Estudios literarios
Georg Büchner, horror de tiranos y autócratas
Juan Carlos Tellechea

La inocultable trascendencia político-democrática del prestigioso Premio de literatura Georg Büchner, que se entrega en Alemania desde 1951 por la Academia alemana de la Lengua y la Poesía, salta a la vista cuando se lee la nómina de los artistas galardonados desde su fundación, hace un siglo, y se observa que la distinción no fue concedida entre 1933 y 1945; precisamente durante el período del régimen belicista, antisemita y genocida nacionalsocialista de Adolf Hitler.
Hubiera sido demasiado peligroso para la camarilla de criminales en el poder exponer sus bárbaros actos ante la crítica mirada de creadores artísticos e intelectuales defensores de la democrática (aunque inestable) República de Weimar, tras la catástrofe de la Primera Guerra Mundial (1914 – 1918). No es casualidad que aquel salvajismo se repita hoy, calcado hasta el más mínimo detalle, bajo tiranos y autócratas corruptos, partidarios de la represión y la guerra para resolver conflictos.
Aniquilados
Los tres fundadores del Premio Georg Wilhelm Leuschner (ejecutado en 1944, como complotado en el atentado contra Hitler del 20 de julio de ese año), Carlo Mierendorff y Theodor Haubach, quienes fueron posteriormente miembros del denominado Círculo de Kreisau). Este es el abyecto, ignominioso, abominable y corrupto legado del fascismo, en todas sus variantes, que procura todavía hoy con ardides, engaños y cantos de sirena hacerse de nuevo en el poder en Europa, tras aquellas atroces experiencias.
Este año el jurado de la Academia Alemana de la Lengua y la Poesía concedió el Premio Georg Büchner al escritor Lutz Seiler, un ex trabajador de la construcción y carpintero de la región del estado federado de Turingia, distinguiéndolo por haber iniciado su itinerario ''con sonoros volúmenes de poesía, antes de encontrar su camino hacia la narrativa'' y seguir ''siendo un poeta tan claro como enigmático, oscuramente luminoso, más recientemente con 'schrift für blinde riesen' ". A , quien este año fue galardonado además con el Berliner Literaturpreis, el Bertolt-Brecht-Preis y el Literaturpreis de la fundación democristiana Konrad-Adenauer-Stiftung, le será entregado personalmente el Premio Georg Büchner el próximo 4 de noviembre en Darmstadt.
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El año pasado recibió esta distinción la escritora, actriz y directora teatral turco-alemana Emine Sevgi Özdamar, quien publicó en 2021 su novela autobiográfica Ein von Schatten begrenzter Raum (Un espacio delimitado por las sombras) muy elogiada por la crítica, sobre la vida en Turquía bajo la dictadura militar, tras el golpe de Estado de 1971. En años anteriores fueron galardonados autores como Max Frisch (1958), Günter Grass (1965) y Heinrich Böll (1967).
Historia
El Premio Georg Büchner fue creado originalmente por el Estado Popular de Hesse en memoria del escritor, médico, poeta, dramaturgo, pensador, científico natural y revolucionario Georg Büchner y se concedía a artistas plásticos, literatos, músicos, compositores y cantantes locales desde 1923. Inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial (1939 – 1945), fueron honrados con el Premio el escritor expresionista Hans Schiebelhuth, póstumamente en 1945 (había sido nominado en 1933), el poeta y ensayista, Fritz Usinger (1946), la escritora Anna Seghers (1947), el compositor de música dodecafónica Hermann Heiß, también conocido bajo el seudónimo Georg Frauenfelder (1948), el pintor Carl Gunschmann (1949), así como la maestra católica, poetisa y novelista Elisabeth Langgässer (1950), de forma póstuma.
En 1951 el Estado de Hesse cedió el otorgamiento del Premio Georg Büchner a la Academia Alemana de la Lengua y la Poesía. Desde entonces, se entrega exclusivamente a escritores y poetas que publican en alemán y que influyen en la vida cultural de Alemania. En la actualidad, la dotación del premio asciende a 50.000 euros, por lo que se ha convertido en uno de los galardones literarios mejor dotados de Alemania.
