Geopolítica y Relaciones internacionales

Ucrania

Tropas y artillería pesada de Corea del Norte en Rusia

Juan Carlos Tellechea
miércoles, 20 de noviembre de 2024
Tropas norcoreanas desfilando en Piöngiang © 2024 by picture alliance / dpa / Vadin Savitsky Tropas norcoreanas desfilando en Piöngiang © 2024 by picture alliance / dpa / Vadin Savitsky
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El despliegue de varios miles de soldados norcoreanos en Rusia no solo representa una importante escalada y expansión de la guerra rusa contra Ucrania, sino que también señala la transición a un nuevo nivel de cooperación en materia de defensa entre Rusia y Corea del Norte. Esta creciente interdependencia de las dinámicas de seguridad en Europa y el Indo-Pacífico tiene implicaciones de gran alcance para ambas regiones.

Contraofensiva en Kursk

Corea del Norte suministra también artillería pesada a Rusia. Casi 50 obuses pesados de producción norcoreana y casi 20 lanzacohetes múltiples habrían llegado a Rusia en las últimas semanas. Según fuentes de contrainteligencia, la artillería de mayor alcance de Corea del Norte ha llegado ya cerca de Kursk para apoyar la contraofensiva rusa contra las unidades ucranianas invasoras.

Los obuses Koksan, que fueron vistos en una estación de ferrocarril rusa hace unos días, tienen un alcance de hasta 50 kilómetros. Según expertos militares occidentales y ucranianos, Rusia ya ha reunido a casi 50000 soldados para la contraofensiva cerca de Kursk, entre ellos más de 10000 combatientes norcoreanos. Recientemente han recibido entrenamiento adicional en Rusia y han sido equipados con uniformes y armas rusas.

Cerca de Kursk, el ejército ruso quiere recuperar el territorio que las tropas ucranianas mantienen en su poder desde el verano, tras un avance por sorpresa a través de la frontera. Rusia lleva 1000 días librando una guerra de agresión contra Ucrania y ocupa casi el 20% del territorio del país vecino. Estas ganancias territoriales se han producido a costa de pérdidas a veces cuantiosas de soldados y sistemas de armamento.

Respuesta

Europa debería responder a ello, verbigracia mediante un mayor apoyo a Ucrania, la intensificación de la cooperación en materia de inteligencia con Corea del Sur y la mejora de la planificación de escenarios. A principios de octubre, el servicio secreto ucraniano informó de que “varios miles” de soldados de infantería norcoreanos podrían ser entrenados y desplegados para luchar contra Ucrania.

Poco después, el Servicio Nacional de Inteligencia surcoreano confirmó las informaciones ucranianas y publicó imágenes por satélite de barcos rusos que transportaban tropas norcoreanas al extremo oriental ruso. El 23 de octubre, Estados Unidos confirmó la presencia de al menos 3000 soldados en Rusia. El 28 de octubre, tras una reunión informativa con una delegación surcoreana de alto rango, el Secretario General de la OTAN, Mark Rutte, declaró que ya se habían desplegado unidades militares norcoreanas en la región fronteriza rusa de Kursk.

Composición

Algunas cuestiones clave siguen sin respuesta por el momento, como la composición exacta y la misión de las tropas desplegadas o si Corea del Norte estará dispuesta a proporcionar tropas adicionales. Por este motivo, todavía no se pueden evaluar con mayor precisión las implicaciones militares.

El politólogo Dr Eric J. Ballbach investigador visitante en el Grupo de Investigación sobre Asia de la Fundación Ciencia y Política (SWP), gabinete estratégico que asesora al gobierno y al parlamento de Alemania, afirma en una publicación respaldada asimismo por la Korea Foundation (bajo licencia CC BY 4.0):

Sin embargo, el hecho es que, al enviar soldados en paralelo con amplias entregas de armas, Corea del Norte está emitiendo ahora la señal definitiva de un compromiso de alianza en el espíritu del renovado acuerdo de defensa mutua de junio de 2024, y se ha convertido así en el partidario más visible y directo de la agresión rusa en Europa.

Pyöngyang y Moscú profundizan cooperación

Desde la visita de Vladimir Putin a Kim Jong-un en Corea del Norte en junio de 2024, el alcance de la cooperación militar entre Rusia y Corea del Norte se ha ampliado drásticamente. Según la OTAN, Corea del Norte entregó a Moscú el año pasado 11.000 contenedores con alrededor de dos millones de proyectiles de artillería, así como un gran número de misiles balísticos y sus correspondientes sistemas de lanzamiento.

