En tiempos de cierta 'tacañería' concertística, en que suele bastar con una sola obra que pase de sesenta minutos para considerar que con eso se completa un programa, no podemos sino considerarnos bien servidos cuando, además de la 'Quinta' de Mahler se nos propone un señor concierto como es el 'Tercero para piano' de Prokofiev
No es fácil dar diversidad para un público actual a unas obras como la 'Water music' o 'Music for the Royal Firework' pensadas para ser escuchadas a trozos y desde lejos
Elim Chan hace un estupendo trabajo, escucha a Goerner y hace que la orquesta le siga, cante con él, sin nunca avasallar, al contrario, midiendo los volúmenes
Obras hermosas, solistas de órdago, orquesta y coro de muchos kilates, dirección que cumple su cometido: ¿Qué más se puede pedir?… Que programen más a menudo estas obras.
Saraste se muestra ante todo un estupendo ingeniero, resolviendo con brío el complejo esquema arquitectural del primer movimiento sin perder el sentido del detalle
Alsop se sube al podio sin partitura, muestra de su familiaridad con el 'Concierto para orquesta' de Bartók.Irá desgranando la obra con energía, sin prisa pero sin pausa.
Aprovechando que Mikko Franck es finlandés, que ya lleva algunos años al frente de la Filarmónica de Radio Francia, y que para la temporada 25-26 será reemplazado por Jaap van Zweden, la Casa de la Radio ha tenido la excelente idea de programar el ciclo completo de las sinfonías de Sibelius en tres conciertos.
La 'Fantaisie' de Mel Bonis nada tiene de revolucionaria, pero por su frescura bien merece ser escuchada con más frecuencia.En cuanto a la interpretación, es agradable pero no sobresaliente
Lamsma demuestra un dominio epatante de su instrumento: increíble cómo maneja el forte y el piano, cómo se ríe de las agilidades, la energía que pone en general en su interpretación o cómo por el contrario sabe respirar y hacernos respirar