Reino Unido

Redonda 'Fanciulla'

Enrique Sacau
lunes, 26 de septiembre de 2005
Londres, domingo, 18 de septiembre de 2005. The Royal Opera House, Covent Garden. Giacomo Puccini, La Fanciulla del West. Piero Faggioni, dirección escénica, iluminación y vestuario. Kenneth Adam, escenografía. Robert Bryan, iluminación. Andrea Gruber (Minnie), José Cura (Dick Johnson), Mark Delavan (Jack Rance), Francis Egerton (Nick), Robert Lloyd (Ashby), Jonathan Lemalu (Jake Wallace), Mark Stone (Sonora), Hubert Francis (Trin), Grant Doyle (Bello), Jared Holt (Happy), Harry Nicoll (Joe), Graeme Broadbent (Larkens / Billy Jackrabbit), Adrian Clarke (Sid), Clare Shearer (Wowkle), Jeremy White (José Castro), Lee Hickenbottom (Pony Express Rider). The Orchestra & Chorus of the Royal Opera House. Renato Balsadonna, dirección del coro. Antonio Pappano, dirección musical. Ocupación: 100%
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Ya escribí una vez que The Royal Opera House tiene querencia por algunas de sus más antiguas producciones. Algunas veces merece la pena presenciar sus reposiciones (La Bohème de Copley, Les Contes d’Hoffmann de Schlessinger) y con otras desea uno que se jubilen pronto (Otello de Moshinsky o la felizmente retirada Tosca de Zeffirelli). Estrenada en 1977, La Fanciulla del West de Piero Faggioni, con escenarios diseñados por Kenneth Adam (que tiene en su currículo el haber trabajado en películas de James Bond), está entre las primeras. Faggioni y Adam ofrecen una imagen del oeste tan convencional como sólida: no arriesgan, podría decirse, pero saben describir perfectamente a los personajes que se pasean por Fanciulla sin necesidad de acudir a ideas estridentes. No sólo me ha gustado ver en pie esta 'vieja gloria', sino que espero tener aún más oportunidades de verla en directo.

Fotografía © 2005 by Catherine Ashmore

Todavía mejor que la adecuada escenografía, fue el foso. Fanciulla es una ópera compleja de montar para un director: no sólo la línea vocal es declamada, sino también la orquestal, enfrentando al foso con problemas rítmicos y requiriendo de él casi la capacidad de articular las palabras con los solistas y el coro. Durante los complejos y corales primeros veinte minutos (que parecen algo erráticos, pero que resultan esenciales para entender la estrecha relación entre 'Minnie', la soprano, y los mineros) en que la mayor parte de las interpretaciones naufragan o cumplen sin más, Pappano me mantuvo al borde del asiento. Con un efecto dramático impecable, supo jugar con la cambiante tensión de la escena (que sube y baja; ora se pide la muerte de un tramposo, ora se recauda dinero para un minero que echa en falta a su madre), dibujándola perfectamente con la orquesta. Durante el resto de la ópera se mantuvo como protagonista, poniendo los pelos de punta en el segundo acto. La orquesta, y el coro preparado por el siempre sobresaliente Renato Balsadonna, siguieron al director con atención y, por ende, lograron un resultado igualmente destacable.

Fotografía © 2005 by Catherine Ashmore

Cada vez parece menos claro que La fanciulla sea una ópera verista. Sin embargo, los solistas del pasado domingo me recordaron que, incluso cuando es interpretada de ese modo, con un arrojo rayano en el alarido, funciona magníficamente. Y los tres protagonistas, así como todos los secundarios, se llevaron el gato al agua. A la cabeza estuvo un José Cura inspiradísimo. Lejos de emitir sonidos demasiado guturales o entubados, su voz sonó clara, afinada y potente. Dramáticamente enseñó un 'Dick Johnson/Ramerrez' absolutamente chulesco a la vez que apasionado, lo que encaja muy bien con el personaje. Andrea Gruber tardó en colocar la voz, algo aristada en el primer acto, pero acabó convenciendo con una 'Minnie' poderosa y valiente. Emocionó su arrojó escénico en el segundo acto, así como sus conmovedoras exigencias a los mineros en la escena final. Mark Delavan hizo un excelente 'Jack Rance', tanto vocal como dramáticamente. Su centro es broncíneo y potente, y su voz tiene un color uniforme. Es poco sutil, sí, pero eso es lo que pide su personaje.

Fotografía © 2005 by Catherine Ashmore

Como es habitual en la casa, los solistas estuvieron muy bien y Puccini siempre te da acción de la muy buena. En fin, es la primera ópera que comento esta temporada en Mundoclasico.com (la primera de la temporada, Dom Sébastien fue comentada por Emanuele Senici) y no puedo salir con mejor sabor de boca. ¡Qué dure!

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