La única deficiencia de esta excelente 'Katia Kabanova' fue la inmensidad de la Felsenreitschule, pero Kosky se las arregló con la ayuda de su descomunal talento teatral: los personajes fueron despegándose de un multitudinario muro humano para dar la cara al público, e interpretar sus ilusiones y mezquindades antes de volver a perderse en medio de este pueblo anónimo y cruel
Currentzis se tomó todo el tiempo que quiso para desarrollar su versión, pero en ningún momento su constante desafío de parsimonia e intensidad naufragó en falta de tensión
Los vídeos son atractivos, y constantemente insinúan historias paralelas … Pero ocurre que Neshat no es una directora de escena de ópera, y esta reposición que reelabora la producción estrenada en 2017 le ha salido mucho peor que la original.
Loy ha decido evocar esta trilogía comenzando por un infierno que nadie se toma en serio (Gianni Schicchi), seguida de un purgatorio aparentemente sin salida (Il tabarro) y culminada con ese paraíso al que solo pueden llegar los pecadores (Suor Angelica)
La propuesta de Villazón es tan audaz como compleja, y triunfa como una excesiva, pero irresistible, sucesión de gags y trucos escénicos que solo un cantante vuelto 'regisseur' puede evocar como fruto de esas experiencias propias.
La parte escénica es una estupidez.No están mal los telones plásticos de colores, que en sí mismos son bonitos, ni las proyecciones de rectángulos coloridos entre los que predomina -vaya uno a saber por qué- la bandera italiana.
Anna Alàs i Jové en el papel de Romeo e Ilona Revolskaja, una soprano lírica en flor en el de Julieta brillan con magníficas voces, prístinas, naturales, sin sobreesfuerzos, nobles en timbres, perfectamente formadas y flexibles;
Más que una ópera o cantata, 'Intolleranza' es una manifestación de protesta donde coristas y bailarines gritan las incitaciones a la rebelión y la libertad prestadas de textos de ilustres autores como comentario a una acción dramática que desgraciadamente sigue teniendo actualidad
Vocal y escénicamente, Ludovic Tézier presentó un Scarpia de antología.No vemos en él ninguna mirada libidinosa hacia Tosca durante el primer acto.Solo se reduce a declamar sus líneas como comentarios tentativos e insinuantes, para luego explayarse antes y durante el 'Tedeum' con soberana calidad de timbre y mordente, pero siempre sin perder su compostura exterior.
Más que una 'deconstrucción' para presentar una revisión novedosa de la obra de Mozart y Da Ponte, este Don Giovanni de Castellucci y Currentzis terminó como una 'desintegración' incapaz de proponer no solo algo nuevo sino también coherente