A Aimard le encantan los caracteres tan diferentes de los cuatro movimientos del Concierto de Schönberg.A Robertson le parecía interesante armar este programa con dos obras sorprendentes de Gershwin y Schoenberg, dos buenos amigos, sin perder de vista además un hilo conductor.
Sarah Willis sostiene que también Mozart puede ser bailado y lo demuestra aquí por cuarta vez.Ella dice, con acierto, que tras su encuentro con el maravilloso pueblo de Cuba su música se le pegó en la piel.
El primer encuentro del adolescente Astor Piazzolla con la música de Bach se produjo en Nueva York allá por 1934.Un vecino suyo, de origen húngaro y profesor de música, la tocaba al piano.
La compositora cubanoamericana Tania León recibe el galardón por producción compositiva de alto reconocimiento internacional.Es la primera mujer que recibe el Premio Tomás Luis de Victoria.
Levit toca tan lentamente el Vorspiel zu Tristan und Isolde, con el misterioso acorde de Tristán, que se convierte en un esqueleto.Pareciera como que él mismo estuviera (re) componiendo la obra.
¿Se puede disfrutar de un buen concierto y al mismo tiempo salir contrariado?Se puede y me sucedió.No es fácil imaginar una propuesta menos arriesgada que la presentada por la ONE: Chaikovski y Schumann.