No puedo evitar, cuando asisto a un concierto de las características del que ahora les comento, pensar algunas veces en Alejo Carpentier y en la visión que, sobre esta época y su música, expresara, clarividente, en ese libro de pequeño formato llamado Concierto Barroco. ¡Qué intuición la suya! Qué conocimiento, además, de lo que en verdad se esconde tras las formas que vuelan, es decir, tras la música barroca. Y es que, la realidad, la praxis interpretativa y el espíritu de esta música, tal y como hoy se entienden, se encuentran sorprendentemente próximos en el fondo a lo que un día imaginó en esta curiosa novela el gran escritor y musicólogo cubano, de aquél delirante concerto grosso interpretado por Antonio Vivaldi, Domenico Scarlatti y Jorge Federico Haendel, ayudados por Filomeno en la percusión y por las discípulas de Antonio.…
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