España - Valencia

La Edad Media golpea de nuevo

Rafael Díaz Gómez
martes, 7 de enero de 2025
Ollé, Il trovatore © 2024 by Miguel Lorenzo / Les Arts Ollé, Il trovatore © 2024 by Miguel Lorenzo / Les Arts
Valencia, sábado, 14 de diciembre de 2024. Palau de les Arts. Sala Principal. G. Verdi: Il trovatore, ópera en cuatro actos. Libreto de Salvatore Cammarano, basado en la obra de teatro El trovador, de Antonio García Gutiérrez. Estreno: Teatro Apollo de Roma, el 19 de enero de 1853. Dirección escénica: Àlex Ollé. Escenografía: Alfons Flores. Vestuario: Lluc Castells. Iluminación: Urs Schönebaum. Coproducción: Dutch National Opera, Opéra National de Paris y Teatro dell’Opera de Roma. Olga Maslova (Leonora), Antonio Poli (Manrico), Ekaterina Semenchuk (Azucena), Lucas Meachem (Il Conte di Luna), Holly Brown (Inés), Adolfo Corrado (Ferrando), Filipp Modestov (Ruiz), Lluís Martínez (Un viejo gitano), Antonio Lozano (Un mensajero). Cor de la Generalitat Valenciana. Director: Jordi Blanch Tordera. Orquestra de la Comunitat Valenciana. Dirección musical: Maurizio Benini.
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Por Les Arts han pasado varias producciones en las que el agua ha sido un elemento escénico fundamental. Tuvo el destino la cortesía de evitar otra más en la serie de funciones que reanudaron la programación del teatro tras el terrible desastre ocasionado no solo por la dana del 29 de octubre (suspendidas quedaron todas las representaciones de La verbena de la Paloma).

Y es que Il trovatore, ya se sabe, es más de fuego. Y para Àlex Ollé también de tierra. Su puesta lleva ya tiempo rodando y ha sido comentada por cualificadas plumas en estas mismas páginas. A mí, salvo detalles, me gustó. Es ágil, imaginativa y sugerente. Cuenta con un magistral dominio de la iluminación y con un vestuario de época (casi de cualquier época) que quizás venga a reforzar una idea principal: siempre nos hemos matado la mar de bien, cada vez mejor, mientras que quienes manejan el cotarro se entretienen con lo suyo.

Cierto que varios rasgos sitúan la acción no en el original territorio ibérico tardomedieval, sino en un indeterminado lugar europeo durante la Primera Guerra Mundial. Se suele afirmar que fue este conflicto bélico el que cerró un XIX al que se le llamó el siglo romántico. Y muy romántico era el drama de García Gutiérrez que tanto atrapó a Verdi.

Lo que a mi juicio consigue Ollé es desencorsetar ese romanticismo, librarse de su aspecto más anecdótico y peregrino y darle un relativo nuevo vuelo sin que las líneas argumentales del libreto se vean en absoluto afectadas. Ahora bien, no es muy esperanzador con el género humano lo que se aprecia desde ese vuelo (en su esencia, pesimista era también el Romanticismo). Lamentablemente, hoy en día, tantos hechos tan desalentadores no vienen precisamente a contradecir tal visión.

‘Il trovatore’ de Verdi. Dirección musical: Maurizio Benini. Dirección escénica: Àlex Ollé. Valencia, Palau de les Arts, diciembre de 2024. © 2024 by Miguel Lorenzo / Les Arts.‘Il trovatore’ de Verdi. Dirección musical: Maurizio Benini. Dirección escénica: Àlex Ollé. Valencia, Palau de les Arts, diciembre de 2024. © 2024 by Miguel Lorenzo / Les Arts.

Lo que no falla nunca en Les Arts, por fortuna, es la esperanza de que la orquesta y el coro nos regalen los oídos con su trabajo. Y ambos estuvieron fantásticos. El segundo afronta una nueva etapa tras la jubilación de su director titular durante 36 años, Francesc Perales, al que solo cabe darle la enhorabuena por tan estupenda trayectoria profesional. Jordi Blanch, que ya hacía labores de asistencia en la formación, asume de manera interina la dirección con una competencia y solvencia totalmente acreditadas.

Mientras, es clarividencia lo que deseamos para los organismos culturales correspondientes a fin de que la transición en la titularidad de la dirección del Cor de la Generalitat Valenciana sea eficaz y ausente de conflictos.

‘Il trovatore’ de Verdi. Dirección musical: Maurizio Benini. Dirección escénica: Àlex Ollé. Valencia, Palau de les Arts, diciembre de 2024. © 2024 by Miguel Lorenzo / Les Arts.‘Il trovatore’ de Verdi. Dirección musical: Maurizio Benini. Dirección escénica: Àlex Ollé. Valencia, Palau de les Arts, diciembre de 2024. © 2024 by Miguel Lorenzo / Les Arts.

Exige Il trovatore suficientes y variadas intervenciones corales (voces masculinas y femeninas por separado y en unión, y tanto dentro como fuera del escenario) como para poder valorar el estado de un coro. ¿Qué decir al respecto en este caso? Pues lo que viene siendo una obviedad por repetitivo, aunque precisamente por ello, por su constancia, más meritorio (y en especial en una etapa de transición): una interpretación sobresaliente.

Y no menos consideración merece el desempeño del conjunto orquestal, soberbio al mando de un Maurizio Benini que articuló el entramado discursivo con temple y brillo, dulzura y pasión, apurando los extremos sin caer en excesos injustificables.

‘Il trovatore’ de Verdi. Dirección musical: Maurizio Benini. Dirección escénica: Àlex Ollé. Valencia, Palau de les Arts, diciembre de 2024. © 2024 by Miguel Lorenzo / Les Arts.‘Il trovatore’ de Verdi. Dirección musical: Maurizio Benini. Dirección escénica: Àlex Ollé. Valencia, Palau de les Arts, diciembre de 2024. © 2024 by Miguel Lorenzo / Les Arts.

Por su parte, el cuarteto solista vino a demostrar que no se precisa de un nivel de excelencia estratosférico para sostener con garantías de satisfacción el desempeño de un Trovador. Olga Maslova defendió una discreta pero digna Leonora. Antonio Poli fue un Manrico entregado, de atractivo timbre y buenas maneras técnicas, aunque algo disminuido en los extremos del registro. Lucas Meachem, que compaginando su presencia con el Liceu (Sharpless) finalmente cantó más funciones que el anunciado Artur Rucinski (que solo se presentó en una), compuso un Conte di Luna al comienzo algo rudimentario, pero poco a poco convincente por carácter, intención y color. Por fin, Ekaterina Semenchuk encarnó a una Azucena casi de manual, con pleno dominio canoro y actoral, sin duda lo mejor de la noche en el apartado vocal.

El teatro estaba prácticamente lleno. La impresión es que el espectáculo gustó sin apenas fisuras. Hay que suponer que entre quienes aplaudían había creacionistas, terraplanistas, tirapresistas y adoradores de la séptima versión de Mazón en El Ventorro. Lo que viene siendo plena Edad Media, vamos. ¡Como para no darle la razón a Ollé!

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