Es como juntar el agua y el aceite, dos cosas que no pegan ni con cola pero que nos quieren meter con calzador, cuyo ánimo solidario y reivindicativo en plena época del revisionismo histórico queda muy bonito de cara a la galería del esnobismo, que es en lo que se convierte esta función, con tintes de panfleto propagandista fuertemente ideologizado.
Armar 'La corte de Faraón' es una empresa, aún hoy, sumamente arriesgada y repleta de complicaciones escenográficas y vocales, porque -aunque lo parezca- no es una simple y frívola revista
En 'El Oro del Rin' hay alguna que otra escena espectacular, algún que otro momento de emoción, pero hay sobre todo mucha explicación.Si esas explicaciones no son trabajadas con mimo, se corre el riesgo de perder al espectador.
La casa de ópera napolitana puso al servicio de la obra una pareja solista de excepción, adecuados personajes de flanco, una puesta tradicional muy correcta y una más que competente batuta.
El autor nos proyecta, ágil y apasionadamente, una imagen del músico más allá de su inspiración artística, para zambullirnos en un mar ‘infinito’ que extiende sus ondas concéntricas hacia lo inimaginable.
Donizetti ridiculiza en esta obra los usos y costumbres, vicios y virtudes, conveniencias e inconvenientes en el teatro, sirviéndose de todos los clichés que tiene a mano.Kramer utiliza el argumento para escenificar aquí con fuerza, mucho color e impudor las excéntricas y grotescas inclinaciones de los artistas.
El Palazzetto Bru-Zane, pilar en la recuperación de las músicas del XIX francés, se ha planteado recuperar las puestas en escena de la creación de las óperas tal y como se hace con la música.