Toda la obra gira alrededor uno de esos grandes antihéroes operísticos que irrumpen en nuestra vida de vez en cuando.El señor Brouček es un praguense que, como Falstaff o Zsupán, piden poco para vivir.
Con excepción de Glyndebourne, los festivales ingleses de ópera-picnic son artísticamente modestos y se trata mas bien de reconocer el empeño de algunos cantantes jóvenes y otros sobre el final de su carrera para entretener un público disfrazado de gala que espera ese famoso intervalo largo (100 minutos) para merendar y hablar tonterías.
Fueron pasiones que precisamente por cabalgar sobre imperfecciones vocales o rusticidades escénicas brillaron con el histrionismo digno de una obra maestra
Por la producción de Moshinsky desfilaron celebridades como Jon Vickers, Plácido Domingo y José Carreras (Sansón) y Shirley Verret, Olga Borodina y Agnes Baltsa (Dalilah).Esta reposición de Richard Jones enfrentó estos recuerdos oponiendo a un elenco de similar altura y una dirección musical inigualable (con perdón de Colin Davis), hasta que alguien me demuestre lo contrario.
A Klaus Mäkëla no le gusta que le digan cosas como: “¡dirige tan bien para ser tan joven!” Y le comprendo pero ¡qué jovencito se lo veía la otra noche en el concierto del Barbican!“¡A ver cómo rinde este mozuelo!” hubiera dicho una tía mía.
Ethel Smyth quería llegar a su audiencia con su proverbial mensaje de protesta y apasionamiento confrontando la humanidad del amor, el sexo y la compasión con la injusticia, la opresión y la hipocresía.
El entusiasmo fue justificado no sólo por la lograda reposición de la puesta de David Alden sino por la extraordinariamente expresiva y controlada dirección orquestal de Jakub Hrůša, quien pareció superar la antológica interpretación de Andris Nelsons en 2018
Inglaterra quería en aquel momento renovarlo todo, desde la política que le llevó a elegir un gobierno socialista hasta la introducción de algo aún más novedoso: una ópera nacional, casi folklórica en su impresionismo descriptivo de su mar borroso, sus playas de guijarros, sus pantanos, y la rebelión de los marginados contra una comunidad opresiva y desesperanzada.
Un programa inteligente y rico en reflexiones sobre las honduras psicológicas que animan a creadores de obras maestras.En este caso el leitmotiv del dolor y, tal vez, la aceptación
Barbican Hall.Methamorphosen de Richard Strauss.La voix humaine, tragedia lírica en un acto para soprano y orquesta de Francis Poulenc.Soprano y directora de orquesta: Barbara Hannigan.Orquesta Sinfónica de Londres.