Volpi ambienta la historia en un teatro, durante los ensayos del ballet Giselle, centrándose en el encuentro de Giselle y Bathilde, quienes experimentan algo nuevo, jamás vivido antes: una familiaridad, una atracción, un contacto profundo y cálido.
Inspirada hasta en el más mínimo detalle, la compañía del Ballett am Rhein (Düsseldorf / Duisburgo) ha producido una joya que en estos tiempos anuncia la inminente llegada de la fiesta del amor.El resultado es una obra cautivadora, liberadora, muy fluída en el relato y con una exquisita atmósfera íntima, familiar.
El poder y la ambición de coleccionar tretas innovadores existen en todas partes, dentro y fuera de las nobles salas de ballet, como muy bien lo sabe Demis Volpi por vivencias propias.El final de su ballet es sorprendente y cinematográfico, todo un acierto y deja boquiabiertos a los espectadores.
Este Cascanueces no es un drama psicológico, consigue entretener a un público joven y adulto que sale de la sala de la ópera de Düsseldorf con una sonrisa de oreja a oreja.Como recuerdo del estreno, cada uno de los asistentes recibe de obsequio una nuez dorada, similar a la del collar de Clara.
Volpi se ha servido del término ajedrecístico que describe uno de los movimientos iniciales más comunes en este juego para dar título a su obra, Apertura cerrada.El público queda tan atónito por lo que ve sobre el escenario que no sabe si reír o permanecer expectante, a la espera de que en algún momento se dilucide el hilo de esta extraña trama.
Cuando se habla de danza, siempre se está hablando de cuerpos.Ser bailarina o bailarín, ser un ser humano y ser un cuerpo en movimiento - no es tan fácil separarlos.¿Qué es el ser humano?¿Dónde comienza uno y dónde termina el otro?
El coreógrafo Demis Volpi, nuevo director del Ballett am Rhein, se presentará por primera vez con su nuevo cuerpo de bailarinas y bailarines en la Ópera de Düsseldorf a partir del 11 de septiembre con 'First Date', una síntesis en tres episodios de su labor hasta el presente