DVD - Reseñas

Dessay, sphinx étonnant

Raúl González Arévalo
viernes, 11 de abril de 2008
Jules Massenet: Manon (1889), libreto de H. Meilhac y P. Gille. Director de escena: David McVicar. Escenografía y vestuario: Tanya McCallin. Iluminación: Paule Constable. Natalie Dessay (Manon Lescaut), Rolando Villazón (Caballero Des Grieux), Manuel Lanzan (Lescaut), Samuel Ramey (Conde Des Grieux), Francisco Vas (Guillot de Monfortaine), Didier Henry (De Brétigny), Cristina Obregón (Poussette), Marisa Martins (Javotte), Anna Tobella (Rosette), Lluís Sintes (hostelero), Claudia Schenider (sirvienta). Coro y Orquesta del Gran Teatro del Liceu. Victor Pablo Pérez, director. 2 DVD de 175 minutos de duración. Grabación en directo en el Gran Teatre del Liceu, Barcelona (España), el 24, 27 y 30 de junio de 2007. Virgin Classics 50999 5050689 7
0,000196 Sin duda alguna, Virgin ha encontrado en Natalie Dessay su estrella de mayor repercusión y rentabilidad. Casi podría decirse que no pasa un mes sin que salga al mercado alguna grabación suya: tras el disco dedicado a arias de ópera italianas (ver Mundoclasico.com), se anuncia el lanzamiento este mes de la donizettiana La fille du Régiment londinense que causó furor. Apuesten a que dentro de poco llegará Lucia di Lammermoor, de la que tuvimos un avance en el DVD extra que acompañaba el recital citado.

Esta producción de Manon ya fue reseñada, como siempre magnífica y detalladamente, por Jorge Binaghi (ver Mundoclasico.com). Y aunque me encuentro fundamentalmente de acuerdo con su visión, hay algunas diferencias, derivadas obviamente de la diversa impresión entre una ópera en vivo y un DVD.

Estaba claro que ninguna compañía iba a dejar escapar el filón de juntar por primera vez a dos de las grandes estrellas de la lírica actual: Dessay y Villazón. Sin embargo, también sabemos todos que, en un mercado en el que siguen primando los nombres sobre los mejores mimbres, grandes nombres no siempre significan excelentes resultados. Aunque puedan ser buenos, e incluso muy buenos. Vayamos por partes.

‘Manon’ no será el mejor personaje de Dessay. Ni siquiera es la mejor opción en el panorama presente, por cuestiones meramente vocales: aunque la voz haya evolucionado, sigue siendo demasiado ligera en determinados momentos, especialmente en el centro. Sin embargo, otras voces pasadas salieron vencedoras de una tesitura similar (Beverly Sills, por ejemplo) con una interpretación inteligente. Y Dessay, todos lo sabemos, es una artista inteligente y magnética que sabe jugar muy bien sus cartas, que en este caso apuestan más fuerte, cuando se resiste el aspecto vocal, por un aspecto actoral moderno e impecable. La soprano francesa sabe mostrar la evolución de niña a mujer para convertirse posteriormente en femme fatale, algo que la toma visual realza sobremanera al permitir captar los más mínimos gestos.

El único riesgo, y la cantante lo corre conscientemente, considerándose como se considera una actriz que se vale de la música para actuar, es que en la búsqueda de una actuación absolutamente creíble pueda resultar, de una parte, poco espontánea por demasiado construida, y de otra que el estilo quede roto ante algunos excesos, lo que también ocurre en ocasiones. Sin embargo, también hay que reconocer el esfuerzo de dotar de una expresividad máxima a la música, incluso la que se juzga más superficial, como ocurre con la escena de ‘Cours la Reine’, no sólo un mero despliegue de coloratura. En consecuencia emerge un personaje alternativamente ingenuo, enamorado, alocado, superficial y desesperado. Podrá emocionar más o menos -es una cuestión excesivamente personal para que entre a juzgarla-, y repararemos más o menos en algunas dificultades técnicas, como la dureza de ciertos agudos (el equilibrio sonoro de la grabación elimina, obviamente, los eventuales problemas de volumen de una ejecución en teatro), pero no se puede negar que en sus manos ‘Manon’ cobra vida y es una alternativa validísima. Y es que Dessay será siempre una hipnótica esfinge.

Es un discurso inversamente proporcional para Rolando Villazón, que de partida cuenta con un material vocal más idóneo, pero al que algunas carencias técnicas y una evidente falta de dominio sobre el estilo limitan en los resultados finales. No me refiero a que su voz suene poco ‘francesa’: no hay que confundir la falta de calidez con la falta de estilo, conjugación que tenores como Vanzo o Alagna más recientemente han demostrado perfectamente posible. Considero que, a menos que se cante en italiano, como hizo Pavarotti, ‘Des Grieux’ no se debe cantar ‘a la italiana’. El canto excesivamente abierto y ardiente de Villazón lo acerca demasiado a cierta escuela verista, y aunque no faltan intentos por matizar (el mezzoforte del ‘Sueño’) exageraciones como las del acto cuarto no casan bien con la tradición estilística francesa. Lo que no quita que al público le apasione hasta el delirio una ‘visión’ arrebatada, y que disfrute con toda su actuación. De gustibus…

Manon cuenta con un reparto bastante extenso y está bien servido. Lástima que Samuel Ramey haya grabado tan tarde su ‘Conde Des Grieux’: la oscilación de la voz es demasiado amplia, no sólo en su aria. Manuel Lanza realiza un sobresaliente ‘Lescaut’, como muy buenas son también las interpretaciones de Francisco Vas (‘Guillot’) y Henry (‘De Brétigny’).

Victor Pablo Pérez es sobradamente conocido en España, pero no cabe duda de que su magnífica labor concertadora recibirá una mayor difusión internacional gracias a este DVD. Atento a resaltar los detalles del rico tejido massenetiano, tuvo en el conjunto del Liceu un magnífico apoyo; la orquesta suena muy bien, lo mismo que el coro, que realiza una gran labor.

La puesta en escena conjuga tranquilamente tradición (escenografía, el cuidado vestuario) con modernidad: algunos detalles de la puesta en escena, fundamentalmente la actuación y la dirección de los personajes, tienen un punto provocativo, como siempre que está por medio McVicar, que cosechó un gran éxito. La toma visual sabe realzar convenientemente los puntos fuertes del espectáculo. El documental extra muestra cómo es un proceso vivo en el que participan activamente también Dessay y Villazón. De hecho, más allá de las convencionales entrevistas en las que los cantantes hablan de sus personajes, la virtud de esta propuesta radica en que realmente se ve la construcción del espectáculo desde dentro. Es una propuesta ciertamente interesante.

En definitiva, un DVD obligado para los fans de Dessay y Villazón, que son legión, y una buena alternativa para los amantes de la ópera de Massenet.

Este DVD ha sido enviado para su recensión por EMI Music Spain
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