Orígenes
Georg Büchner nació el 17 de octubre de 1813 en una antigua granja, hoy museo, de la localidad de Goddelau, un barrio de Riedstadt, en el distrito de Groß-Gerau, en el entonces Gran Ducado de Hesse, y falleció el 19 de febrero de 1837 en Zúrich (Suiza), a la edad de 23 años, gravemente enfermo de fiebre tifoidea.
Es posible que este pionero de la medicina psicosomática moderna contrajera la enfermedad mientras trabajaba en sus preparativos para un curso que iba a dictar en la Universidad de Zúrich en el siguiente semestre. Sus restos yacen aún hoy en una solitaria tumba sobre la colina de Rigiblick, cercana a la línea del teleférico zuriqués homónimo.
Woyzeck
Con su prematura muerte, quedaría inconcluso el drama Woyzeck, que Büchner había comenzado a escribir en 1836, y que sería estrenado el 8 de noviembre de 1913 en el Residenztheater de Múnich, tras haber sido publicado por primera vez en 1879, gracias a una nueva versión muy reelaborada de Karl Emil Franzos. Esta primera obra literaria en alemán cuyos personajes eran miembros de la clase trabajadora (proletaria), fue la base de la ópera Wozzek, de Alban Berg (estrenada 14 de diciembre de 1925 en la Ópera Estatal de Berlín, bajo la direccion de Erich Kleiber).
El orden de los fragmentos de Woyzeck dejados por Büchner sigue constituyendo todavía hoy un galimatías para los filólogos. Además existen varias versiones de algunas escenas. Verbigracia, puede ser que el autor hubiera querido incluir como final de la obra el juicio de Woyzeck y su condena a muerte, pero hasta ahora no ha sido posible constatarlo fehacientemente. La obra se basa en hechos reales: un barbero apuñaló en Leipzig a su amante sin motivo aparente. La posible enajenación mental del autor del crimen y los límites de la responsabilidad humana fueron objeto del interés y del debate entre los científicos y juristas de la época.
El Woyzeck büchneriano cobra un estipendio, trabajando como conejillo de indias para un médico. A partir de aquí su creador hace un minucioso análisis psicológico del perturbado barbero y soldado, entrelazado con crítica social.
Trascendencia
En los albores del siglo XX se comenzó a situar la obra de Georg Büchner en el puesto de honor que hoy ocupa. Fueron sus admiradores, entre otros, su redescubridor, el premio Nobel de Literatura (1912) Gerhart Hauptmann, Frank Wedekind, autor de La caja de Pandora, que inspiró la ópera Lulú, de Alban Berg, Max Frisch y Bertolt Brecht. Antonin Artaud incluyó Woyzeck en su selección de teatro de la crueldad. Max Reinhardt y Orson Welles se ocuparon de llevar a escena La muerte de Danton. Para el escritor y guionista cinematográfico Carl Zuckmayer, Büchner era "el gran modelo del teatro moderno"; para Brecht "fue la principal inspiración de su evolución como dramaturgo". Hauptmann, a su vez, vio en "Woyzeck el primer héroe proletario, fruto del determinismo ambiental y genético". Wedekind, fue no solo uno de los redescubridores de Büchner, sino otro de los autores que muestra claramente su influencia, particularmente en su crítica a la sociedad burguesa y en las descripciones sin tapujos de la realidad de la naturaleza humana, particularmente en el aspecto sexual.
Primeros años
En las biografías de Georg Büchner, a menudo se ha dado poca importancia a los primeros años de su vida y a su historia familiar. Solo se los menciona como una mera fecha en su biografía, lamentan directivos de la Sociedad de amigos de la casa natal de Büchner, a los que Mundoclasico.com tuvo oportunidad de visitar recientemente, gracias a la iniciativa de un grupo de ex alumnos del Colegio Alemán de Montevideo (Uruguay), que se reúne anualmente en Groß-Gerau.
