Alemania

Klavier-Festival Ruhr

Anne Sophie Mutter recibe el Premio Klavier-Festival Ruhr 2023

Juan Carlos Tellechea
jueves, 8 de junio de 2023
Anne-Sophie Mutter recibe el premio del Ruhr Piano Festival 2023 © 2023 by Peter Wieler Anne-Sophie Mutter recibe el premio del Ruhr Piano Festival 2023 © 2023 by Peter Wieler
Essen, viernes, 2 de junio de 2023. Gran sala auditorio Alfried Krupp de la Philharmonie Essen. Anne Sophie Mutter (violín), Lambert Orkis (piano), Maximilian Hornung (violonchelo). Ludwig van Beethoven, Trío en re mayor para piano, violín y violonchelo op 70/1 (Geistertrio). Sebastian Currier, Ghost Trio for Piano Trio (composición comisionada y dedicada a Anne Sophie Mutter). Clara Schumann, Tres romances para violín y piano op 22. Johannes Brahms, Sonata para violín y piano en re menor op. 108. Bises: John Williams, Nice to be around, El largo adiós (estreno en Alemania), Transcripción del tema de La lista de Schindler, para violín, violonchelo y piano. Organizador Klavier-Festival Ruhr. Patrocinador Nationalbank Essen. 100% del aforo.
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La consagrada violinista Anne-Sophie Mutter fue galardonada este viernes con el Premio Klavier-Festival Ruhr 2023 por su constante compromiso en la promoción de jóvenes talentos y nuevas obras musicales. 

El director general y artístico del Festival, profesor Franz Xaver Ohnesorg, entregó el premio a la artista, tras un inolvidable concierto de Mutter junto con el pianista Lambert Orkis y el violonchelista Maximilian Hornung con obras de Ludwig van Beethoven, Clara Schumann, Johannes Brahms, así como el Trío Fantasma (2018) de Sebastian Currier, dedicado a la violinista, quien cumple 60 años a finales de este mes.

El Premio está vinculado a una beca que la galardonada violinista puede conceder libremente: Anne-Sophie Mutter, junto con Lambert Orkis, eligió a Madalina-Claudia Danila, pianista rumana de 32 años residente en Estados Unidos. Danila dará su concierto de debut en el Festival de Piano del Ruhr en 2024 como becaria.

El profesor Ohnesorg rindió homenaje a Anne-Sophie Mutter como una destacada iniciadora de nueva música, que ha estrenado 31 composiciones en sus 47 años de carrera, incluidas varias obras de André Previn encargadas conjuntamente con el Festival de Piano del Ruhr. La distinción se concede anualmente desde 1998. Hasta ahora han sido galardonados artistas como Martha Argerich, Daniel Barenboim, Philip Glass y Chick Corea.

Además, el intendente Franz Xaver Ohnesorg elogió la lealtad de la violinista hacia este Festival, en el que ha actuado por decimoquinta vez desde su debut en 1995 en Gelsenkirchen. De forma desinteresada, Anne-Sophie Mutter también tomó la iniciativa junto con el profesor Ohnesorg de organizar un concierto benéfico para niños ucranianos en la primavera de 2022, en el que interpretó el Triple Concierto de Beethoven.

El compositor Jörg Widmann destacó en su discurso laudatorio la "singular carrera" de Mutter; su compromiso con la música contemporánea es "desde hace mucho tiempo una leyenda, pero en modo alguno una obviedad", subrayó.

Beethoven

El concierto se inició con el Trío para piano, violín y violonchelo en re mayor op 70/1 de Ludwig van Beethoven (Geistertrio, Trío fantasma), seguido  por un guiño de Sebastian Currier con su Ghost Trio (2018) una pieza comisionada y dedicada a Anne-Sophie Mutter y estrenada por ella en 2019 en el Carnegie Hall de Nueva York. 

