España - Madrid
Tango en Madrid
Javier Suárez-Pajares
Madrid, sábado, 19 de febrero de 2000.
Auditorio Joaquín Rodrigo de Las Rozas de Madrid. Concierto por el grupo Tango Quattro (Ezequiel Cortabarría, flauta, Fabián Carbone, bandoneón, Mario Soriano, piano y José Luis Ferreyra, contrabajo), con la colaboración de Josep Pazos, violonchelo, y las parejas de baile Leo y Eugenia y Jorge y Nélida.
7,38E-05
Este Madrid nuestro tiene a veces unos aires cosmopolitas ?no muchos, para qué engañarnos? que verdaderamente se agradecen. En él, cuatro músicos argentinos, de trayectorias personales y profesionales muy diversas, se han unido formando un grupo de tango. Se juntaron en 1995 como por necesidad, por la necesidad que mueve el hierro al imán, para construir en Madrid una imaginaria parcela porteña. Cinco años largos después, estos cuatro músicos ?músicos hasta la médula? han alcanzado un carácter tan fuerte en su interpretación del tango que convertirían en boliche hasta un teatro real. Sin concesiones al escaparate del pintoresquismo, Tango Quattro hace en Madrid lo que podría hacer y algún día hará en Buenos Aires: tango de pura cepa, desde los clásicos del repertorio hasta el tango fin de siglo de Piazzolla, y todo con el apasionamiento especial y la idealización que da la distancia de su ambiente original. Así, una Cumparsita o un Adiós Nonino de Tango Quatro se convierten en unas experiencias fascinantes gracias a una lectura luminosa, unánime en su tempo robado y a unos arreglos ricos hasta el barroquismo más americano en los que los cuatro instrumentos emplean recursos tan musicales como espectaculares y una flauta ?la de Ezequiel Cortabarría? se va abriendo camino hasta el corazón del tango con percusiones, frullatos y un alucinante feeling en el fraseo que da a todo el conjunto un sentido especial.La noche del 19 de febrero, con un curioso y misceláneo público llenando el flamante nuevo Auditorio Joaquín Rodrigo de Las Rozas, Tango Quattro, con esta música de la vida, cosechó un gran éxito, compartido con dos parejas de baile que, con coreografías vistosas y variadas, convirtieron el tiempo del tango en materia visual contando siempre la misma historia: la historia de la seducción, siempre tan distinta.
Comentarios