Altos funcionarios rusos y norcoreanos se reúnen ahora con regularidad. La visita de Putin a Pyöngyang en junio de 2024 culminó con la firma de un acuerdo integral de asociación estratégica, que sugiere que ambas partes se esfuerzan por crear las bases de una cooperación significativa a largo plazo y a varios niveles en los ámbitos militar, económico y político. Entre otros aspectos, las partes se comprometieron a trabajar en pro de la “estabilidad estratégica mundial” y el “establecimiento de un nuevo orden internacional justo y equitativo” (artículo 2), aumentar los volúmenes comerciales y crear condiciones favorables para la cooperación económica (artículo 8) y ampliar la cooperación en los campos de la ciencia y la tecnología, incluidos el espacio, la inteligencia artificial y la informática (artículo 10).

Sin precedente

El nuevo tratado también contiene una cláusula de defensa mutua (artículo 4). Según esta disposición, las partes se prestarán mutuamente “asistencia militar y de otro tipo por todos los medios a su alcance” en caso de que una de las partes “se encuentre en estado de guerra”.

El despliegue de tropas supone una materialización directa de esta obligación de asistencia y demuestra que la cooperación entre ambos Estados ha alcanzado un nuevo nivel. Aunque Corea del Norte ya ha participado en conflictos con terceras partes en el pasado, por ejemplo apoyando a Vietnam del Norte con pilotos norcoreanos en la década de 1960, Pyöngyang nunca antes había ordenado el envío de tropas terrestres a una guerra exterior.

Motivos centrales de Rusia y Corea del Norte

El despliegue de tropas norcoreanas en Rusia subraya el hecho de que Putin, en lugar de comprometerse con una movilización social más amplia, aparentemente sigue confiando en formas alternativas de generar fuerzas armadas para apoyar el esfuerzo bélico. Además de las llamadas movilizaciones encubiertas, esto incluye también la participación de tropas norcoreanas.

Según el comandante en jefe ucraniano Oleksander Syrskyi, Rusia transfirió casi 50.000 soldados de otras zonas del teatro de guerra a la región de Kursk entre agosto y principios de octubre. Esto significó que la cúpula militar rusa tuvo que debilitar otras secciones del frente. El presunto traslado del grueso de los soldados norcoreanos a la región de Kursk permite a Moscú desplegar soldados rusos en las operaciones ofensivas en el este de Ucrania y mantener la defensa en el norte y el sur.

Esto también permitiría a Moscú evitar la retirada de contingentes rusos adicionales de las ofensivas en curso en Ucrania. La decisión de Corea del Norte de enviar tropas parece obedecer a varios motivos: en primer lugar, la guerra de Ucrania ya no es solo existencial para Putin; Kim Jong-un también ha invertido un enorme capital político. El apoyo de Corea del Norte a Rusia quedó claro inmediatamente después del estallido de la guerra, cuando Pyöngyang fue uno de los cinco únicos países que votaron en contra de la Resolución ES-11/1 de la Asamblea General de la ONU en marzo de 2022.

Alivio

La guerra de Putin llegó en un momento favorable para Kim, ya que Corea del Norte emprendió una revisión fundamental de su estrategia de política exterior tras la fallida cumbre con Estados Unidos en Hanói en 2019. Esta se caracterizó por el abandono (al menos temporal) del objetivo de normalizar las relaciones con los Estados Unidos mediante conversaciones de desnuclearización y el aprovechamiento de las oportunidades económicas asociadas, como el alivio de las sanciones.

En lugar de ello, Pyongyang puso fin a su moratoria de 17 meses para las pruebas de misiles, puso en marcha la actual espiral de escalada con Corea del Sur y, desde entonces, se ha centrado en la cooperación con Rusia. Si bien el fracaso de la diplomacia de cumbres con Estados Unidos y Corea del Sur entre 2018 y 2019 impulsó este replanteamiento, la guerra de agresión de Rusia en Ucrania (además del recrudecimiento del conflicto entre Estados Unidos y China) ofreció condiciones contextuales favorables para el giro estratégico.

Para Kim Jong-un, el apoyo de Moscú fue sin duda rentable desde el punto de vista político. Por ejemplo, el veto de Rusia en el Consejo de Seguridad de la ONU contra la prórroga del mandato del Grupo de Expertos supuso un duro golpe para el régimen internacional de sanciones contra Pyöngyang. Además, Corea del Norte pudo abastecerse urgentemente de alimentos, combustible y otros materiales mediante la venta de armas. Esto, a su vez, ha reducido su dependencia económica unilateral de China, al menos hasta cierto punto.

Exigencia

En septiembre de 2024, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguei Lavrov, describió el estatus de Corea del Norte como potencia nuclear como una “cuestión cerrada” y la desnuclearización de Corea del Norte quedó finalmente “fuera de la mesa”. En segundo lugar, al apoyar la guerra rusa, Corea del Norte puede obtener información valiosa sobre la eficacia práctica de sus sistemas de armamento. El despliegue de tropas también proporcionará al ejército norcoreano experiencia directa en combate.

