El Festival de Bergen, que
celebra sus setenta años esta primavera, es un vibrante acontecimiento de
teatro y música clásica y popular que engalana la ciudad por dos semanas, en la
calle y en lugares emblemáticos como el Grieghallen, una modernísima sala de
conciertos y sede de la filarmónica de la ciudad, y el medieval y legendario
Hakkonshalle. Y en las afueras, Trodlhaugen, la mágica residencia de Edward
Grieg.
Un enorme poster de Lise Davidsen, la joven soprano noruega coronada por la
publicidad como la diva operística del momento dominó la fachada del
Grieghallen en este festival. Con razón, porque en la velada inaugural Davidsen
cantaría nada menos que su primera Tosca, en una versión de concierto y con
otras dos figuras estelares, el tenor Freddie De Tomasso, como Cavaradossi, y
Bryn Terfel en el rol de Scarpia. Y pocas veces…
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