España - Castilla y León
De la transparencia a las brumas
Samuel González Casado

El concierto de abono n.º 9 de la OSCyL ofreció buen nivel artístico, que se sustentó en la primera parte y sobre todo en la interpretación que Vadim Gluzman hizo del Concierto n.º 2 de Shostakóvich, caracterizada por una calidad técnica que permitió disfrutar de la obra sin el menor sobresalto y maravillarse con ese sonido pleno, transparente, solidísimo del israelí, alcanzado sobre todo hacia la mitad del primer movimiento (se había quedado bajo en algún salto hacia el agudo) y exhibido ya hasta el final de su intervención, incluida una propina donde demostró que la perfección existe.
La obra es realmente complicada,
porque hay una exposición permanente del solista (lo que de alguna manera me
hace recordar al Concierto para violín de Beethoven, aunque quizá esto
sea una excentricidad). En esta interpretación, además, la orquesta quedó en un
discretísimo segundo plano en el lírico primer movimiento, con lo cual el
protagonismo de Gluzman fue enfatizado más si cabe.
El concierto da pie a la
exhibición, tranquila pero completa; y si hay un violinista tranquilo ese es
Se comenzó la velada con Escaramuza,
de Gabriela
Tampoco noté algún tipo de
tensión en el devenir estructural de la obra, lo que me llevó a escucharla de
forma curiosa pero sin sentirme seducido. En cualquier caso, es un tipo de
composición que hoy no desagrada al público en general, quizá por sus orígenes
folclóricos, y al que se recurre mucho, con bastante fortuna, en los programas
de la OSCyL. Creo que se trata de una tendencia musical susceptible de ser
modificada, pero que en sí misma no es positiva ni negativa: dependerá de la
calidad.
La interpretación de la Sinfonía
n.º 2 de Jean
No se puede hablar en el mismo
sentido positivo respecto a cierto ambiente de sonido brumoso, y a veces
descoordinado, que provocó que el edificio se posara con dificultad, como si no
se hubiera creado un patrón regulador de qué elementos estructurales debían
sostener a otros. Eché mucho de menos la claridad que
En cualquier caso, como todas las gradaciones dinámicas fueron satisfactorias, los temas se enunciaron y aglutinaron con intencionalidad y esa espacialidad buscada sonó plenamente conseguida, la impresión general fue de una plenitud apreciable que no dejó malas sensaciones.
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