Estudios fonográficos
Nace el (esperado) sello Anemos
Paco Yáñez
Para empezar, nos encontramos, en mi opinión, con la iniciativa más importante en el terreno de la edición discográfica en nuestro país en los últimos años, por lo que a la música contemporánea se refiere, equiparable únicamente al lanzamiento de la colección de música actual española que Kairos ha puesto en el mercado en colaboración con Caja Madrid.
La propuesta que ahora nos ofrece Anemos, en una primera hornada de compactos que tendrá inmediata continuación, tiene entre sus virtudes el mostrar un amplio abanico de tendencias estilísticas entre los compositores que han venido asentando los lenguajes contemporáneos en la música española. Todos ellos, excepto el llorado Francisco Guerrero, son autores vivos y en pleno proceso creativo; derroteros estéticos que aquí muestran algunas de sus obras más destiladas, con personalidades bien afirmadas y de signos claramente diferenciados. Vayamos, así pues, por partes con cada compacto.
Francisco Guerrero (Anemos C33001)
Francisco Guerrero: Concierto de cámara; Delta Cephei; Vâda; Ars Combinatoria; Anemos C; Hyades. Pilar Jurado y Jacqueline Squarcia, sopranos. Grup Instrumental de València. Joan Cerveró, director. Vicente Sabater, ingeniero de sonido. Un CD DDD de 49:29 minutos de duración grabado en los Estudios Millenia de Valencia, en enero de 2007. Anemos C33001. Juan Lucas y Carlos Céster, productores ejecutivos para toda la colección. Distribuidor en España: Diverdi.
El primer disco de esta serie constituye todo un homenaje a Francisco Guerrero (Linares, 1951 - Madrid, 1997), figura capital en la música española contemporánea, y cuya desaparición dejó un inmenso vacío que, poco a poco, sus numerosos alumnos han intentado ‘llenar’ con mayor o menor fortuna. También homenaje al andaluz es el propio nombre de esta iniciativa discográfica, Anemos, título de varias de sus obras, al tiempo que evocación al viento, al soplo de la vida y a la pasión que caracterizaban la persona y las composiciones de Paco Guerrero, y que esperemos puedan ser calificativos válidos para la singladura de esta propuesta discográfica tan necesaria.
En su día, allá por abril de 2003, ya dimos cuenta en Mundoclasico.com del esperadísimo (y largamente dilatado) lanzamiento de la obra orquestal de Francisco Guerrero a cargo de la Orquesta Sinfónica de Galicia y José Ramón Encinar, en el sello alemán Col legno (WWE 20044); lanzamiento que venía a sumarse a la importantísima edición de Zayin (1983-97) a cargo del Arditti Quartet, para el sello Almaviva (DS-0127). Por lo que a la obra de cámara se refiere, contábamos hasta ahora con una amplia selección interpretada por el Proyecto Gerhard, dirigido por Ernest Martínez Izquierdo, también en el sello andaluz Almaviva (DS-0133), en un concierto-homenaje dedicado a Guerrero un año después de morir, dentro del Festival de Granada de 1988.
El compacto que ahora nos presenta el sello Anemos contiene las mismas obras de las que ya disponíamos en Almaviva: Anemos C (1976), Concierto de cámara (1977), Ars Combinatoria (1979-80) y Delta Cephei (1992); a las que añade Vâda (1982), obra para dos sopranos y ensemble, e Hyades (1994), compuesta para electrónica y trío de flauta baja, trombón y contrabajo. En estas obras nos encontramos con un Guerrero en estado puro, digno continuador de las estéticas xenakianas que tanto amaba, y que en su obra adquieren perfiles propios, siempre dentro de su exploración de la unión de ciencia y música como camino para expresar su poderoso aliento vital, la atávica y contundente poética de sus densas polifonías. La lógica combinatoria y la geometría fractal fueron dos de los procedimientos en los que basó sus composiciones de cámara, tan meticulosas como exigentes para intérpretes y oyentes. Clusters, heterofonías, tesituras extremas, polifonías abigarradas, tesituras en los límites instrumentales, masas de naturaleza acústica de apariencia electrónica... todo ello se funde en Guerrero para crear una belleza propia e inconfundible. Quizás es Hyades, compuesta en sus últimos años de vida, la obra más ‘divergente’ dentro de esta propuesta estilística, aquélla en la que se intuyen ya nuevas sonoridades, más fluidas, dilatadas, extensas y graves, llenas de ecos de Scelsi en su derivación más guerreriana. Pena que una partida tan prematura nos haya privado de conocer hacia dónde caminaba en aquel momento el bueno de Paco.