En tercer lugar, cabe suponer que Kim Jong-un intentará exigir a Putin el precio más alto posible por el despliegue de tropas. Por tanto, cabe esperar que Corea del Norte no solo presione para que se le sigan suministrando alimentos, capital y combustible, sino también para que se le permita acceder a tecnología militar de alto nivel y a los conocimientos tecnológicos correspondientes. Las posibles áreas de cooperación podrían incluir el perfeccionamiento de la tecnología de reentrada de los misiles intercontinentales norcoreanos, la construcción de una flota de submarinos nucleares tácticos y el desarrollo de sistemas de misiles capaces de superar las defensas antimisiles estadounidenses.

Implicaciones para Europa

Aunque todavía no se pueden evaluar con precisión las implicaciones militares del despliegue de tropas norcoreanas, este proceso tiene complejas implicaciones para Europa. En primer lugar, la decisión cambiará permanentemente las relaciones entre Europa y Corea del Norte. Europa ha sido tradicionalmente la puerta diplomática de Pyöngyang hacia Occidente y los diplomáticos norcoreanos están destinados en la mayoría de las capitales europeas.

Los contactos informales entre Europa y Corea del Norte han desempeñado repetidamente un papel no desdeñable en el pasado, especialmente en tiempos de crisis. Al enviar varios miles de soldados a Rusia para su despliegue en la guerra contra Ucrania, Corea del Norte ha cruzado el Rubicón y ha hecho muy improbable cualquier iniciativa diplomática por parte de Europa. Por otra parte, Europa se enfrenta a una interdependencia aún mayor de la dinámica de seguridad en su vecindad con la del Indo-Pacífico, lo que exige un posicionamiento estratégico claro por parte de la OTAN y la UE.

En particular, las principales partes interesadas deben adaptarse a la creciente asociación militar entre Corea del Norte y Rusia. De hecho, las relaciones entre Corea del Sur y la OTAN se han profundizado aún más desde el inicio de la guerra de agresión rusa. En cuanto a la Unión Europea, la asociación de seguridad y defensa recientemente acordada entre la UE y Corea del Sur, que también incluye un diálogo estratégico celebrado por primera vez a principios de noviembre, proporciona el marco institucional correspondiente.

Implicaciones para la situación de seguridad en la península coreana

La profundización de la cooperación entre Corea del Norte y Rusia entraña riesgos directos e indirectos para la estabilidad a largo plazo de la península coreana y de la región en general. El acercamiento de Pyöngyang a Moscú se produce en un momento en que la política y la retórica de Corea del Norte hacia Corea del Sur son cada vez más hostiles. Por ejemplo, Kim Jong-un anunció en enero una revisión constitucional.

En la nueva versión, Corea del Sur es declarada el “enemigo principal” y se abandona el antiguo objetivo de la reunificación pacífica. En octubre, Corea del Norte voló parte de las carreteras y vías férreas que conectan Corea del Norte con Corea del Sur y comenzó a construir fortificaciones cerca de la frontera. Más recientemente, Pyöngyang amenazó con tomar represalias si Seúl enviaba drones al espacio aéreo norcoreano para lanzar panfletos propagandísticos. Corea del Sur ha condenado claramente la decisión norcoreana de enviar tropas a Rusia.

Sin embargo, (todavía) no está claro cómo reaccionará a largo plazo. Es de esperar que aumente la presión sobre Seúl, especialmente desde Europa, para que intensifique su compromiso con Ucrania en forma de un apoyo económico y humanitario más amplio o incluso de ayuda militar directa. En la reacción de Corea del Sur influirán sobre todo tres cuestiones centrales:

Cuestiones

A cambio del envío de tropas, ¿proporcionará Rusia a Corea del Norte tecnología militar que Pyöngyang podría utilizar contra Corea del Sur? ¿La decisión de enviar tropas por parte de Corea del Norte, que podría adquirir allí experiencia directa en combate, está relacionada con las consideraciones a más largo plazo de Corea del Norte respecto a una acción militar contra Corea del Sur? ¿Implica el despliegue de tropas norcoreanas la implicación de Rusia en un posible conflicto militar en la península coreana?  

Independientemente de la política de Corea del Sur, la situación de seguridad en la península coreana se ha deteriorado aún más con el acercamiento entre Corea del Norte y Rusia. En Seúl se teme, por ejemplo, que Pyongyang se vea mejor equipado para realizar provocaciones militares contra el Sur gracias al apoyo de Rusia y que, por tanto, adopte un comportamiento más beligerante.

