Una ejecución infalible, una interpretación nacida de una reflexión sobre las obras conjunta y compartida, y un sonido que orbita en torno a una chelista superlativa: Andrew Yee.
Fue un programa rico e intenso, como los que agradaban sobremanera al profesor Franz Xaver Ohnesorg, que quedará guardado en la memoria de quienes tuvieron oportunidad de interpretarlo y presenciarlo.
El efecto hipnótico que produce el segundo concierto de violín de Bartók es evidente cuando se interpreta con la riqueza de fraseo y el arrojo exhibido por Vilde Frang.
Janowski se esfuerza singularmente en ampliar las diferencias dinámicas, contrastando el asombroso pppp de las cuerdas con los impresionantes fortissimos coronados por los metales, que nunca suenan ruidosos.
El Consorcio de la Orquesta de Córdoba la ha abocado a una temporada sin titularidad y con diversas batutas invitadas, la mayoría de ellas noveles y, las menos como la que hoy nos ocupa con una carrera de cierto peso a sus espaldas
Kozená tiene su repertorio de elección en esto y su protagonista fue magnífica en todos los aspectos.Rattle se ratificó en su grandeza de director incluso en un repertorio que en principio podría parecer alejado de sus intereses principales.
La orquesta sonó romántica y lírica, con unas cuerdas tersas y modélicamente empastadas, excelentes vientos, así como con una percusión y con un arpa perfectas.Ivan Repušić dosificó con precisión y exquisitez el colorido orquestal y del mismo modo estructuró los planos sonoros.
Esparza, la triunfadora indiscutible de la noche, hace gala de un equilibrado dramatismo y una más que plausible dicción vocal.Su voz fresca y su refinado gusto musical y melódico sirven a una creíble caracterización de Lina.