Crónicas Porteñas
Relaciones peligrosas: Sexo y Ballet
Susana Desimone
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Queridos amigos y amigas de Mundoclasico.com, aquí os envío una nota aparecida en el último número de la Revista de Radio Clásica de Buenos Aires (Año XI, N° 128, Edición: Abril 1999), cuya autora es Patricia Casañas, y que me pareció especialmente colorida y amena por el tema que trata.Relaciones peligrosas: Sexo y BalletLa danza y el ballet han estado vinculados desde siempre, en mayor o menor medida y más allá de sus aspectos directamente referenciales, con cierto grado de sensualidad. Hasta dónde ha de llegar esta relación es uno los límites que habran de determinarse con cada creación coreográfica. Pero esta frontera (como cualquier otra) parece ser algo conflictiva. En este contexto, una información consignada hace algún tiempo por la revista especializada Balletin Dance daba cuenta de un singular caso: el reconocido English National Ballet había realizado un inusual llamado a sus integrantes (concretamente a los miembros del elenco de Romeo y Julieta) para que mantuviesen relaciones sexuales en forma sistemática antes de sus presentaciones, a fin de imprimirle "más ímpetu y fogosidad" a sus actuaciones. El portavoz del tradicional cuerpo de ballet, Raymond Gubbay, afirmó que "los balilarines y bailarinas necesitan ser más pasionales para dar fuerza al espectáculo", sugiriendo que los integrantes de la compañía debían "ponerse muy amorosos fuera del escenario, para que cuando lleguen a representar sus papeles les impriman más enjundia".La referida publicación se tomó entonces el trabajo de relevar las opiniones que al respecto tuvieran algunas de las figuras destacadas de la danza en nuestro medio.Así, Ricardo Bustamante, director del Ballet Estable del Teatro Colón, considero que "es importante conocer los propios gustos sexuales y desarrollar las relaciones de tipo esposo-esposa, amigo-amiga, amigo-amigo o cualquiera sea tu preferencia", destacando que al descuidar su vida personal se genera en el artista también un desgaste emocional. "Es importante tener fresco el tema para saber cómo manejar la sensualidad sobre el escenario. Poder dar y recibir placer es elemental para poder comunicar". Y agrega: "No recomendaría tener relaciones sexuales antes de salir al escenario, pero el día antes me parece bien".Raquel Rosetti, ex directora del Ballet Estable y hoy a cargo del Ballet Argentino de La Plata, aseguró que jamás en su carrera le propusieron un ejercicio sexual como rutina y que tampoco lo recomendaría a sus bailarines. También a Andrea Chinetti, coordinadora artísitica del Ballet Contemporáneo del Teatro General San Martín, la propuesta le pareció extraña. "Tener una buena relación sexual es bueno para cualquier persona, no sólo para un bailarín. Pero no creo viable recomendarlo como ejercicio previo a una actuación para imprimirle más ímpetu".El ex primer bailarín del Teatro Colón Raúl Candal se refirió a la diferencia de abordaje entre intérpretes clásicos y contemporáneos, señalando que en los primeros "se da más que haya ciertos pruritos en la parte sexual, sobre todo en las mujeres", en tanto los restantes tendrían mayor facilidad para "liberar determinadas cosas". Y concluyó: "A las bailarinas y bailarines que tienen esto resuelto se les nota en escena".Silvia Perillo, primera bailarina del Colón, opinó que semejante diferencia no existe y consideró un prejuicio el decir que los bailarines clásicos sean más contenidos. "Aunque lo clásico sea un poco más antiguo, algunos ballets como Romeo y Julieta tienen la sexualidad expuesta en forma sutil. Además hay también espiritualidad en lo contemporáneo. Por otra parte no veo bien que para demostrar algo carnal se deba caer en lo grosero. El público puede entender las sutilezas". Y afirmó: "Toda la vida amorosa tiene relación con la interpretación y no sólo con el sexo. Cuando uno está bien con su pareja, ciertamente eso influye en la interpretación que se ve sobre el escenario. Pero si uno no mantiene relaciones y es un buen artista no se lo verá mal sobre la escena".Nydia Viola, finalmente, del Ballet Folklórico Nacinal, simplemente comentó respecto del tema: "Los ingleses son tan fríos mentalmente, que es posible que necesiten algo así para poder expresar más".Entre los antecedentes del caso, Balletin Dance recuerda una anécdota de Martha Graham, quien molesta ante el recato expresivo de una de sus bailarinas la intimó a que volviese recién cuando hubiera dejado de ser virgen. Y alude también a Peter Watson, biógrafo de Rudolf Nureyev, quien cuenta cómo en noviembre de 1958 el novel astro de la danza se preparaba para estrenar Laurencia con Dudinskaya como compañera.Según Watson, con la excusa de que podría descansar mejor, Nureyev fue invitado a pasar la noche anterior en la casa de Alexander Pushkin. Tanto él como su joven y exótica esposa -Tseniia Iurgenson- sabían lo importantes que era esta función para la carrera de Rudolf y así fue como llevados por un altruísmo difícil de explicar urdieron un curioso plan. "Lo invitaron a pasar la noche anterior a Laurencia en el departamento del matrimonio. Luego, con pleno conocimiento y aprobación por parte de Pushkin, Tseniia Iurgenson lo sedujo", narra Watson y afirma que esa fue la clave de su convincente y apasionada actuación del día siguiente.El artículo termina un tanto misteriosamente, señalando que en la historia de la danza argentina existen varias anécdotas similares, "algunas de las cuales están demasiado vivas como para ser contadas".---------------------------------------------------Espero que la nota los divierta como a mí mientras la leía.Acotación personal: Creo que Nureyev fue uno de los bailarines más naturalmente sensuales que he conocido (no sé que habrá ocurrido con Nijinsky). De acuerdo con el artículo citado, se me ocurre que debe haber pasado un día inolvidable el anterior a aquél en que representó el Preludio a la Siesta de un Fauno. Pocas veces ví a un bailarín con una sexualidad tan poderosa en todo su cuerpo como la que expresó en esa ocasión.Acotación II: La fórmula propuesta por Raymond Gubbay ¿será aplicable en el mundo de la ópera? ¿Figurará en algún manual de instrucciones para cantantes, especialmente de ciertos papeles como Carmen, Don Juan, el Conde de Almaviva, Mimí o Salomé?¿Y para los pianistas que deben presentarse ante el publico para interpretar por ejemplo la Sonata "Appasionata" de Beethoven?Me voy a reflexionar y vuelvo.¡ Volví de relexionar ! ¿Quién será este Pushkin que cita el texto?. Obviamente no puede ser el auténtico "Pushkin", pues las fechas no cuadran. Tras no pocas investigaciones, he descubierto que se trata de Alexander Mihailovich Pushkin, un prestigioso bailarín nacido en la ciudad de Mikulino en 1907 y muerto en San Petersburgo el 20 de marzo de1970. Se graduó en 1925 en la Escuela Vaganova, ingresó luego en el Gatov (un grupo experimental integrado por Balanchine y Lopukhov entre otros y fue bailarín del Kirov hasta 1953. Posteriormente fue maestro de su escuela de origen siendo algunos de sus discípulos Barishnikov y el mismo Nureyev.Estuvo efectivamente casado con Teniia Iurgenson, de manera que existen grandes posibilidades de que el episodio realmente haya ocurrido, aunque desde luego nunca sabremos de sus verdaderos efectos sobre la interpretación que Nureyev realizó al día siguiente. ;-)
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