Opinión

El faro de la cultura coruñesa pierde luz

José Luis Méndez Romeu
viernes, 29 de noviembre de 2024
Orquesta Sinfónica de Galicia 2024-25 © EEMM Orquesta Sinfónica de Galicia 2024-25 © EEMM
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La Orquesta Sinfónica de Galicia es una historia de éxito que dura más de treinta años, fruto de la visión ambiciosa del Alcalde Francisco Vázquez, apoyada sobre la importante tradición musical coruñesa y aplaudida sin reserva desde el primer momento por un elevadísimo número de aficionados. De entre las 25 orquestas profesionales españolas, la de Galicia ha estado siempre entre las mejor valoradas por toda la crítica. 

El éxito no es casual, sino consecuencia del intenso trabajo del director Víctor Pablo Pérez que la dotó de un sentido musical característico, continuado por sus sucesores, Dima Slobodeniouk y el actual Roberto González Monjas. Asimismo, cabe destacar la labor de los distintos Gerentes, desde Enrique Rojas hasta el último, Andrés Lacasa, que han estructurado una organización eficaz y creativa. 

Y desde luego, la altísima calidad de los músicos que la forman que, individualmente, por secciones y en el conjunto, han llevado la interpretación musical a cotas de excelencia y superación constante, respaldados por un equipo técnico solvente.

Pero su importancia no termina ahí. La Orquesta ha sabido abordar desde el primer momento dos dimensiones estratégicas, la atención a nuevos públicos a través de los conciertos para estudiantes donde han participado todos los centros de enseñanza, y la formación de futuros músicos a través de la Orquesta Joven y la Orquesta de Niños. Si olvidar los Coros, las giras por distintas ciudades de Galicia, España y el extranjero, las emisiones en internet, las grabaciones discográficas, los programas populares como en las fiestas de agosto o la colaboración con todo tipo de entidades en iniciativas musicales. No ha sido solamente una Orquesta, sino un verdadero proyecto cultural en su triple dimensión artística, formativa y divulgativa.

Y todavía más. La Orquesta ha ofrecido a los estudiantes de los Conservatorios gallegos un modelo profesional exigente, homologable con las orquestas europeas más relevantes. Ha facilitado el estreno de obras de los compositores gallegos actuales e históricos, ha proyectado en el exterior una imagen de Galicia innovadora y en el interior ha estado en todos los lugares donde ha sido reclamada.

Sin embargo, en los últimos años se han acumulado problemas que poco a poco han restado brillo a la imagen de la OSG: dificultades presupuestarias, deficiencias en la sala de conciertos, retirada de los patrocinios privados y algunas otras. Problemas que se han agudizado por no haberse abordado con prontitud. No debe haber confusión: son problemas de solución relativamente sencilla que solo requieren voluntad de las entidades patrocinadoras.

No es tiempo de acusaciones o demandas, sino de visiones compartidas. Ayuntamiento, Xunta de Galicia y Diputación Provincial, tienen capacidad para impulsar más todavía al gran icono cultural de la música gallega, verdadero tractor de otros muchos proyectos como la música de cámara, la ópera, los pequeños festivales, las enseñanzas musicales, etc. Porque la Orquesta y la creación cultural gallega son los grandes activos del país y el mejor producto para mostrar dentro y para competir fuera.

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