Francia

Povera Butterfly!

Jesús Aguado
lunes, 15 de julio de 2024
Breth, Madama Butterfly © 2024 by Ruth Walz Breth, Madama Butterfly © 2024 by Ruth Walz
Aix-en-Provence, lunes, 8 de julio de 2024. Théâtre de l'Archevêché. Giacomo Puccini: Madama Butterfly. Libreto de Luigi Illica y Giuseppe Giacosa. Puesta en escena: Andrea Breth. Escenografía: Raimund Orfeo Voigt. Vestuario: Ursula Renzenbrink. Iluminación: Alexander Koppelmann. Dramaturgia: Klaus Bertisch. Cio-Cio-San: Ermonela Jaho. B. F. Pinkerton: Adam Smith. Suzuki: Mihoko Fujimura. Sharpless: Lionel Lhote. Goro: Carlo Bosi. Lo zio Bonzo: Inho Jeong. Il principe Yamadori: Kristofer Lundin. Kate Pinkerton: Albane Carrère. Il commissario imperiale: Kristján Jóhannesson. Lo zio Yakusidé: Alexander de Jong. L’ufficiale del registro: Hugo Santos. La madre di Cio-Cio-San: Karine Motyka. La zia: Sharona Applebaum. La cugina: Marie-Eve Gouin. Coro y orquesta de la Ópera de Lyon. Director del coro: Benedict Kearns. Dirección musical: Daniele Rustioni.
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¡Pobre Butterfly!, suspira Suzuki cuando atisba la tragedia que destruirá a su señora. Y debo decir que ayer, durante la representación de Madama Butterfly en el Théâtre de l'Archevêché yo también suspiré lo mismo en demasiadas ocasiones. La tragedia de Cio-Cio-San no es una ópera para hacer a medio gas, y por desgracia hubo bastantes cosas a medio gas en la función. 

Empecemos por los aspectos positivos: la producción de Andrea Breth con la escenografía de Raimund Orfeo Voigt era visualmente hermosa. En medio del escenario estaba construida la casita en la que se desarrolla el drama, muy al estilo japonés, como un pequeño pabellón de té en un jardín. La estructura de la casa estaba rodeada por una especie de pasillo por el que los personajes y los figurantes entraban y salían, y que contaba con una cinta transportadora que se movía muy lentamente, que dio pie a interesantes movimientos escénicos, tanto de los personajes que aparecen en el argumento como de otras figuras de tipo simbólico, vestidas de negro normalmente, que en ocasiones parecían representar los sentimientos verdaderos de los personajes, y otras veces simplemente añadían elementos escénicos. El barco de Pinkerton, por ejemplo, apareció así, como una maqueta en manos de uno de estos figurantes, y también la primera entrada de Cio-Cio-San se produjo sobre la cinta. Elegante el vestuario de Ursula Renzenbrink.

‘Madama Butterfly’ de Puccini. Dirección musical: Daniele Rustioni. Puesta en escena: Andrea Breth. Festival de Aix-en-Provence 2024. © 2024 by Ruth Walz / Festival de Aix-en-Provence.‘Madama Butterfly’ de Puccini. Dirección musical: Daniele Rustioni. Puesta en escena: Andrea Breth. Festival de Aix-en-Provence 2024. © 2024 by Ruth Walz / Festival de Aix-en-Provence.

Más elementos positivos: la protagonista. Ermonela Jaho es Madama Butterfly de una forma tan profunda e intensa que a ella misma le costó, al final de la representación, desprenderse del drama en la tormenta de aplausos que desató. Su voz es capaz de pasar del más delicado de los pianissimi al más absoluto desgarro, y todo ello con un control apabullante. Su gesto es exquisito y delicado, y conmovió al público hasta lo más hondo. Impactante en el dúo de amor con Pinkerton, delicadísima en el dúo con Suzuki, y en Un bel dì vedremo más de una lágrima se vio en el patio de butacas. Impresionante, magnífica, absoluta.