Tal es el caso asimismo de su lugar concreto de nacimiento, en la pintoresca vivienda de entramado de madera (hoy de 361 años de antigüedad; unos tres lustros después del final de la Guerra de los 30 años), de la calle Weidstraße, al número 9, en Goddelau.
Dado que su pensamiento revolucionario y liberal se estableció en sus años escolares y que su obra poética no comenzó hasta la redacción de su drama en cuatro actos La muerte de Dantón, muchos siguen considerando a Büchner como originario de la ciudad de Darmstadt. Incluso en la lápida de su tumba en Zúrich puede leerse esta afirmación históricamente incorrecta.
La primera muestra del pensamiento del joven Georg Büchner -a los 17 años- se tiene en un ejercicio escolar: su defensa del suicidio de Catón el Joven (o de Útica). El eje de su argumentación es la idea de que la vida no es un mero lugar de tránsito hacia un paraíso post mortem, sino un fin en sí misma. En 1828 se interesa por la política y forma un círculo de aficionados a William Shakespeare que probablemente sería el núcleo de la futura Gesellschaft für Menschenrechte (Sociedad para los Derechos Humanos) que fundará unos años más tarde.
Retratos
La muerte de Dantón, escrita en cinco semanas, cuando Büchner debía permanecer oculto en el hogar paterno, perseguido por sus ideas revolucionarias, se desarrolla en torno a la contraposición ideológica y psicológica de las personalidades de Georges-Jacques Danton y Maximilien Robespierre: un Danton humano, gran orador, extrovertido, pasional, arrepentido de sus errores y crímenes, sensual y vividor frente a un Robespierre rígido, frío, austero, puritano e inflexible.
Ellos son los dos ejes de la argumentación, las dos formas de ver la Revolución Francesa. Büchner se documentó de forma exhaustiva para esta obra teatral, la cual incluye fragmentos de discursos auténticos. La primera edición de esta obra fue "depurada" de obscenidades y expresiones inconvenientes por su editor, el también escritor Karl Gutzkow; eso sí, de forma involuntaria y por imposiciones de la censura. Gutzkow lamentaba haber tenido que efectuar unos recortes que dejaban la obra hecha una ruina, según sus propias palabras.
Lenz
Büchner era un autor alemán poco conocido cuando Karl-Emil Franzos publicó sus obras, que posteriormente tuvieron gran influjo en el naturalismo. Arnold Zweig consideraba a Lenz (1936), única obra en prosa de Büchner, el inicio de la moderna prosa europe. Lenz es una novela basada en la vida de Jakob Michael Reinhold Lenz, poeta del movimiento literario Sturm und Drang, que tuvo manifestaciones también en la música y en las artes visuales.
El propio Büchner consideraba a Jakob Michael Reinhold Lenz su maestro porque, entre otras cosas, compartía su deseo de mostrar la naturaleza humana sin velo. Dicho sea esto al margen, otro gigante de las letras germanas, Franz Kafka, fue también un gran admirador de Lenz.
Lenz está además considerada la primera descripción científica de la esquizofrenia que aparece en la literatura universal. Los párrafos que siguen a continuación ilustran el estado de ánimo de Georg Büchner en aquellos momentos. La correspondencia es de marzo del año 1834, un año antes de escribir Lenz y La muerte de Danton. En el año 1836 escribe la comedia satírica Leoncio y Lena y en su último año de vida, 1837, Woyzeck, como se indica más arriba:
Ni siquiera tengo la voluptuosidad del dolor y del ansia. Desde que atravesé el puente sobre el Rin, estoy como muerto por dentro, ni un solo sentimiento aparece en mí. Soy un autómata, me han quitado el alma. («Ich habe nicht einmal die Wollust des Schmerzes und des Sehnens. Seit ich über die Rheinbrücke ging, bin ich wie in mir vernichtet, ein einzelnes Gefühl taucht nicht in mir auf. Ich bin ein Automat; die Seele ist mir genommen»).