Por lo que a las interpretaciones se refiere, éstas son completamente referenciales, tanto expresiva como técnicamente; además de beneficiarse de un sonido muy superior al del disco de Almaviva, con una grabación en estudio que ayuda -y mucho- a la planificación y cuidado de los detalles de cada textura. Las sopranos Pilar Jurado y Jacqueline Squarcia -excepcionales, como era de esperar- se unen al Grup Instrumental de València en Vâda, conducido en todas las obras por Joan Cerveró, que firma uno de los registros verdaderamente imprescindibles de esta primera remesa de Anemos. Incluso la parte electroacústica en Hyades suena con una limpieza y una presencia encomiables, lo que posibilitará comprender en profundidad la obra y el planteamiento que de ella tiene el soberbio conjunto valenciano.
Mauricio Sotelo (Anemos C33002)
Mauricio Sotelo: De oscura llama. Arcángel, cantaor flamenco. Roberto Fabbriciani, flauta. Stefano Scodanibbio, contrabajo. Ensemble Residencias. Mauricio Sotelo, director. Manuel Mohino, ingeniero de sonido. Un CD DDD de 50:00 minutos de duración grabado en Madrid, entre diciembre de 2008 y enero de 2009. Anemos C33002. Juan Lucas y Carlos Céster, productores ejecutivos para toda la colección. Distribuidor en España: Diverdi.
Para los buenos conocedores de la estética del madrileño Mauricio Sotelo (1961), la presencia del flamenco en su música no constituirá sorpresa alguna. Se trata de una seña de identidad no sólo fruto de su atención a la música popular española, sino de una herencia estilística derivada de su estrecho contacto con Luigi Nono, al que Sotelo considera su maestro, tanto en lo humano como en lo musical. Fue el compositor veneciano quien reorientó la escucha de Mauricio Sotelo hacia las sonoridades hispanas, hacia la polifonía vocal de nuestras catedrales y hacia el acervo musical tradicional, especialmente de la cultura flamenca. Todo ello se une a su sólida formación en las corrientes de las vanguardias postseriales, para conformar una estética tan personal como inconfundible y abierta a los más diversos aromas sonoros.
De oscura llama (2008) se enclava de lleno en esa sinergia de coordenadas que concurren en la obra del madrileño, así como en el recuerdo de su maestro y mentor, para el cual se erige esta composición, al modo de una nueva ‘cripta sonora para Luigi Nono’. De ahí deriva buena parte de su carácter elegiaco, de su penetración en el tañido del dolor a través de la voz del cantaor, de un Arcángel que es presencia reiterada en la música de Sotelo, como lo son Stefano Scodanibbio y Roberto Fabricciani en las obras de maestro y discípulo. De este modo, el flamenco, la poesía de Lorca y la fascinante música del veneciano son los elementos referenciales de una obra oscura y dramática, en la que un hombre tan vital como Sotelo se vuelve a sumir en las reflexiones que generan el hálito intemporal de la muerte, la siega constante de vidas en el camino del hombre y del artista -realidades indisolubles en creadores de esta talla-. De hecho, y según Sotelo, el propio Nono le señaló las posibilidades del cante jondo como proceso de recuerdo, como vía de inmersión en la Laguna Estigia de la memoria, a través de una música en la que las bulerías, los martinetes, las seguiriyas o las soleas, se convierte en recias columnas para esta cripta sonora, en guías para evitar el olvido al transitar el océano difuso del recuerdo, con sus pesadillas y sus monstruos de lo amnésico.