Además, la menor dependencia económica de Corea del Norte respecto a China hace que disminuya la confianza de Corea del Sur en la capacidad de Pekín para frenar el comportamiento impulsivo y agresivo de Corea del Norte.

El factor China

Aunque China ha apoyado la guerra de Rusia en Ucrania, es poco probable que Pekín se sienta en absoluto tranquilizado por el nuevo elemento norcoreano en la dinámica de seguridad transregional. En primer lugar, la República Popular se enfrenta claramente a la realidad de que está perdiendo influencia sobre Pyöngyang, mientras que Rusia la está ganando. En segundo lugar, existe el peligro de que una mayor escalada de la situación de seguridad en la península coreana se traduzca en una presencia militar aún más fuerte de Estados Unidos y sus aliados en la región.

No obstante, la reacción de Pekín ante la implicación activa de Corea del Norte en la guerra de Rusia ha sido hasta ahora muy comedida. Sin embargo, esto podría cambiar si la cooperación entre Corea del Norte y Rusia llevara a China a ver amenazado el statu quo en la península coreana. En ese caso, Pekín podría tomar medidas concretas, como prohibir la exportación de coque de petróleo a Corea del Norte y Rusia, que también puede utilizarse en la fabricación de municiones, entre otras cosas.

Perspectivas

La guerra en Ucrania, la asociación cada vez más estrecha entre Corea del Norte y Rusia, la amenaza nuclear que representa el régimen de Kim Jong-un y, sobre todo, el despliegue de tropas norcoreanas en Rusia representan un desafío inmediato para Europa, Estados Unidos y el Indo-Pacífico. Aunque las posibilidades de influir en la cooperación militar entre Moscú y Pyöngyang son limitadas, Europa puede y debe reaccionar ante esta escalada.

A corto plazo, debería mejorarse aún más la cooperación en materia de inteligencia con Corea del Sur en particular e intensificarse el intercambio de información entre la OTAN y los distintos países europeos, incluida la República Federal de Alemania, y los servicios secretos surcoreanos. La tardía reacción de la OTAN y la UE ante las primeras informaciones de inteligencia procedentes de Ucrania y Corea del Sur, que informaban de un despliegue de tropas norcoreanas en Rusia, apunta a déficits en este sentido.

Estrechar cooperación

Una cooperación más estrecha es tanto más importante cuanto que las conclusiones sobre el progreso de la cooperación militar ruso-norcoreana y, en particular, sobre la misión de los soldados norcoreanos y cualquier plan de nuevos despliegues son esenciales para el desarrollo coordinado de contramedidas políticas. Por ello, la visita a Bruselas a finales de octubre de una delegación surcoreana de alto rango encabezada por el subdirector del servicio secreto surcoreano, Hong Jang-won, fue un paso importante.

La UE y Corea del Sur deberían sentar las bases para una profundización y posible ampliación de la asociación estratégica existente entre la UE y Corea del Sur, que debería centrarse aún más que antes en los aspectos relacionados con la seguridad. Además, las principales partes interesadas europeas, como la OTAN, la UE y los gobiernos nacionales, deberían elaborar planes concretos para estar preparados ante una nueva escalada del conflicto en la península coreana.

La correspondiente planificación de escenarios podría abordar, entre otras, las siguientes cuestiones ¿Cómo podría estallar y escalar un conflicto en el Indo-Pacífico? ¿Cómo podrían reaccionar ante ello la OTAN, la UE y los distintos Estados europeos, y qué forma podría adoptar el apoyo a los socios en caso de crisis?

Track 1.5

En cooperación con los socios de la OTAN en el Indo-Pacífico (Corea del Sur, Japón, Australia y Nueva Zelanda), estas cuestiones también deberían debatirse en particular en el marco de los diálogos de la Vía 1.5, porque, como en el caso de la invasión rusa de Ucrania, los responsables de la toma de decisiones en Europa y sus socios en el Indo-Pacífico también deben considerar el fracaso de la disuasión y una mayor escalada en esta región.

Hasta la fecha, los Estados europeos han llevado a cabo en gran medida estas conversaciones entre ellos y dentro de la OTAN con Estados Unidos. Un planteamiento multipartito del desarrollo de escenarios permitirá una mayor complejidad y mejorará la comprensión europea de las condiciones e implicaciones de un conflicto en el Indo-Pacífico.

Por último, el despliegue de tropas norcoreanas en Rusia también debería servir de catalizador para seguir profundizando en la cooperación en materia de seguridad entre la UE y Corea del Sur. El diálogo estratégico recientemente establecido y la nueva asociación de seguridad y defensa entre la UE y Corea del Sur (o República de Corea) ofrecen un marco institucional adecuado para ello.

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