España - Andalucía
Pasiones intemporales
Pedro Coco
![Berloffa, Norma © 2023 by Guillermo Mendo](/img/retratos/4c2f598b-5a9c-4ac0-833e-40e19c700edd.jpg)
El inmortal título de Vincenzo Bellini vuelve al Maestranza cada década -esta es la tercera ocasión que sube a sus tablas desde el año 2000- para satisfacción de la afición belcantista sureña, pues este título es de los que crea afición y levanta pasiones. Así lo demostró la propuesta de esta temporada 2023/24, con un sistema de doble reparto que contemplaba además la oportunidad de que a este principal que aquí se reseña se le sumara uno alternativo de jóvenes, con satisfactorios resultados y demostración de entrega y buen hacer.
En la noche de la última función, Yolanda Auyanet cerraba a lo grande la triada que, en un año exacto, la ha traído asimismo a Sevilla como temperamental y precisa Elisabetta del Roberto Devereux, y lírica y entregada Tosca. Con un instrumento maduro de arrebatador timbre que controla con maestría y al que dota del siempre justo dramatismo, superó los escollos del personaje con tablas, entregándosenos por completo y ofreciendo una apasionada sacerdotisa de impecable canto ligado. Se crecía en los números de conjunto, conocedora del estilo, y llegó fresca al demandante final para nuestro total deleite. Son muchos los roles en los que podría emocionarnos en un futuro, y, dado el feliz momento en que se encuentra vocalmente, esperamos que se siga contando con ella para personajes similares próximamente.
A su lado, todo un descubrimiento en vivo la voz de Raffaella Lupinacci, libre, homogénea y de gran belleza y elegancia. Sensible y a su vez impulsiva Adalgisa, su recreación estudiada fue muy apreciada por el público. El delicado fraseo, la proyección y la extensión sobradas hicieron que los dúos con Norma se convirtieran en los momentos más aplaudidos de la representación.
Por su parte, con arrojo y desde su categoría vocal más ligera de lo habitual en la tradición reciente, se enfrentó Francesco Demuro a Pollione, en lo que parece fue su debut en el rol. Demostró en su escena de entrada seguridad e intención con firmes agudos. El repertorio del primer ochocientos italiano no le es precisamente ajeno a este tenor, y supo bien cómo defenderse con clase hasta regalar un emotivo final.
En el resto del reparto
encontramos a unos implicados Ruben Amoretti, rotundo en lo instrumental y
sensible en lo actoral, Mireia Pintó y el joven y prometedor Néstor Galván.
El coro, de irreprochables
intervenciones, hizo disfrutar cada una de sus escenas con una interpretación
empastada y jugando con las dinámicas de manera espectacular.
Desde el foso, Yves Abel, que
también repetía tras el majestuoso Devereux de la anterior temporada,
consiguió un equilibrio perfecto de voces y orquesta, y sacó de la Sinfónica de
Sevilla sonido limpio, preciso y de gran homogeneidad. Como de costumbre en
este director, acertado el juego dinámico e indiscutible la atención al matiz y
la narración.
Para finalizar, la escena. Esta
vez se trasladaba con acierto, porque la historia en esencia es universal e
intemporal, el conflicto entre galos y romanos al que tuvo lugar entre el
ejército austriaco y el lombardo, pocas décadas después del estreno de la obra
de Bellini y con los primeros intentos de unificación italiana. Como fondo, el
patio de armas de un palacio barroco en ruinas, con la noche de telón continuo
y una dirección de actores dinámica en la que la iluminación fue una
protagonista más. Impactante el violento final, muy alejado de las indicaciones
del libreto, pero sin duda efectivo.
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