En manos de Bronfman todo parece natural, la belleza de la música de Schumann es una evidencia.Es hermoso porque es hermoso, sin añadirle afeites ni azúcares.Jurowski lo mima, siempre atento al equilibrio entre solista y orquesta.
Del 27 de agosto al 24 de septiembre se celebrará la nueva edición del Festival Enescu que tiene lugar cada dos años en Bucarest y otras localidades rumanas.Se trata de un festival muy amplio, tanto por su duración, casi un mes, como por la cantidad de conciertos que ofrece, organizados en varias series: la principal la de 'Grandes orquestas del mundo' que se celebra en la sala de Palatului.
El diálogo entre orquesta y piano funcionó con precisión gracias a una compenetración exacta en los tiempos y a un respeto mutuo en las sonoridades.Bronfman es uno de esos sólidos pianistas consagrados que resuelven las mayores dificultades técnicas sin apenas inmutarse.
Yefim Bronfman no se deja distraer, no hace ningún alarde de la música, sino que se implica completamente en ella, antes de perfeccionar el cambio a una sensación de caos y furia con una velocidad e intensidad notables en el final.
A falta de la oferta que vayan sumando Kursaal Eszena (San Sebastián) y el bilbaíno Teatro Arriaga, el paisaje musical vasco del próximo curso se ha desvelado esta pasada semana con una llamativa concentración.
La temporada 2021-2022 de la Orquesta Sinfónica de Pittsburgh será la decimocuarta bajo la dirección de su director musical Manfred Honeck y la número 126 en la célebre historia de la Orquesta Sinfónica de Pittsburgh.