Imposible juzgar acertadamente a los cantantes con esta versión en inglés que imposibilita las inflexiones necesarias para las rimas de consonantes.Al persistir con esta ridiculez en un momento que los subtítulos no hacen necesario traducir las óperas, la ENO sigue cavándose su propia fosa.
La actuación de Asmik Gregorian en esta puesta donde la dirección de escena le pide poco fue convincente por derecho propio;sobre todo en un segundo acto donde sabe expresar su alienación con una naturalidad conmovedora por su mezcla de timidez e ilusión
Es pueril la idea de elegir las ruinas del Covent Garden para una puesta en el mismo Covent Garden.Y sigue siendo pueril por una regie de personas que demuestran la falta de credenciales wagnerianas de Albery.
Esta producción de Alcina, una de las más sutiles de Richard Jones que recuerdo haber visto, sugiere una lucha entre puritanos al estilo de los amish y la hechicera que ha irrumpido en su comunidad para transformarla en una isla de placeres donde subyuga amantes que después convierte en animales.
Uno de los principales atractivos de esta Tosca era la producción de Christof Loy quien, sin caer en innovaciones estúpidas o ilógicas, planteó una versión clásica pero al mismo tiempo dotada de un aire poético, muy centrada en la propia figura de Tosca.
“¡Es que Mahler hoy estaba sonriendo!”, respondió Bernstein.También pareció sonreír en esta oportunidad, al menos para aliviar al público de un país finalmente derrotado por la desesperanza y la arrogancia xenófoba de su elite gobernante.
A partir del tercer acto, esta partitura admirable fue apoderándose de todos los artistas para concentrarlos hacia su irresistible desenlace dramático.Edusei se comportó más sutilmente y el cuarteto final de la escena de la 'Barrière d´Enfer' fue iniciado por un calmo pero implacable “Donde lieta usci” a cargo de una Mimi que Pérez supo hacer crecer dramáticamente en forma admirable
El final de 'Mayerling', repitiendo exactamente la escena inicial, pero ahora comprensible tras habernos desvelado toda la historia a lo largo de las casi tres horas que dura la representación, es muy efectivo y cerró gloriosamente un ballet fascinante
La London Sinfonietta interpretó un programa en cierta medida autobiográfico, ya que inició el concierto con O-mega, una de las últimas composiciones estrenadas por Xenakis, quien la escribió precisamente para que la estrenaran en el Festival de Huddersfield de 1997;