Parece una decisión pertinente, dado el carácter, de algún modo, complementario de estas dos obras de dimensión metafísica. Por no hablar del hecho de que las dos piezas, bien conocidas, aunque solo sea por su subtítulo y su título, respectivamente, captan sin duda la atención del público. Su visión es, si no innovadora, al menos militante. En ella hay motivos para revisar, y quizás combatir tenaces tópicos. En primer término,  sobre la escritura vertical y rítmica de Beethoven, que requeriría una profusión de habilidades motrices. Luego, la debilidad de la melodía en la música de Beethoven; y por último, el dominio, en estos tríos, del piano sobre sus compañeros. 

Ciñéndose a la última afirmación, no es tan cierto que la parte del piano sea tan prominente en estas obras como para abrumar al violín y al violonchelo. En el Vivace e con brio del op 70/1 el imperioso primer tema se lanza al unísono, trabajado con brillantez, pero sin ostentación. El entrelazamiento de las tres voces es evidente en el desarrollo, una especie de sistema de variaciones basado en el tema, donde, aunque el teclado parece ejercer cierta supremacía, el diálogo entre violín y violonchelo no es menos decisivo. 

Fantasmagórico

El enfoque evita cualquier intento de pulsación excesiva. La melodiosa frase que abre el Largo assai ed espressivo desmiente el otro cliché antes mencionado, tan contenida es la interpretación de los presentes intérpretes. Hay incluso cierta tragedia en el desarrollo, que subyuga el lirismo del tema melancólico reduciéndolo a sus límites expresivos en el registro grave del piano, mientras que las dos cuerdas proporcionan un sostén casi inquietante. 

Este segundo movimiento, el corazón de la obra y una de las piezas más originales de Beethoven, fue apodado el Trío fantasma por sus sonidos oscuros. La designación se remonta al alumno de Beethoven Carl Czerny, quien, como escribiera en 1842, este movimiento lo llevó a evocar  la primera aparición del fantasma en la tragedia Hamlet de William Shakespeare

El carácter de este Largo, que se interpreta muy lentamente, es fantasmagóricamente espeluznante, como una aparición del inframundo.


En el Presto final, la melodía del primer tema es un sucedáneo, un movimiento en el que los tres protagonistas se turnan para compartir el protagonismo. Liberado de las complejidades contrapuntísticas del primer movimiento, el Trío lanzó fuegos de artificio musicales. El sonido global pleno, el virtuosismo fulgurante, los puntos de parada y las pequeñas cadencias pianísticas estuvieron, sin embargo, siempre subordinados a la tonalidad transparente exigida.

Ghost Trio

Humor, alienación y ecos alucinatorios de músicas pasadas se unen en el Trío Fantasma de Sebastian Currier. En nueve sucintos movimientos, algunos de los cuales no superan una o dos frases, con títulos como "Remoto", "Misterioso" y "Contundente", esta obra entreteje referencias fugaces -y distorsionadas- a tríos para piano de Beethoven, Felix Mendelssohn, Brahms, Franz Schubert y otros en su propio lenguaje intrincado y emocionalmente centrado. 

Estas citas son en gran medida sutiles, utilizando el pasado como inspiración y creando una obra original, a menudo inquietante. El primer movimiento es, en efecto, "lírico", como sugiere su título, pero también desquiciado, un dúo errante entre las cuerdas. En el "Ghost Scherzo", una constante sensación de movimiento teje su camino entre los instrumentos, comenzando en el áspero rasgueo de las cuerdas, y pasando a cascadas ondulantes en el piano mientras el violín y el violonchelo cantan una inquietante melodía encima. "Misterioso", el séptimo movimiento, termina en un parpadeo, pero deja una imagen poderosa y gélida. El sexto, "Syncopated", choca un poco con el resto de la pieza, una danza con influencias de jazz y ritmos en constante tensión. 

En dúo con Mutter, la interpretación de Orkis es infaliblemente atenta. En este caso, su brillantez técnica pasó a primer plano, mientras que el violonchelo de Maximilian Hornung añadió profundidad y contorno con su resplandeciente timbre.

