Este CD trae en total 21 pistas, la más breve de apenas 0.41’, la más larga de 5.56’. Excepto seis pistas con música compuesta por el violonchelista invitado Ernst Reijseger, el resto son trozos -mayormente danzas- compuestos en los siglos XVI y XVII por compositores ingleses, italianos y franceses para conjunto de violas. Las seis composiciones contemporáneas hacen lo mismo: aprovechan el sonido peculiar de las violas para acompañar al violonchelo moderno, en breves piezas características, más o menos interesantes, pero que suenan bien, y que contribuyen a la gran variedad que caracteriza este disco.
Pero concentrémonos sobre la música antigua. Llama la atención cómo, aun en aquella época, se puede distinguir claramente la música inglesa de la italiana o francesa, por el carácter de las melodías y el uso de los ritmos. La música inglesa…
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