El trabajo de Francisco López es puro teatro.La concisión de la trama reducida a sus elementos esenciales -y, por ende, universales- proporciona una claridad a la historia al mismo tiempo que una condensación dramática impresionante.
Toda la obra gira alrededor uno de esos grandes antihéroes operísticos que irrumpen en nuestra vida de vez en cuando.El señor Brouček es un praguense que, como Falstaff o Zsupán, piden poco para vivir.
La tesitura funciona a las mil maravillas y despierta miles de metáforas asociativas.Hay mucho movimiento, mucha audacia, mucha variedad, pluralidad de enfoques, con un entramado unificador deslumbrante en esta exhibición de virtuosismo danzístico moderno.
¿Estará Europa bajo el agua si se rompe una presa en Valladolid?Sí, dice el líder del Partido Popular Europeo (PPE), el polaco Donald Tusk, porque una alianza de los conservadores con la extrema derecha por primera vez desde el final de la dictadura franquista no es la única ruptura del tabú.
El Museo Von-der-Heydt expone una serie de diez serigrafías de Mao Tse-Tung, que permanecía sin ser mostrada desde 1975.El entonces director del museo, Günter Aust, las había adquirido tres años antes.
Levit siente el swing y lo acompaña tímidamente con su torso ante el teclado, pero no se atreve a lanzarse como lo hace un aguerrido pianista de jazz.Pierde la oportunidad y esto es tanto más lamentable cuanto que la Orchestre de Paris demuestra competentemente cómo hacerlo.
Los retratos se convirtieron, incluso por necesidad, en la especialidad de Hans Holbein.Así se hizo conocido y apreciado en la Inglaterra de Enrique VIII.Precisamente gracias a estos retratos podemos hacernos una idea de este interesante periodo, caracterizado por violentas convulsiones.
La soprano argentina Silvia Baleani -destacada intérprete del repertorio mozartiano, rossiniano y belcantista- falleció el pasado 18 de mayo en Milán.Casada con el director de orquesta Donato Renzetti desde 1984
Magdalena Kožená canta a Anna con un tono luminoso, casi de soubrette, cantarín e ingenuo.La obra no se desliza hacia la revista.Más bien, "Los siete pecados capitales" se convierte en un placer ambiguo.
De la mano de Krichel uno reconoce en “Cuadros de una exposición“ todo de inmediato: los niños riñendo, después de jugar;el viejo castillo con sus altas bóvedas;las mujeres parloteando en el mercado;un carro tirado por bueyes que se acerca lentamente;