Junto a los ritmos y sensualidad del flamenco, Sotelo dibuja sombrías texturas que enmarcan a las diversas piezas de esta obra en doce partes; una composición que, como es habitual en él, y también como inconfundible herencia de Nono, se escribe para y con una serie de intérpretes que aportan no sólo su alta calidad técnica y penetración en el estilo del compositor, sino soluciones musicales fruto de su amplia experiencia de trabajo conjunto. El cantaor Arcángel, el flautista Roberto Fabbriciani, el contrabajista Stefano Scodanibbio y el Ensemble Residencias (que agrupa al Trío Arbos y al grupo Neopercusión), todos ellos a la órdenes del propio Mauricio Sotelo en la dirección, nos ofrecen una versión excepcional de una obra que sintetiza buena parte del universo sonoro soteliano, en un registro discográfico imprescindible desde ahora en el catálogo de su compositor, como lo fuera recientemente su CD para Kairos (0012832 KAI).
César Camarero (Anemos C33003)
César Camarero: 34 Maneras de mirar un vaso de agua; Monólogo 1 & 2; Mosaico 1; Siete imágenes de Saturno; Reverso 2; Trayecto líquido; Nostalgia de un paisaje futuro; A cada momento. Taller Sonoro. Jordi Gil, ingeniero de sonido. Un CD DDD de 67:15 minutos de duración grabado en la Sala Joaquín Turina de Sevilla, en septiembre de 2008. Anemos C33003. Juan Lucas y Carlos Céster, productores ejecutivos para toda la colección. Distribuidor en España: Diverdi.
Alumno de Luis de Pablo y Francisco Guerrero, César Camarero (Madrid, 1962) está asentado desde hace años en Sevilla, donde mantiene un estrecho contacto con el Taller Sonoro, conjunto que se hace cargo en este compacto -con notabilísimos resultados- de unas composiciones que en buena medida han dado a conocer ellos mismos.
Camarero se sitúa en la órbita del postserialismo, en los epígonos de un puntillismo de corte bouleziano, que en su obra adquiere personalidad propia y un sentido más poético que rígido, así como ciertos ecos feldmanianos. Su sesudo tratamiento de las alturas comprende tanto notas prácticamente aisladas, en las que calibra el peso de cada tono dentro de los intervalos armónicos, hasta episodios abigarrados con multifónicos en los instrumentos de viento, como escuchamos en 34 Maneras de mirar un vaso de agua (2006). Las texturas, el timbre y el color son elementos privilegiados en la obra del madrileño, cuya paleta sonora nos remite a genios de la pintura como Paul Klee, por su ascetismo y concreción gestual. Alturas y dinámicas son objeto de atención prioritaria en piezas para piano como sus Monólogo 1 (2003) y Monólogo 2 (2005); así como las relaciones entre acordes y melodía en obras como las Siete imágenes de Saturno (2008). A ello sumamos episodios de fuerte cadencia rítmica, como los desarrollados por acumulación de voces y entradas superpuestas en Reverso 2 (2001) y Trayecto líquido (1998-2007), cuyas métricas portan ecos de cierto Rihm.
Nostalgia de un paisaje futuro (2004) abre un tipo de sonoridades muy distintas, en las que las acciones instrumentales en el piano buscan ampliar las resonancias armónicas del mismo, en un diálogo de texturas con el violonchelo y el clarinete progresivamente reducido hacia un ascetismo tan poético como sugerente. A cada momento (2008) es otra de las composiciones de este compacto íntimamente ligada al Taller Sonoro. Basada en cuatro haikus de Taneda Santôka, en su desarrollo convergen buena parte de los valores antes apuntados, ahora enriquecidos por una densidad muy refinada en alturas y rítmica, a lo que añade una paleta tímbrica ampliada por un ensemble reforzado, en cuatro piezas unidas donde prima un carácter impresionista.
Jesús Rueda (Anemos C33004)
Jesús Rueda: Pocket Paradise; Marimba Estudio; Estudios expresivos; Luna Nueva; Perpetuum Mobile. Drumming Grup de Percussão. Miquel Bernat, director. Paulo Pintado, ingeniero de sonido. Un CD DDD de 59:10 minutos de duración grabado en el Auditorio de Espinho y en el Estúdio Indústria Rock de Penafiel (Portugal), en enero de 2009. Anemos C33004. Juan Lucas y Carlos Céster, productores ejecutivos para toda la colección. Distribuidor en España: Diverdi.