El primer momento luminoso desde hace ocho días. Continuo dolor de cabeza y fiebre, por la noche apenas algunas horas de escaso reposo. Antes de las 2 de la madrugada no me puedo acostar, y entonces un permanente sobresalto del sueño y un mar de pensamientos en los que pierdo los sentidos. («Der erste helle Augenblick seit acht Tagen. Unaufhörliches Kopfweh und Fieber, die Nacht kaum einige Stunden dürftiger Ruhe. Vor zwei Uhr komme ich in kein Bett, und dann ein beständiges Auffahren aus dem Schlaf und ein Meer von Gedanken, in denen mir die Sinne vergehen.»).
Me asusté de mí mismo. El sentimiento de estar muerto estaba siempre sobre mí. («Ich erschrak vor mir selbst. Das Gefühl des Gestorbenseins war immer über mir»).
Activa oferta cultural
La excelente conservación de la casa natal de Georg Büchner y la oferta cultural de la referida asociación de amigos se deben no solo a sus miembros y a los muchos voluntarios que participan en sus tareas, sino también y sobre todo a los patrocinadores privados, comunales y públicos, entre ellos la Asociación de transporte y embellecimiento de Goddelau, la emisora de radio y televisión de Hesse (Hessischer Rundfunk), así como la Caja de ahorro local y la Fundación cultural de las cajas de ahorro del citado distrito.
Prócer
Pese a su escasa obra, Büchner es considerado uno de los próceres literarios más importantes del Vormärz, período comprendido entre el Congreso de Viena de 1815, para restaurar el Antiguo Régimen (absolutista monárquico), tras la derrota de Napoleón Bonaparte, y la Revolución de 1830 en París, así como la Revolución de 1848 en la misma capital francesa, en Berlín, en Dresde (con la participación de Richard Wagner en el alzamiento de mayo de 1849, tras el cual tuvo que exiliarse prontamente) y en otras ciudades europeas.
Como poeta del Vormärz Büchner es un autor políticamente crítico y contrario a la lírica romántica alejada de la realidad. En sus obras trata también de personajes desgarrados que vacilan entre opuestos y son incapaces de tomar decisiones coherentes. Lo especial en este autor es la elección de la materia a abordar y el retrato psicológico de los personajes. Woyzeck, por ejemplo, pertenece a la clase social más baja, un medio inusual en la literatura alemana. El aspecto psicológico de sus personajes, en particular, está trazado con precisión. Por otra parte, es novedoso también el uso del lenguaje coloquial como recurso estilístico.
En el poco tiempo que le tocó vivir, Büchner desarrolló conocimientos adquiridos con rigurosa coherencia y sin rupturas entre los ámbitos de la política, la estética y la ciencia. Partes de su obra son consideradas en nuestros días como literatura del exilio.
Cuando Georg Büchner vino al mundo como primogénito del médico Ernst Karl Büchner y su mujer, Caroline, de soltera Reuß, nadie imaginaba lo corta pero literaria y políticamente resonante que sería la vida de este poeta, científico y revolucionario, relata el director del Museo, Peter Brunner durante nuestra visita a la casa natal del eximio escritor.
Revolución Francesa
A principios del siglo XIX, el mundo estaba convulsionado: la Revolución Francesa, 24 años antes, había hecho sonar los tambores con su llamamiento a la libertad, la igualdad y la fraternidad; la pobreza abyecta y un orden feudal caduco exigían un nuevo orden político. Napoleón Bonaparte recorría Europa con su ejército y la idea de un gobierno popular, pero también con una presión fiscal cada vez mayor sobre los territorios ocupados.
Los ideales de la Ilustración y la Revolución Francesa también influirían en las obras sinfónicas de Ludwig van Beethoven, verbigracia la Sinfonía nº 3 (op. 55, Heroica), estrenada en 1804, en la que utilizó motivos de canciones revolucionarias francesas, así como material propio; tal es el caso de la música del ballet Las criaturas de Prometeo. Originalmente dedicada a Napoleón, el editor de Beethoven suprimió la dedicatoria cuando Bonaparte se hizo coronar emperador. En fin...que la relación de Beethoven con la nobleza era totalmente ambivalente. Sus declaraciones políticas son muy contradictorias en este sentido. Fuera de su arte, el compositor era menos revolucionario, pero valoraba su independencia.