Buen nivel también en la mayoría del resto de cantantes, destacando sobre todo el espléndido Sharpless de Lionel Lhote, pletórico de voz y expresividad. Estupenda también Mihoko Fujimura como Suzuki, con una profundísima voz de contralto, muy bien el Goro de Carlo Bosi y, en general, bien el resto de comprimarios.

‘Madama Butterfly’ de Puccini. Dirección musical: Daniele Rustioni. Puesta en escena: Andrea Breth. Festival de Aix-en-Provence 2024. © 2024 by Ruth Walz / Festival de Aix-en-Provence.‘Madama Butterfly’ de Puccini. Dirección musical: Daniele Rustioni. Puesta en escena: Andrea Breth. Festival de Aix-en-Provence 2024. © 2024 by Ruth Walz / Festival de Aix-en-Provence.

Es tiempo ya de hablar de las cosas que no funcionaron bien. Cuando escribo mis crónicas intento siempre ser muy cuidadoso a la hora de hablar de los cantantes. Sé perfectamente la cantidad de horas de esfuerzo, trabajo y ensayo que hay detrás de una representación, y también sé que la responsabilidad de ponerse en mitad de un escenario y abrir la boca es algo que a la mayoría de los mortales nos provocaría la parálisis más completa. Pero también soy consciente de que cuando un artista acepta un papel, especialmente un protagonista, en un entorno como es el del Festival d'Aix-en-Provence, asume que va a recibir críticas y debe estar preparado para ello.

Todo este párrafo para expresar mi estupor por el hecho de que el tenor Adam Smith fuera Pinkerton en esta producción. Su currículum habla de una meticulosa carrera y de una ya extensa trayectoria, y también tengo claro que no es fácil darle la réplica a una diosa como Ermonela Jaho. Pero su desempeño ayer como el detestable marino americano fue simplemente inaceptable. La voz sonaba estentórea, destemplada, y únicamente en el dúo de amor consiguió modularla y hacer algo mínimamente digno. Una pena.

‘Madama Butterfly’ de Puccini. Dirección musical: Daniele Rustioni. Puesta en escena: Andrea Breth. Festival de Aix-en-Provence 2024. © 2024 by Ruth Walz / Festival de Aix-en-Provence.‘Madama Butterfly’ de Puccini. Dirección musical: Daniele Rustioni. Puesta en escena: Andrea Breth. Festival de Aix-en-Provence 2024. © 2024 by Ruth Walz / Festival de Aix-en-Provence.

Y siguiendo con cosas que no estuvieron a la altura, les llega el turno a orquesta, coro y director. La orquesta sonó mal, desajustada, desafinada en muchos momentos, sin empaste, los metales parecían una banda militar que viniese de perder varias batallas seguidas, la cuerda no conseguía ese sonido arrebatador que pide Puccini, y Rustioni, al frente de todo ello, gesticulaba mucho pero conseguía muy poco. Únicamente acompañando a la protagonista se consiguió un sonido mínimamente aceptable. El interludio tras el célebre coro a boca cerrada pareció una obertura de Donizetti mal tocada. Demasiados detalles mal resueltos: la actuación de orquesta y director fue insalvable, hay que pensar las orquestas y los directores que han actuado en el festival, y el nivel de ayer fue francamente malo.

Respecto al coro, su intervención en el primer acto fue un desastre, aunque creo sinceramente que no se les puede echar toda la culpa. La dirección de escena decidió situarlos a ambos lados del escenario, voces blancas a la izquierda y graves a la derecha, con la estructura de la casa de Cio-Cio-San entre ellos, con lo que no se veían ni veían por supuesto a Rustioni más que por las correspondientes pantallas. El resultado fue un desbarajuste monumental, un sálvese quien pueda de coro y orquesta. Por suerte, en el célebre coro a bocca chiusa las voces agudas se redimieron, y siguiendo fielmente a Rustioni, consiguieron salvar la cara del conjunto. No es que arrebatasen, pero hicieron un papel digno. 

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