Prefiero a Dudamel en el repertorio sinfónico y por supuesto le queda bastante por llegar a la perfección de Petrenko.Tal vez si, como se dice, va a París y a la Opéra pueda profundizar en el repertorio lírico en el que no tiene tanta experiencia.
Y vamos a las dos interpretaciones que dieron sentido a la representación.Se podía esperar que Olivieri fuera un excelente Guglielmo, y los que habíamos escuchado a Torre en Martina Franca, pensábamos que saldría airosa de Despina.
Con motivo del Dantedì se ha estrenado en el Auditorio Nacional la cantata "La Vita Nuova" de Nicola Piovani, sobre el poema homónimo de Dante, dedicado a su amada Beatriz y una de las grandes cimas de la poesía amorosa universal.
Comparar al Chopin que fue, con el Chopin resucitado por Kissin es comparar la delicadeza de una porcelana de Sèvres con la colosal escultura de Vera Muhkina, que coronaba el pabellón ruso de la Exposición Internacional de París de 1937.
Orlinski exhibió sus dotes de bailarín y sus conocidas habilidades para el breakdance junto a Desandre, con un auditorio enteramente conquistado ya en el dúo "Cheek to cheek" de Irving Berlin, en donde revivieron magníficamente con su canto y sus pasos de baile a Fred Astaire y Ginger Rogers.
Antón Alcalde ha hecho una obra sin concesiones, técnicamente endiablada, y empleando un lenguaje tan vanguardista que ya no suena nuevo aunque siga siendo incomprensible.
Schuen posee una belleza vocal extraordinaria, con medias voces para nada forzadas o ‘falseteadas’ en la mejor tradición germánica, muy interior, pero por momentos anémica, con lentitudes eternas que no se aplican al ciclo.
Si Tézier hubiera estado acompañado por Helmut Deutsch, como se anunció en un principio tal vez se habría animado más.Su acompañante, discreta y correcta, pero monótona y poco expresiva no lo ayudó en nada
Barrie Kosky identifica la fuerza del cronos y el eros que anima a «El caballero de la Rosa» con la «Metamorfosis» de Ovidio: el paso del tiempo no es sino una expresión de una transformación constante y radical.
Chung hizo una interpretación de ambas obras más bien ‘beethoveniana’, nunca había escuchado tanto ‘empaque’ y ‘profundidad’ en la «Trauersymphonie».La orquesta siguió enfoque y batuta con gran diligencia y notable brillo.