La discografía del compositor madrileño Jesús Rueda (1961) se ha visto beneficiada por la aparición en los últimos años de compactos en los sellos Col legno y Autor, interpretados por conjuntos tan destacados como el Arditti Quartet o el Proyecto Gerhard. A ellos se une este disco del sello Anemos que, desde ahora, es referencia ineludible en el catálogo del autor. En él se reúne la casi totalidad de su obra para percusión, desde Perpetuum Mobile (1998) a Pocket Paradise (2006-08), pasando por trabajos como Luna Nueva (2000), los Estudios expresivos (2003), o Marimba Estudio (2007). En estas composiciones, Rueda vuelve a mostrar su eclecticismo y la diversidad de estilos que confluyen en sus obras. Ello alcanza su clímax en Pocket Paradise, obra para seis percusionistas con un carácter muy físico, gestual y directo, en la que asoman recurrentemente ecos de la música popular española, con sus incisivos patrones rítmicos y su carácter contundentemente racial. Junto a estas influencias, existe una tendencia al trazado de un espacio espiritual, etéreo y recorrido por sugerentes presencias, como las que percibimos en ‘Cruzar el umbral’, cuarto movimiento de la obra, y quizás el más refinado ejemplo de su trabajo para vibráfonos y fuentes sonoras no convencionales, en un recorrido que nos sitúa en los márgenes del silencio, de lo ingrávido, de un paraíso acústico-etéreo; algo que también capitaliza su sutil uso del arco en Marimba Estudio.
La interpretación de estas obras corre a cargo de uno de los mejores grupos de percusión de la Península Ibérica, el portugués Drumming, dirigido por el español Miquel Bernat, al que podemos considerar casi co-creador de estas composiciones. Sus lecturas son enfáticas, vibrantes, matizadas y muy musicales en todo lo referido a la voz y a los sonidos indeterminados de estas obras, a los que dotan de un sentido muy sugerente que convive con un dominio excepcional de lo rítmico y de la definición de los timbres.
Cristóbal Halffter (Anemos C33005)
Cristóbal Halffter: Tres piezas para cuarteto de cuerda; Cuartetos de cuerda 3 y 6. Arditti Quartet. François Eckert, ingeniero de sonido. Un CD DDD de 55:31 minutos de duración grabado en la All Saint’s Church de Londres, en febrero de 2009. Anemos C33005. Juan Lucas y Carlos Céster, productores ejecutivos para toda la colección. Distribuidor en España: Diverdi.
Cristóbal Halffter (Madrid, 1930) es el más veterano de los compositores incluidos en esta serie, así como la conexión de los creadores del presente con momentos pretéritos más oscuros en la historia de nuestro Estado. Compositor con una larga trayectoria tanto en España como en Centroeuropa, a pesar del enorme peso específico que en su catálogo tiene la obra orquestal, su ciclo de cuartetos de cuerda ha estado siempre en la línea medular de su discurso estético, haciéndose explícita en ellos la influencia de los grandes maestros que definieron el siglo XX; una influencia por él siempre reconocida.
Las Tres piezas para cuarteto de cuerda (1955) hacen explícitas esas influencias en un punto de cruce evidente entre el universo eslavo de los Bartók, Stravinsky o Janáček, que aportan su sentido del ritmo y del color, así como la visceralidad en el ataque de arco y pizzicato, y la impronta siempre reconocible en Halffter de Arnold Schönberg, con su firmeza constructiva y unos primeros asomos de influencias dodecafónicas. A ello añade, tal y como señala Germán Gan, ecos de la música española, como ese ritmo en compases irregulares del pasodoble en el ‘Allegro molto vivace’.
