Volpi ambienta la historia en un teatro, durante los ensayos del ballet Giselle, centrándose en el encuentro de Giselle y Bathilde, quienes experimentan algo nuevo, jamás vivido antes: una familiaridad, una atracción, un contacto profundo y cálido.
El poder y la ambición de coleccionar tretas innovadores existen en todas partes, dentro y fuera de las nobles salas de ballet, como muy bien lo sabe Demis Volpi por vivencias propias.El final de su ballet es sorprendente y cinematográfico, todo un acierto y deja boquiabiertos a los espectadores.
Desearía poder traer mi propio trabajo al Ballett am Rhein en la forma de ballets enteros que cuenten una historia concreta.Eso va a ser algo que no se ha visto aquí en la última década, y -a partir de ahí- seguir buscando lugares, artísticamente hablando, para que los distintos lenguajes coreográficos puedan ser mostrados y desarrollados también.
Teatro Nescafé de las Artes.Ensemble Salzburg de Austria: Risa Schuchter, violín;Bernhard Krabatsch, flauta;Jeremy Findlay, violoncello;y Ellen Braslavsky, piano.Programa: Sinfonía Nº 41, 'Júpiter', en Do Mayor, K.