier formato: texto, audio, vídeo, ilustración, así como cualquier combinación entre estos. El periodista no intervendrá nunca en esta parte del proceso.
- El periodista recibirá esa narración y a partir de ahí construirá una EIC en la que se compromete a mantener el sentido del texto original, y podrá modificar, eliminar, ampliar o extender la entrevista para tratar de llegar a la naturaleza real del entrevistado. Podrá solicitar más información al entrevistado, así como convertirla a otro formato.
- Bajo ningún concepto el periodista podrá utilizar la información en bruto para difamar o menoscabar la figura o reputación del entrevistado.
- El periodista deberá entregar una copia de la EIC antes de su difusión al entrevistado para que la confronte y certifique que se ha mantenido el sentido original, no entrando éste en consideraciones de estilo y forma.
- El periodista puede declarar la EIC nula si percibe que está falseada o que el entrevistado se aleja del objetivo principal, que es un ejercicio de honestidad consigo mismo.
- El espectador, para poder completar la experiencia, debería tener acceso al discurso en bruto enviado por el entrevistado y la EIC definitiva, para comparar y enriquecer la lectura/visionado/escucha del proceso.
- Al contrario que en la entrevista clásica, en cualquier EIC la búsqueda de la verdad queda supeditada a la experiencia compartida, confrontada y colaborativa entre las dos partes.
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