Mas el mes de octubre de 1813, época del nacimiento de Büchner, también es sinónimo de la victoria del viejo orden feudal en la batalla de Leipzig, de la recuperación del poder por parte de la nobleza, de los restrictivos Decretos de Karlsbad (1819), de la censura, la persecución política y la supresión de la libertad emergente y del movimiento nacional. El joven Georg Büchner pronto se volvería contra todo esto.
Familia
Por línea paterna, Büchner procede de una familia de médicos impregnada de tradición; por el lado materno, de una familia acomodada de funcionarios. Su abuelo, Johann Georg Reuß, era administrador de un hospital en Hofheim (hoy Philippshospital), y su padre fue nombrado allí médico. Entre 1815 y 1827 nacieron siete hijos más de los Büchner, entre ellos un bebé que murió prematuramente (1818) y un niño que nació muerto (1819). Los hermanos Mathilde (1815-1888), Wilhelm (1816-1892), Luise (1821-1877), Ludwig (1824-1899) y Alexander (1827-1904) alcanzaron cierta fama, aunque Georg fue sin duda quien dejó una huella más perenne en la historia de Alemania.
La escritora y poetisa Luise Büchner, por ejemplo, está considerada una importante precursora del movimiento feminista. Mathilde también se implicó con sus compañeras como cofundadora y miembro de una asociación de amas de casa de Darmstadt. El ayudante de farmacéutico, químico y fabricante Wilhelm Büchner, de Pfungstadt, se convirtió más tarde en político del democrático Partido Progresista Alemán y miembro del Landtag de Darmstadt y del Reichstag.
Ludwig Büchner se recibe de médico como su padre, más tarde también es político y librepensador. Con su obra Kraft und Stoff (Poder y sustancia) y otros escritos, da forma decisiva al materialismo filosófico. Y el hijo menor de la familia, Alexander Büchner, fue un activo demócrata y participante en la Revolución de 1848, estudió Derecho, se habilitó en estudios literarios y enseñó en Caen (Francia).
Traslado
La familia y el propio Büchner se ven influidos por la creciente autoconfianza de las clases medias en la primera mitad del siglo XIX. Aunque hay puntos de fricción con el padre debido a su actitud autoritaria, la vida familiar de los hermanos se caracteriza, sin embargo, por animadas discusiones y un espíritu liberal. Por eso no es de extrañar que, al igual que su famoso hermano (Georg Büchner), luchen por la participación social y por una sociedad más justa. Por otro lado, sin embargo, viven una época marcada igualmente por la Restauración y la glaciación política, tras el referido Congreso de Viena.
En 1817 la familia se traslada a Darmstadt, donde Georg Büchner pasa su infancia y juventud. Allí asistió a partir de 1825 a la Escuela de Gramática del Gran Ducado y conoció las diferentes clases y corrientes sociales de la época: la nobleza y los funcionarios del Gran Ducado de Hesse-Darmstadt, los militares y las clases medias en ascenso, los artesanos y los jornaleros. En conjunto, grandes antagonismos y conflictos políticos que estallan una y otra vez, Europa en convulsión política, un poder estatal restaurador en Alemania que reprime con todas sus fuerzas el movimiento libertario. No debe sorprender, por tanto, que el joven Büchner muestre ya en sus trabajos escolares los primeros ecos de su postura republicana y libre.
Estrasburgo
Tras concluir la escuela en 1831, Büchner comenzó a estudiar medicina según los deseos de su padre, pero asistía sobre todo a clases de ciencias naturales. Sus estudios lo llevaron a Estrasburgo; en parte, porque su padre le recomendó una universidad en Francia, y en parte, porque los parientes de su madre vivían allí. Su padre había adquirido una buena opinión de la formación médica durante su tiempo en el servicio francés. Y los parientes de su mujer en Estrasburgo prometieron ayuda en los primeros pasos del joven estudiante, por lo que un buen comienzo parecía posible.