Dos décadas posterior es su Cuarteto de cuerda Nº3 (1978), con lo cual el salto estilístico es decisivo, sin que ello suponga abandonar por completo las influencias germinales, aquí depuradas, refinadas y más personalmente asimiladas. Obra de encuentros y desencuentros, de bifurcaciones y reuniones, los materiales de cada instrumentista son de una gran libertad exploratoria, lo cual enriquece las texturas, los planos y la cohabitación de líneas con personalidad propia en el interior del cuarteto. Relacionado tradicionalmente con la obra de Eduardo Chillida (como recuerda la portada del compacto), en buena medida por el primer título que para este cuarteto tenía pensado Halffter: Lugar de encuentros; como en las esculturas del genial vasco, recios puntos de apoyo sirven para amalgamar abigarradas líneas de fuerza que se aventuran en el espacio trazando trayectorias posibles, itinerarios en el silencio, de fuerte complexión matérica y filosófica, creando esculturas sonoras que basculan entre pronunciadas alternancias dinámicas y una saturación-desintegración de la polifonía muy destacable y sugerente hasta su desolador ocaso perdido en un espacio deshabitado.
Finalmente, y tras otro salto de más de dos décadas, nos encontramos con el Cuarteto de cuerda Nº6 (2001-02), obra ya de un siglo XXI en el que Halffter, junto con su tardío romance con la ópera, sigue desarrollando su ciclo de cuartetos como un cuaderno de bitácora, como un diario personal. Ello le ha llevado a reflexionar sobre su producción previa, que resuena como ecos no tanto explícitos, sino evocadores de los días ya sidos en esta obra. De este modo, su densísimo cuarteto aúna la poética de la nostalgia a un trazo visceral que se revela contra la inasibilidad del tiempo y la pérdida de la memoria. Vehementes pizzicati individualizadores se alternan con texturas atmosféricas constituidas por el recuerdo, en el que las influencias primigenias de un Bartók se vuelven a asomar al discurso, integrado finalmente en la memoria personal y colectiva de Halffter en un paisaje plagado de sombras y figuras borrosas.
Las interpretaciones corren a cargo de ese valor seguro que es el Arditti Quartet. El grupo londinense es un buen conocedor de la obra de Halffter, que ya han llevado al disco con anterioridad, con su grabación del Cuarteto de cuerda Nº3 en el año 1990 para el sello Montaigne (MO 789006). De nuevo, los valores de sus lecturas se reafirman, con su extrema calidad técnica y un depurado contraste entre las atmósferas alternantes de estos cuartetos. Nos encontramos, en mi opinión, ante un Arditti más poético que en ocasiones anteriores, de lo cual los pasajes ‘en suspensión’ del Cuarteto de cuerda Nº6 constituyen un magnífico ejemplo. Ello no impide seguir disfrutando de unos ataques contundentes, de unos pizzicati violentísimos y de una definición muy sugerente incluso en las texturas más difuminadas y ambiguas, en los ponticello y tesituras extremas que proliferan por doquier en estas obras. Sus versiones no hacen sino reafirmar los valores de este ciclo de cuartetos, por derecho propio columna vertebral de la música española de este género en el último medio siglo.
José María Sánchez-Verdú (Anemos C33006)
José María Sánchez-Verdú: GRAMMA. Simone Stock, soprano. Márta Rózsa, mezzosoprano. Daniel Johanssen y Koichi Yoshitomi, tenores. Lisandro Abadie y Howard Quilla Croft, barítonos. Tom Sol, barítono y narrador. Auke Kempkes, bajo. Luzerner Sinfonieorchester. Rüdiger Bohn, director. Daniel Weingarten, ingeniero de sonido. Un CD DDD de 52:26 minutos de duración grabado en la Muffathalle de Múnich, en mayo de 2006. Anemos C33006. Juan Lucas y Carlos Céster, productores ejecutivos para toda la colección. Distribuidor en España: Diverdi.
El último compacto de esta serie incluye la primera edición discográfica de una ópera de José María Sánchez-Verdú (Algeciras, 1968), para muchos, entre los que me encuentro, la voz más importante dentro de este género en la música actual española. Ello constituye, de por sí solo, todo un acontecimiento, que aumenta su valor si tenemos en cuenta que esta ópera es GRAMMA. Jardines de la escritura (2004-06), su tercera obra escénica y una de las más arriesgadas desde un punto de vista musical y escenográfico.
