Reportajes

La Sing-Akademie berlinesa empieza a dar sus frutos

Eduardo Torrico (1958-2023)
martes, 3 de diciembre de 2002
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0,0001148 Uno de los acontecimientos musicales y, por ende, culturales más importantes en la historia reciente de la Humanidad empieza a dar sus frutos. Me refiero al redescubrimiento de los archivos de la Sing-Akademie de Berlín, que llevaban más de medio siglo perdidos. Dichos archivos, que contienen cerca de 5.200 títulos (muchos de ellos, manuscritos originales de la familia Bach; algunos de los cuales son inéditos, en tanto que otros se consideraban extraviados o destruidos), fueron hallados hace tres años por un grupo de investigadores de la Universidad norteamericana de Harvard, si bien el profesor Christoph Wolff, biógrafo de Johann Sebastian Bach, llevaba ya tiempo siguiéndoles la pista.Los archivos habían ido a dar a la capital de Ucrania al concluir la Segunda Guerra Mundial, transportados por el Ejército Rojo. Todas estas partituras habían estado depositadas en la Sing-Akademie hasta 1943, cuando las autoridades nazis, para preservarlas de los bombardeos de los ejércitos aliados, decidieron trasladarlas a un castillo de Silesia, en la actual Polonia. Con la ocupación de Alemania por los soviéticos, los archivos de la Sing-Akademie fueron llevados hasta Kiev, en donde permanecieron hasta 1973, fecha en que fueron trasladados al Archivo del Estado.Dado que todos estos traslados se realizaron de forma clandestina, nadie ha tenido acceso a los archivos durante todo este tiempo. No obstante, en 1999 se dio con su paradero gracias a la traducción de un informe secreto elaborado por el Ministerio de Cultura Soviético en 1957. Tras una larga negociación con las autoridades ucranias, los archivos fueron devueltos el pasado año a Berlín. La Sing-Akademie fue fundada en 1791 por Carl Friedich Christian Fasch y contiene buena parte de la producción de la familia Bach debido a la donación que en su día hizo Carl Philipp Emanuel, así como otras importantes obras, tanto alemanas como italianas, del floreciente siglo XVIII.Durantes los últimos meses, un grupo de expertos de la Universidad de Harvard se ha dedicado a la clasificación de los manuscritos hallados en Kiev. En los archivos figuran piezas del gran Johann Sebastian Bach, de antepasados suyos e, igualmente, de sus descendientes, si bien la parte más importante de los archivos corresponde al mencionado Carl Philipp Emanuel y, en menor medida, a su hermano Wilhem Friedmann.Entre las obras encontradas figura la última pieza musical de Johann Sebastian, compuesta para su propio funeral tres o cuatro meses antes de que acaeciera el fallecimiento. Según el profesor Wolff, se trata de una “extraordinaria pieza expresiva que permite tener una idea sobre cómo fue el funeral del músico, del que no se sabía casi nada hasta el momento”.Poco a poco, las obras de los archivos de la Sing-Akademie empiezan a ser dadas a conocer. Hace algunos meses, el grupo Musica Antiqua Köln grababa un primer disco con piezas de miembros de la familia Bach: Johan Ludwig, Heinrich, Johann Christoph, Cyriacus Wilche (padre de Anna Magdalena y, por tanto, suegro de Johann Sebastian) y, asimismo, de éste último. Ahora les ha tocado el turno a los miembros más modernos de la familia: Johann Christian, Wilhelm Friedemann, Johann Christoph Friedrich y Carl Philipp Emanuel (de éste, en concreto, el bellísimo concierto para clavicémbalo y fortepiano Wq. 47). Este último trabajo de MAK no sólo alcanza las habituales cotas de perfección en la agrupación de Reinhard Goebel, sino que tiene el aliciente de volver a reunir al controvertido director y violinista con Robert Hill, uno de los primeros clavecinistas que tuvo el grupo. Hill aparece en este registro tocando un bellísimo fortepiano copia de un Barlomeo Christofori, que ha sido construida por su hermano Keith.Paralelamente a la aparición de este disco, surge otro de la Wiener Akademie que dirige Martin Haselböck. Se da la curiosa circunstancia de que tanto este disco como el de MAK contienen un precioso concierto inédito para flauta travesera del primogénito de Johann Sebastian, el genial Wilhelm Friedemann. La Wiener Akademie anuncia para los próximos meses el lanzamiento de nuevos discos con obras de los archivos de la Sing-Akademie: una Pasión según San Mateo compuesta en 1789 por Carl Philipp Emanuel; la ópera de Georg Benda Il buon marito; conciertos para violín de Johann Gottlieb Graun y conciertos para clavicémbalo y la Sinfonía Pastoralis de Gottlieb Muffat.Sin duda alguna, la música llamada clásica está de fiesta, aunque muchos de los que se declaran sus amantes aún no se hayan enterado.
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