La ciudad alsaciana, con sus 50.000 habitantes, entre ellos muchos jóvenes intelectuales, con sus clubes y sociedades de debate, pero también con su espíritu liberal y abierto, resultó muy inspiradora para Georg Büchner: Los debates de la época, la literatura, la ciencia y la política, la Revolución del 14 de julio 1789 y la de julio de 1830 en París, el levantamiento en Polonia, la revolución en Bélgica y, por supuesto, la Restauración en los pequeños estados alemanes, son seguidos por Büchner tan de cerca como el malestar de la población rural de la región, las dramáticas subidas de precios y las grandes penurias. Los exiliados alemanes en Estrasburgo y una creciente colaboración con los opositores franceses también conforman el ambiente. El Festival de Hambach en 1832 es un primer punto álgido de este movimiento republicano de la época.
En junio/julio de 1833, tras el Festival de Hambach, el Parlamento de Fráncfort suprime totalmente la libertad de prensa y prohíbe las asociaciones y asambleas. Asaltando las comisarías de Fráncfort, la oposición quiere enviar una señal de partida revolucionaria y es amargamente derrotada. Büchner simpatiza con sus objetivos, pero considera que la acción es demasiado prematura y que Alemania no está preparada para un movimiento revolucionario. Tras los sucesos de Fráncfort, experimenta la persecución política de sus amigos cuando se traslada a la Universidad de Giessen en otoño de 1833.
Panfleto
Las injustas condiciones políticas le resultan aborrecibles, la difícil situación del pueblo y la cuestión social le preocupan enormemente, pero las fuerzas de la inercia parecen dominarle. Razón de más para que desee un cambio revolucionario. En 1834, junto con el teólogo protestante Friedrich Ludwig Weidig, escribe el panfleto Der Hessische Landbote (El mensajero de Hesse), una toma de postura contra la miseria y la explotación de la población, contra el régimen feudal y a favor de un cambio revolucionario: Paz a las chozas (o chabolas), guerra a los palacios, afirmaba.
Llama la atención que la publicación de estadísticas fiscales oficiales se considere un "acto traidor contra el Estado", como se le acusaría más tarde en el anuncio de la orden de búsqueda y captura emitida por las autoridades de la época. Esto demuestra también la fuerte resistencia a la crítica política y al cambio que oponían las casas principescas atrasadas y más preocupadas por mantenerse en el poder -como el gran duque Luis II, que gobernaba Hesse-Darmstadt desde 1830- tras el Congreso de Viena.
Descripción
Gracias a ese referido aviso de búsqueda emitido por la policía de Hesse en junio de 1835 se puede disponer de una descripción física de Georg Büchner: "alto, de cejas y cabellos rubios, delgado, de ojos grises y miopes, frente muy abombada y boca acentuadamente estrecha".
En la Universidad de Giessen sus compañeros lo tenían por reservado y altivo. Georg se defendía de su mala fama argumentando que era la política y no el desdén intelectual lo que le mantenía apartado de sus compañeros.
Derechos Humanos
Inspirado por las teorías socialistas utópicas de François Babeuf y Henri de Saint-Simon, así como por el pragmatismo revolucionario de Louis Auguste Blanqui, Georg Büchner fundó en marzo de 1833, junto con personas de ideas afines, la revolucionaria organización secreta Sociedad de los Derechos Humanos de Giessen, inspirado en entidades similares existentes en Francia. Al mes siguiente, regresa a casa de sus padres en Darmstadt, donde crea una sección de la misma sociedad.
Además de sus actividades políticas, le impulsaba su obra literaria. Tras La muerte de Danton, es perseguido por sus actividades política y huye a Estrasburgo en mayo de 1835. En el exilio, Georg Büchner trabaja febrilmente día y noche. En menos de dos años escribe su disertación sobre ciencias naturales, así como Lenz, Leonce und Lena y Woyzeck.