GRAMMA nos propone, como señala Álvaro Guibert, un recorrido por la historia de la escritura, un método de salvación a través de la memoria, así como un viaje místico hacia la luz; simbología ésta tan asociada a la obra del algecireño. En el scriptorium medieval que conforma su escena, en el nuevo ágora de la palabra que es GRAMMA, los intérpretes se hallan situados por encima de un público dispuesto en las entrañas mismas del sonido, que en esta obra juega con los espacios de un modo bellísimo para abordar la fragilidad, la sensualidad y la ruta intemporal del conocimiento a través de la escritura. Como es habitual en Sánchez-Verdú, el libreto se convierte en todo un palimpsesto de voces que nos remiten a los orígenes del texto escrito, con citas de autores que fueron ampliando los posibles de sus semánticas, como Platón, Homero, Ovidio, San Agustín, Hugo de Saint-Victor, Dante Aligheri o Juan de Patmos; además de referencias extraídas de la Biblia y alusiones a las deidades del antiguo Egipto.
Este viaje desde el verbo, y a través del verbo, se asienta en las señas de identidad sonoras características de su autor, aquéllas que lo han convertido en una de las voces más inconfundibles de la escena musical europea. Un extremado refinamiento tímbrico, una materialidad contundente, la exploración de los confines sonoros, una amplitud de registros vocales exhaustiva, la presencia de aromas islámicos o la proliferación de ecos del pasado musical, se expresan a través de un paisaje acústico abigarrado y complejo, sensual al tiempo que intelectual, modernísimo y primigenio; en fiel correlación con las capas superpuestas de la historia que confluyen en cada individuo a la hora de abordar una hoja en blanco, aquélla en la que seremos nosotros al mismo tiempo que todos los que alimentaron al verbo durante el devenir del pasado.
La toma de GRAMMA que podemos escuchar en este disco de Anemos es, por supuesto, su primera grabación mundial, e incluso fue registrada antes del propio estreno de la ópera en Munich, con los mismos intérpretes que protagonizarían dicho estreno, magníficos todos ellos en esta versión, a las órdenes del director Rüdiger Bohn. El único ‘pero’ que le podríamos poner a este último disco es que no se haya editado en formato DVD vídeo, pues así podríamos disfrutar con la bellísima propuesta escénica que acompaña a esta música, en mi opinión el verdadero punto álgido de esta primera remesa de Anemos.
Aunque las tomas sonoras sean de muy diversa procedencia para cada compacto, tanto geográfica como técnicamente, todas presentan unos niveles de calidad altísimos, lo cual ayuda mucho a disfrutar de estas obras, que se escuchan con una claridad, presencia, definición espacial y ausencia de ruidos de fondo, impecables.
La presentación de los compactos de Anemos, a cargo del diseñador Valentín Iglesias, es otro de los (muchos) aspectos en los que se ha cuidado al máximo cada pequeño detalle. Notas documentadas y exhaustivas sobre los compositores, sus obras e intérpretes, comparten espacio con diversas fotografías de autores y músicos, así como con un moderno diseño en formato de libro-CD. Los compactos posibilitan el crear portadas personalizadas, al ofrecer una serie de pegatinas en el exterior para disponer libremente en el frontal de la carátula, en un ejemplo de ‘tuneo discográfico’ bastante infrecuente (de hecho, me consta que en algún foro musical ya se han abierto muestras de portadas de la serie Anemos personalizadas).
Todo ello, como vemos, conforma un esperanzador lanzamiento musical, a la altura de lo mejor nunca editado en España. Ahora sólo nos queda esperar que el público responda en la medida de lo que este sello se merece, y que tal respuesta genere una gran lista de futuros lanzamientos. La música española estaría, así, de enhorabuena, como lo está a día de hoy por disponer de esta primera hornada de seis excelentes compactos que nos ayudarán a conocer un poco mejor nuestra cultura contemporánea.
Estos discos han sido enviados para su recensión por Diverdi.
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