Reportajes
Henryk Szeryng. Tocando para el universo
Roberto Espinosa
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1954. Un adagio se está desnudando en la soledad de cuatro cuerdas. Es otoño, pero en México la tarde respira en Sol menor. Ahora la fuga-allegro de la sonata de Juan Sebastián Bach escapa por la ventana, sacude sus sentimientos entre las hojas. Sentado en un sillón, el pianista Arthur Rubinstein, con el corazón entrecerrado, deja que la música convierta en lágrimas su silencio. El arco dibuja emociones frente a él. La felicidad le recorre la sonrisa. Se agradece por haberle pedido a ese desconocido profesor de 32 años que tocara para él. Cuando los ojos de Henryk Szeryng se abren descubren el rostro perturbado del maestro. "Quedó tan impresionado que me propuso grabar un disco con él. Dudé un instante, entonces me dije: Si un artista de tal envergadura tiene confianza en ti, no hay que dudar", recordaba Szeryng.Zelazowa Wola. Ese 22 de septiembre de 1921 los duendes de la alegría danzan en la casa de los Szeryng. Henryk ha recibido a la vida con un llanto, pero cuando escuche a su madre deslizar la ternura por el piano, la serenidad lo invadirá. Su papá, industrial metalúrgico, es un habitante de la cultura, de manera que a nadie extrañará que el pequeño haga sus primeras trapisondas saltando los alambres del pentagrama. Hace 111 años, en ese suburbio de Varsovia, Federico Chopin ha visto la luz.Una caja con sonidosSu madre lo inicia en las voces del piano y la armonía cuando apenas calza un lustro. Al poco tiempo, le cuesta explicarse cómo desde una caja tan pequeña pueden salir sonidos tan hermosos. Moritz Frenkel es ahora su profesor de violín. "Gracias a él tuve una excelente formación, la de la famosa escuela rusa. Pero la influencia artística y humana mayor me vino, ya en la adolescencia, de Bronislaw Hubermann. El me hizo ver que el violín era el instrumento para mí y me dio la pasión de interesarme en los hombres y en los pueblos. Por eso, para mí la música es un lenguaje que debe unir a los pueblos". (Robert C. Bachmann: A l'écoute des grands interprètes, Lausanne: Editions Payot)El concierto de Mendelssohn se acuna en los siete años de Henryk. Hubermann aconseja que el niño viaje a Baden Baden. Carl Flesch le inaugura otros horizontes. Primeros conciertos, múltiples aplausos. Sus padres no quieren explotar el prodigio de su hijo. Va a París. Nadia Boulanger le despabila sueños. "Ella no sólo era una profesora, también una consejera, una amiga. Me incitó a estudiar la música, a escribirla, a interpretarla. Mi vida estuvo -y lo sigue siendo ahora- muy influida por ella. En París, Georges Enesco y Jacques Thibaud me ayudaron a desarrollar mi personalidad musical, aunque jamás estudié con ellos, pero fueron mis amigos. Conocí a grandes personajes de este mundo como Toscanini, Ravel, Cocteau, Stravinsky... El bagaje que recibí de mis padres y de mis maestros en el plano musical y humano debo seguir transmitiéndolo. Es un bien que no me pertenece a mí solamente, sino que hay que compartirlo especialmente con los jóvenes”.Ocho lenguas diferentes fluyen por los labios de Henryk. Segunda Guerra Mundial. El general Sikorski, primer ministro polaco en el exilio londinense, lo designa intérprete y oficial. Ambos viajan a México con la idea de pedir un lugar para los refugiados polacos. Los ancestros aztecas y mayas conquistan inesperadamente sus venas y en esa tierra se quedará a partir de 1945.Un invierno tucumano1942. Gira por la Argentina. Ovación en el Teatro Colón. El tren lo conduce a San Miguel de Tucumán (en el norte de la Argentina), llevando en el ojal un Re mayor de Johannes Brahms. Es jueves 9 de julio de 1942 en el Teatro Alberdi. La Filarmónica, guiada por Enrique Mario Casella, ha preparado también La huella y El gato de Julián Aguirre, la obertura de La scala di seta de Rossini y la Sinfonía n° 7 de Beethoven. El fervor tucumano invita a regresar a Szeryng el 3 de septiembre de 1944 con el pianista Luis La Vía al ex teatro Belgrano, trayendo páginas de Vitali, Beethoven Wienawski, Szymanowski, Rimsky-Korsakov y Novacek. El 14 de mayo de 1950 se despide con el pianista Leo Schwarz de los cerros tucumanos, dejando impregnado el teatro Odeón con ecos de Tartini, Bach y Beethoven.Durante la guerra da más 300 conciertos de solidaridad. "Tuve la increíble experiencia de ver cómo la música puede unir y reconciliar a los hombres. En esos momentos, la música es verdaderamente un milagro".Sentimientos y sensacionesTiene 25 años. Abandona los escenarios. Se dedica a educar a los jóvenes en la Universidad Nacional de México y en 1946 adquiere la ciudadanía y lo designan embajador cultural. Rubinstein le despierta el artista dormido y Henryk lanza al mundo su mensaje de hermandad entre cuatro cuerdas. "El artista no puede vivir sin público que es su alimento, su estímulo. La misión de cada artista debería ser el contacto con el público. Incluso cuando estoy solo, tengo siempre la impresión de tocar para todos, para todo el universo. Y es este sentimiento el que me permite controlar mejor los problemas que provocan la inseguridad o el rac La música es un lenguaje de los sentimientos que puede desencadenar sensaciones"Szeryng encuentra discípulos y amigos adonde va. "amás criticaría un error. Lo que exijo de un intérprete es que me convenza. Me debe conmover de una manera u otra. Una interpretación válida para mí es la que viene del corazón y del espíritu. Interpretar es como hacer un viaje a otro país y a otra época. Mi ritmo reposa en los latidos de mi corazón y no sobre el metrónomo"En el arco se estiran 66 años. Es 3 de marzo de 1988 en Kassel, Alemania. Las cuerdas anochecen súbitamente los trinos de Paganini. La embolia cerebral le obstruye la vida y lo arroja a la muerte. En la brisa germana late un pensamiento: "la música debe ser un puente, no un muro".Entre cuatro cuerdas"Todo tiene en Szeryng el valor de una cosa definitivamente hecha, completa, madura. Una digitación segura, una musicalidad opulenta que maneja con un evidente desprecio por lo estridente; una elocuencia en la frase, una sensibilidad estimulado por un concepto estético de la más alta pureza. Del conjunto de tales virtudes surge la luminosidad de un músico que ha asociado su nombre al de los grandes violinistas". La Gaceta, 15/5/1950."El músico debe identificarse con la obra como un actor o un cantante de ópera asimilan los diferentes roles y se meten en la piel de los personajes. Es necesario, tanto en el arte como en la vida, experimentar todo para poder decir como Pablo Neruda: Confieso que he vivido". H.S."Una obra, un movimiento, no deberían ser separados en innumerables pequeños fragmentos, cuando se graba. Cuando una expresión no me place, prefiero repetir todo el movimiento porque la grabación por parte mata la tensión interna". H.S."El artista debe ser un ciudadano consciente de sus responsabilidades, ocupándose de cuestiones sociales, políticas y de las relaciones entre los pueblos. Allá, dónde los diplomáticos o políticos fracasan, la posibilidad de entendimiento existe siempre gracias al milagro de la música". H.S.
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