Una puesta en escena de Pelly que mantiene en todo momento el sentido musical, en que las bromas surgen a partir de lo evocado por música o libreto y que no distraen sino que potencian la atención hacia la obra original.
La triunfadora indiscutible de la noche fue la soprano Miren Urbieta-Vega que revistió a Mimí de sinceridad y sensibilidad, envolviendo al personaje con su dúctil instrumento de leve tono oscuro en el timbre y un agudo seguro y brillante.
Si contemplamos la Séptima Sinfonía desde la perspectiva de lo grotesco, los sonidos de pájaros y toda la idea de burla no serían elementos extraños en esta obra maestra y el Spottvogel de Bruckner sería algo más que un curioso enigma: sería una clave de toda la pieza.
Perles cosechó un éxito innegable en una producción en la que ni el director de escena, Maestrini, que le hizo cantar tumbada en varias ocasiones, ni el director musical, Montané, que desplegó una implacable tormenta decibélica a lo largo de la función sin piedad para los cantantes, se lo pusieron fácil
Kupfer encuentra en su gran producción atemporal lo que la arqueología de la ópera no revela, imágenes escénicas precisas y creíbles para los sentimientos de todos los personajes que captan con precisión y detallismo la existencia de esas figuras.
En la década de 1950 Jasper Johns revolucionó la pintura con sus cuadros de la bandera estadounidense y de dianas.Sus obras se convirtieron en precursoras del arte pop.Mucho menos conocida es su actividad como coleccionista, especialmente de dibujos.
Saioa Hernández es siempre una artista de gran inteligencia teatral, penetra y hace suya la psicología del personaje de Dolores, confiriéndole gravedad y un sentimiento de íntima ausencia que cristaliza en su gran escena del tercer acto.
La actitud de Manuel Capdevila es la de mirar hacia adelante, de trabajar para un futuro mejor y dedicarse a su pasión que es la música y lo hace con coraje y una gran capacidad de trabajo.Sus archivos, su agenda y su empatía son extraordinarios.
La parte musical fue excelente en el apartado vocal y muy buena en el de la dirección.Grandísimas Federica Lombardi y Marina Monzó.James Gaffigan construyó el drama con firmeza y serenidad, equilibrando sobre lo profundo.