Dudamel se mostró más ruidoso que cuidadoso.Su versión en los pasajes delicados no aporta nada nuevo, mostrándose como un simple intérprete-artesano, y en los pasajes concertantes en forte, aquello suena muy fuerte pero no se entiende nada.
La puesta en escena de Gallienne oscila entre el respeto al libreto y a las situaciones, con buena dirección de actores, y alguna que otra idea peregrina de las que parecen "necesarias" para que pueda decirse que el director de escena no ha hecho un trabajo banal.
Bellini, quizás más que ningún otro compositor, tiene sus ortodoxias.Cuando de Bellini y de sus famosas melodías se trata, los criterios se vuelven particularmente drásticos.Y hasta contradictorios.
El público asistente al estreno le dedicó a Pelly y al equipo escénico una ovación casi tan grande como la que recibió Sabine Devieilhe.Pero es que también esta 'Lakmé', alibababesco de melodías bonitas, templo de ternura y de emoción, que nunca ha dejado de estar en el corazoncito de los melómanos de todo el mundo, a pesar de haber sido tanto tiempo ninguneada por los intelectuales boulezianos y demás.
¿No sería mejor que pidiéramos a cada intérprete que sea un buen (y si posible excelente) artesano?Que respete las reglas de su arte, que cumpla con la partitura dando todas las notas en buen estado, que cumpla con el libreto respetando el sentido, y que cumpla con una y otro dando emoción.
Desde un punto de vista musical, en esta 'Carmen' estábamos en presencia de voces más grandes -Margaine, Calleja y d'Arcangelo- y por tanto más acordes con la gran orquesta que suena en una sala grande como Bastille
La puesta en escena de Valentina Carrasco gira en torno al torneo de ping-pong como metáfora del enfrentamiento entre las dos superpotencias, lo cual da lugar a vistosas imágenes, pero también a decorados totalmente abiertos que no favorecen a las voces.
Toda la admiración se la llevó Jodie Devos como Marie.Hace tiempo que Devos empezó a destacar en papeles de ligera, pero entonces parecía que los sobreagudos se le resistían.Ahora en cambio ha ganado en cuerpo y en seguridad, sin perder su timbre plateado ni su facilidad en la coloratura.
Puestos a presentar 'La Creación', valía la pena poner toda la carne en el asador.Y así lo entendieron Radio France y el Théâtre des Champs-Elysées, reuniendo unos conjuntos de renombre, un director en carrera ascendente, y unos solistas que son especialistas en la música de cámara y el oratorio
Puesta en escena astuta, la de Homoki.El público que viene buscando «la Carmen de toda la vida» queda satisfecho merced a trajes perfectamente adecuados a la tradición para cada protagonista.Y el público que busca «algo nuevo» se encuentra con una versión meta-histórica que no deja de tener su interés.
Qué gusto da escuchar todas las pequeñas experimentaciones tímbricas de Prokofiev, con alianzas de instrumentos inesperadas.Y qué gusto la opulencia sonora de la Filarmónica de Viena
La constante sorpresa en las coreografías, la brillantez de las músicas escogidas, la brevedad del programa, no dan pie al cansancio.Familias, grupos escolares o amigos comentarán el espectáculo largo tiempo y lo retendrán como un buen momento.
Grimaud lleva décadas firmemente establecida en el mundo de los conciertos y sus actuaciones, que son siempre una garantía de calidad, se caracterizan por la contención y la modestia.
La Ópera Nacional de París, que alberga también una Escuela de Danza y una Academia destinada principalmente a jóvenes cantantes, ha decidido montar una serie de representaciones apoyándose en los dos cuerpos citados.