Clara Schumann

En este recital, Anne-Sophie Mutter y Lambert Orkis unieron la música de Clara Schumann con la de Johannes Brahms; un programa inteligentemente construido y magistralmente interpretado. Las Tres Romanzas para violín y piano op 22 de Clara Schumann, su última obra de música de cámara, no palidecen en comparación con las composiciones de su marido o del joven Brahms, amigo de la familia. Aunque la obra está dedicada al violinista Joseph Joachim, el piano desempeña un papel esencial y la escritura es, en general, de tono intimista. 

La primera Romanza, Andante molto, presenta una cálida frase de violín sobre un acompañamiento de piano que la complementa con gusto y añade algunos adornos. La segunda, Allegretto, con un tierno fluir, es bellamente sincera. La última, Leidenschaftlich schnell (Con apasionada rapidez), se desarrolla en varias secuencias, fluida al principio, dando paso a un intenso discurso del violín, para luego volver al tempo inicial. 

Johannes Brahms

También el final del concierto es de una hermosura que seduce a la platea. La Tercera Sonata para piano y violín en re menor, op 108  (1888), una obra maestra pura y extrovertida, quintaesencia de la música de cámara, no solo por su desbordamiento temático, sino por la afirmación de un mayor dramatismo. Dedicada a su amigo Hans von Bülow, la sonata está magníficamente escrita para  un piano virtuoso, especialmente en el final, Presto agitato, que despliega un fuego impetuoso, que todo lo consume. 

El violín, sin embargo, no tiene nada que envidiar ni en pasión ni en sagacidad instrumental, especialmente en la vasta y brillante coda. Anne-Sophie Mutter y Lambert Orkis favorecen un estilo muy interior, marcado por momentos de reflexión y una ralentización del flujo a veces muy pronunciado, como en la mitad del Adagio. No es que el contoneo rítmico del tercer movimiento, una especie de interludio de fantasía, no aporte contrastes bienvenidos y necesarios.

Esta interpretación nos adentra en un mundo revisitado por la preocupación de resaltar al máximo la singularidad de esta obra. Cultiva el arte del semitono, posible gracias a una amplia gama de dinámicas sonoras y de tempo. Los instrumentos tocados, el Stradivari ''Lord Dunn Raven'' (1710) de Mutter, y el Steinway D de Orkis, desempeñan un papel importante en esta visión, decididamente virtuosa. 

Vivace

Fue una verdadera fiesta para Anne-Sophie Mutter, sobre quien se estreno a finales de marzo pasado un filme documental biográfico titulado Vivace. Es esta "una forma de mantenerse viva artísticamente", dijo en el acto de entrega del Premio Klavier-Festival Ruhr. Con su Fundación, la violinista lleva muchos años apoyando financieramente, artísticamente, en la compra de valiosos instrumentos o en el encargo de nuevas composiciones a instrumentistas de cuerda de gran talento.

Anne-Sophie Mutter describió el premio, simbolizado por un gráfico (Op-Partitur) de Günther Uecker, como un "incentivo para mí". Subrayó el extraordinario papel que desempeña el Festival de Piano del Ruhr para la región, que se demuestra, entre otras cosas, en su labor educativa: De forma ejemplar, el festival consigue "integrar a los niños (del distrito socialmente conflictivo) de Duisburg Marxloh a través de la música, darles voz, tratarlos como seres humanos con respeto y darles una oportunidad".

Tirón de oreja a los políticos

Este logro debería "contagiarnos como el fuego y también mostrar a los políticos el poder que desarrolla la música y el gran regalo que es". Al final de la velada, Anne-Sophie Mutter dedicó el estreno alemán de The Long Good-Bye, del compositor John Williams, al director artístico saliente, profesor Franz Xaver Ohnesorg, y dio las gracias a su entusiasta público con una melodía del tema musical de Williams para la banda sonora de La lista de Schindler arreglada para trío.

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