España - Castilla y León
Un camino complicado
Samuel González Casado
Irregular pero satisfactorio
concierto de
El concierto se caracterizó por
una primera parte donde apreciaron varios despistes de Floristán (notas falsas,
mudas y algunos otros, como ocurrió muy evidentemente antes de la coda de la Appassionata).
Sin embargo, la magia que el pianista normalmente despliega sobre todo en los
pasajes cantables permaneció inalterable. Floristán siempre elige las opciones
de fraseo más lógicas; pero, lejos de resultar previsible, enriquece el
discurso con pequeños detalles que terminan conformando una personalidad pianística
que fusiona la solidez con la sutileza. Todas las partes elegiacas o
meditativas de la velada así lo atestiguaron, incluida una propina schubertiana
(Momento musical n.º 3) realmente excepcional.
Sin embargo, en los Cuadros de
una exposición, incluso con sus pequeños y a veces inesperados despistes (El
viejo castillo), se notó un extra de motivación, y cada parte fue moldeada
por el pianista sevillano con mucho cuidado y de una forma plástica y personal.
En los paseos aplicó todo lo que él mismo había explicado antes de la obra
(como es lógico, el programa de mano hubo de retirarse), y remarcó los cambios
psicológicos del visitante después de contemplar cada cuadro. Desde el Baile
de los pollitos en su cascarón todo salió muy bien, y Floristán terminó
absolutamente on fire, lo que provocó el entusiasmo del público.
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