España - Galicia
Brisa en dos movimientos
Paco Yáñez
Formado básicamente por miembros de la Real Filharmonía de Galicia y profesores de conservatorios gallegos, además de alguna aportación llegada desde la Orquestra Nacional do Porto, el Taller Atlántico Contemporáneo contará con la dirección musical del joven director y pianista gallego Diego García Rodríguez. Entre sus primeras citas destaca su presencia en el próximo Festival Via Stellae, donde homenajearán al que era decano de los compositores gallegos, el recientemente fallecido Carlos López García-Picos, del que efectuarán varios estrenos póstumos. Digno de mención es, también, el ciclo ‘Os nosos compositores, perspectivas de ensemble’, que tendrá lugar de marzo a diciembre en el Centro Galego de Arte Contemporánea, con el objetivo de “difundir el trabajo de creadores gallegos mostrando la diversidad de los lenguajes compositivos”; así como “generar relaciones entre diferentes manifestaciones artísticas: la música y las artes visuales”. Este ciclo contará con una serie de estrenos absolutos de compositores sobradamente conocidos en Galicia como Paulino Pereiro, Octavio Vázquez o Julio Montero; además de sugerentes citas con obras de Enrique X. Macías, Fernando Buide, Manuel Rodeiro o Eduardo Soutullo. Estos conciertos estarán seguidos de un debate abierto a público, intérpretes y compositores, una vía más que pertinente y adecuada para difundir la música de hoy con sus protagonistas.
Diego García Rodríguez y participantes
© 2010 by Paco Yáñez
© 2010 by Paco Yáñez
Maestoso - Allegro con brio ed appassionato
Como acto de presentación del Taller Atlántico Contemporáneo, se organizó el domingo 21 de marzo una performance con la pieza de Mauricio Kagel (1931-2008) Eine brise, acción fugitiva para 111 bicicletas. Basada en la Sonata para piano nº 32 en do menor opus 111 de Beethoven, esta obra tomó las calles del centro de Santiago, en una particular peregrinación ciclomusical que tuvo como meta la Plaza del Obradoiro. Con dirección artística de Nicasio Gradaille y musical de Diego García, Eine brise reunió a un buen número de músicos y deportistas, músico-ciclistas todos ellos por un día, que a base de silbidos, bocinazos, timbres, declamaciones vocálicas y demás sonidos, y organizados en filas de tres ciclistas, pusieron en marcha esta obra fugitiva con ánimo, más que nada con ánimo, de acercar nuevas modalidades musicales a la calle, buscando divertirse un rato, desmitificar ciertas ideas asociadas a la creación contemporánea y, sobre todo, cierta presencia tanto social como mediática para la presentación del Taller.
Mauricio Kagel, al que Mundoclasico.com entrevistó pocos meses antes de su muerte, me confesaba la tarde en que mantuvimos aquella entrevista ser un enamorado de Santiago de Compostela, ciudad en la que estuvo en su día y que tenía intención de volver a visitar, aunque tal reencuentro tendrá que realizarse ya sólo a través de su música, una vez desaparecida físicamente su persona. Es por ello que no tengo ninguna duda de que el bueno de don Mauricio estaría encantado de haber compartido esta iniciativa, así como de ver la cantidad de gente joven que se sumaba a ella, reuniendo un número mayor, incluso, que los 111 performers que la partitura original sugiere. Eso sí, no creo que le hubiese gustado para nada la utilización política de su nombre que tuvimos que presenciar, aunque sobre eso nos explayaremos en un próximo artículo.
Golpe de efecto sobresaliente, así pues, de un Taller Atlántico Contemporáneo que ha conseguido una presencia notabilísima en los medios gallegos, poniendo en marcha su andadura en boca ya de muchos de sus paisanos...
Momentode la interpretación
© 2010 by Paco Yáñez
© 2010 by Paco Yáñez
Arietta. Adagio molto semplice e cantabile
...ahora bien, los retos para un ensemble que va a ocupar el espacio escénico del Centro Galego de Arte Contemporánea son muchos y con un listón situado a una altura muy considerable. Ese listón es el que elevaron presencias como las de la London Sinfonietta o los miembros del Ensemble Intercontemporain interpretando la música de Macías; como las del añorado Taller Instrumental del cGac tocando obras de Nono, Grisey, Hosokawa, Murail, etc., con solistas de la talla de David Quiggle, Ben Kreith, David Ethève o Ananda Sukarlan, y la dirección de Pierre-André Valade; como las de Kari Kriikku y Anssi Karttunen haciendo obras de Lindberg, con el compositor finlandés en escena; etc, etc, etc.
Aquellos conciertos tenían por costumbre abordar el hecho contemporáneo de un modo amplio, partiendo de las rutas que señalaran compositores como Schönberg, Debussy o Webern, y llegando a la actualidad a través de los Messiaen, Stockhausen, etc. Del mismo modo, hubo una voluntad de acercar a grandes compositores a Galicia, como los casos de Lindberg, Murail o Sciarrino, y trabajar con ellos, lo cual deparó una cantidad insólita de estrenos españoles y absolutos, marcando un punto inalcanzado en cuanto a excelencia musical en esta región.
Es por ello que, tomando en consideración este pasado, no demasiado remoto, aunque por momentos lo pareciera, las exigencias que público y crítica debemos poner encima de la mesa son importantes, comenzando por la necesidad imperiosa de que en Galicia volvamos a escuchar obras actuales con estéticas comprometidas, complejas y avanzadas, no sólo de compositores gallegos (tan a menudo anclados en modelos rancios y terriblemente aburridos), sino de aquellos creadores que en el resto de Europa y del mundo construyen los lenguajes, estéticas y estilos de nuestro tiempo; ese en el que el Taller Atlántico Contemporáneo se debe insertar para facilitar su comprensión como hecho complejo a su, esperamos, numeroso público. Quedarse en una lectura tan parcial del presente como lo es la de la música gallega sería, con lo necesario que esto es, demasiado parcial en una comunidad a la que día tras día se le privan nuevos territorios para la música actual...
Ardua tarea, así pues, la de este nuevo conjunto; dura labor la que tienen por delante, conociendo como debe(ría)n conocer aquello que los ha precedido, así como las dificultades culturales y políticas a las que se enfrentan... ¡Que haya suerte!
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