Nunca ha existido algo así como el fin de las ideologías;la ideología de la falta de ideología es una ideología particularmente inteligente, y "Estados Unidos en sí era una ideología", señala Lütjen.Nadie como Trump ha querido hacer tan inequívoca e ineludiblemente grande esa ideología que es Estados Unidos.
El frente está demasiado endurecido, la brecha entre las políticas de identidad de los dos campos es demasiado profunda.Los adversarios se han convertido no solo en enemigos, sino en extraños.
¿Qué puede ver en Trump un trabajador que acaba de perder su empleo en la fábrica?Trump vive en Manthattan como un multimillonario, aunque su situación económica y financiera real sea una incógnita ocultada celosamente.