Libros y Partituras
Falta equilibrio
Raúl González Arévalo
Hubo una época en la que las guías discográficas tuvieron cierto predicamento. Antes de la era internet era más complicado conocer en detalle las grabaciones disponibles para elegir, particularmente en los títulos más populares. Así, publicaciones como El libro de la ópera grabada de José María Martín Triana (Alianza Editorial, 1989) realizaban una labor divulgativa que con un lenguaje sencillo hacía posible aclararse en el intrincado mundo de la fonografía. Como toda obra con vocación general, de cada autor se presentaban títulos escogidos. Para la producción completa había que ceñirse a autores muy conocidos que tuvieran todo el catálogo grabado, como era el caso de Rossini y Verdi, destinatarios de sendas Guías Scherzo de la mano de Fernando Fraga y Arturo Reverter (Ediciones Península, 1998 y 2000).
La rápida difusión del formato audiovisual, sobre todo con la explosión del DVD más que con el VHS -sin olvidar la proliferación de grabaciones en vivo–, dejó el formato seguido hasta entonces rápidamente obsoleto. Es un problema igualmente presente en obras con un halo mítico como Il teatro d’opera in disco de Rodolfo Celletti (Rizzoli, 1976, 3ª ed. revisada y puesta al día en 1988). Se dieron cuenta inmediatamente obras como la de Roger Alier, Guía universal de la ópera, vol. III: discografía esencial (Ma non troppo, 2001), que comentaba y anotaba las mejores grabaciones en CD y DVD de 320 óperas. Aunque probablemente ninguna tiene una vocación enciclopédica y un criterio tan desarrollado como L’opera in cd e video de Elvio Giudici (Il Saggiatore, 1995; sucesivamente ampliada en las ediciones de 2000 y 2007), con 735 títulos de 218 compositores, en 2336 ediciones discográficas y 250 vídeos en su última versión.
La efeméride del Año Verdi / Año Wagner no podía pasar sin nuevas publicaciones conmemorativas -el centenario de Britten está pasando más desapercibido- aunque en castellano las editoriales no han lanzado las campanas al vuelo. Sin embargo, Alianza Editorial no ha querido dejar pasar la ocasión de encargar un volumen con grabaciones puestas al día de ambos titanes, contando con nombres que pasan por especialistas en nuestro país. Blas Matamoro abre el volumen a modo de introducción (pp. 9-14), contraponiendo las características de la obra de cada uno de ellos como expresión de una época compleja. Por su parte, Fernando Fraga y Enrique Pérez Adrián ya habían colaborado previamente en la publicación en 2001 en la misma editorial de Los mejores discos de ópera, obra a la que el presente volumen se remite constantemente.
Efectivamente, el nuevo volumen que se presenta no está completo. La discografía de los títulos analizados en 2001 (Nabucco, Ernani, Luisa Miller, Rigoletto, La traviata, I vespri siciliani, La forza del destino, Macbeth, Don Carlos, Aida, Simon Boccanegra, Otello y Falstaff) está ausente, remitiéndose al citado volumen sin comentario alguno, lo que vuelve coja la utilidad de la publicación para el lector que no posea el libro anterior, a pesar del anexo con el escueto listado discográfico. No ocurre lo mismo con el soporte DVD, absolutamente completo hasta donde he podido constatar en el caso de Verdi, pues a las grabaciones calificadas mediante el conocido sistema de asteriscos se unen comentarios en tamaño más reducido con otras grabaciones complementarias, de modo que el espectro queda ampliamente cubierto. Además se incluye una ficha con los mejores intérpretes y condiciones de grabación de cada título, así como una introducción suficiente de cada uno de ellos.
No es el único desequilibrio del volumen. No tiene sentido alguno que para Verdi se analice el catálogo completo, con entradas diferenciadas no sólo para I lombardi alla prima cruciata y Jérusalem, Stiffelio y Aroldo o Don Carlos y Don Carlo, sino también para las versiones primigenias de Macbeth, Simon Boccanegra y La forza del destino, títulos sometidos a notables modificaciones por el propio compositor, como es sobradamente conocido, y que en el caso de Wagner no figuren las dos primeras óperas, Die Feen y Das liebesverbot, que por cierto cuentan con más grabaciones que las de Sawallisch, como revela cualquier búsqueda sencilla a golpe de ratón, o la propia Guia Scherzo Wagner del siempre llorado Ángel-Fernando Mayo (Ediciones Península 2001, 2ª ed.). Si a eso se suma que el italiano es destinatario de 370 páginas frente a las 59 del germano, difícilmente se podrá entender la importancia paritaria de ambos compositores en el desarrollo del género lírico durante el siglo XIX ni su presencia en la discografía, más allá de la disparidad de títulos. Sin duda contribuye también el estilo más conciso de Pérez Adrián frente al prolijo de Fraga.
En definitiva, se trata de una obra de consulta cuya principal virtud reside en el panorama completo que se ofrece de las grabaciones en DVD, particularmente de Verdi, comentadas con un lenguaje asequible sin renunciar a la terminología propia de la valoración del género lírico. Dentro de la eterna pregunta “¿Quién enjuicia al crítico?” cabe señalar que los comentarios emitidos son equilibrados, respaldados y consensuados por las valoraciones de la crítica internacional, sin grandes filias o fobias, como las que presentan los dos críticos italianos anteriormente citados.
Este libro ha sido enviado para reseña por Alianza Editorial
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