En 1836 Büchner viaja a Suiza como exiliado político, donde los intelectuales alemanes son aceptados en la universidad de Zúrich desde 1833. En octubre se convierte en profesor particular de anatomía comparada en Zúrich, y en su proceso de asilo se le concede una estancia temporal de seis meses. Sin embargo, la epidemia de tifus que azota la ciudad en esa época también le alcanza y muere.
A excepción de Hessischer Landbote y Dantons Tod, Georg Büchner no vive para ver publicados sus textos. Solo se dieron a conocer a un público más amplio décadas después de su muerte. Hoy, sus obras forman parte del repertorio permanente de los teatros.
Aparte de las obras mencionadas, se sabe que Büchner escribió otro drama, Pietro Aretino, y un diario, los dos en manos de su prometida, Minna Jaegle, culpable junto con la familia Büchner y el editor Karl Gutzkow de que hoy no podamos disponer de ambos. Todos aquellos que de una u otra manera estuvieron relacionados con el autor de Woyzeck, se esforzaron tras su muerte más por limpiar la imagen del difunto en beneficio de su propio prestigio, nombre y posición social que por preservar intacta su obra.
Constantes en su obra
Su preocupación por el dolor humano en todas sus formas, desde aquel que está provocado por la injusticia social hasta el consecuente a la propia desorientación del Hombre en el seno de la Creación, sea dolor físico o sufrimiento existencial, son constantes en su obra. Lo mismo, el amor a todas las criaturas humanas, a las gentes sencillas. Según él, y como observa el protagonista de Leonce y Lena, (...) ''hasta el más humilde entre los Hombres es tan grande que la vida es demasiado breve para poder amarlo".
También está presente siempre en su pensamiento la descripción naturalista del Hombre, así como los ambientes e interés por los condicionamientos biológicos del comportamiento humano. Un buen ejemplo son los efectos en Woyzeck de los experimentos a los que le somete el médico. También es constante el sentimiento de vacío, de sinsentido de la vida que a menudo se apodera de sus personajes.
La existencia es una herida en la nada y nuestra finalidad esa X eternamente denegada (de La muerte de Danton). Esta obsesión recorre su obra y su correspondencia, no hace distinción entre sus personajes, ricos o pobres, con ironía (en Leoncio y Lena) o con sus tonos más trágicos, desde la vida ociosa y placentera para la cual el tiempo mismo es un bien demasiado abundante (las palabras del capitán al comienzo de Woyzeck), hasta el mismo Woyzeck, que no es dueño ni de su propio cuerpo, pasando por quienes se encuentran a las puertas de la muerte y recapitulan sobre su pasado (La muerte de Danton): el nihilismo como dimensión espiritual del sufrimiento humano.
Fe en Dios
La controversia sobre su evolución en materia de fe religiosa no es menor. Por una parte Georg Büchner se hace eco del ateísmo y del materialismo científico paterno y familiar; por otra, hay quienes se preguntan si en algún momento Büchner llegó a buscar, como su personaje Lenz, la fe de las gentes sencillas, aquellas a cuyo lado siempre quiso estar: Intentémoslo alguna vez y sumerjámonos en la vida de los más pequeños (Man versuche es einmal und senke sich in das Leben der Geringsten).
La descripción de ambas actitudes está presente en su obra. La correspondencia del propio autor tampoco parece aclarar mucho sobre este punto, ya que manifiesta un pensamiento ateo y materialista, por mucho que sus albaceas se hayan esforzado posteriormente en borrar todo rastro de ateísmo y socialismo radical. La única muestra de religiosidad por su parte fue una frase que repitió en sus últimos días, delirando, y que Caroline Schulz recogió en su informe a la familia de Georg Büchner:
No tenemos demasiados sufrimientos, sino demasiado pocos, porque por medio del sufrimiento nos unimos con Dios.
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