Haitink moldea la orquesta con mano firme, manteniendo un notable equilibrio entre los clímax dramáticos y los momentos íntimos.La interpretación es precisa y al mismo tiempo llena de emoción, prueba de los muchos años de exquisita colaboración artística entre el director y la Symphonieorchester des Bayerischen Rundfunks.
Esta grabación del Réquiem alemán reconstruye la versión del estreno en la catedral de Bremen el 10 de abril de 1868 bajo la dirección de Brahms.Presentar la obra tal y como se escuchó en su estreno es más que una simple reconstrucción porque enriquece la comprensión de esta música única.
La tríada Schubert-Mahler-Webern contiene una parte importante de la historia de la música, que podemos percibir aquí, ya que las obras están entrelazadas, como bajo una lupa: Es una parte de la historia del Romanticismo en su fase tardía, mientras brilla con nuevos colores en el punto de inflexión hacia el modernismo.
Elsa Barraine rechazaba, por elitistas, las obras de compositores de vanguardia como René Leibowitz, Serge Nigg y Pierre Boulez.Barraine no quería sonidos complicados y complejos, sino música accesible a todos, que se comunicara directamente con la gente.
Mi viaje con Beethoven ha sido una especie de amistad personal.Beethoven, que vivió una vida de luchas, incluso de dudas sobre sí mismo, nunca se amilanó y escribió música de increíble belleza y esperanza.
Las grabaciones dan un excelente relieve a ambos instrumentos y testimonio de una asombrosa continuidad sonora.El piano abraza magníficamente al violonchelo.Se ha optado por una acústica muy aireada que favorece la verdadera intimidad camerística y una notable profundidad.
La narración de Midori sobre su relación con las obras en el ensayo de cuatro páginas del libreto no es solipsista, sino esclarecedora.Puede que no sea la primera elección de todo el mundo, pero tiene un atractivo innegable que parece poco probable que decaiga.
Encanta sobre todo el emocionante pianismo de Wallisch, su energía y fruición, así como su maravilloso sentido de la aventura y su pasión por este repertorio, tan variado y multicolor.Ha abierto perspectivas que van mucho más allá de lo que se aguardaba recibir con esta serie.
Anna Khomichko interpreta todas estas obras con una naturalidad sobrecogedora, así como un tono redondo y cantarín.Elige tempi más bien moderados y no pretende impresionar con una brillantez superficial.