Una acertada selección de composiciones de los autores arriba citados, fue la que, bajo la dirección de su titular, Antoni Ros Marbá, ofreció en la velada del pasado jueves, 13 de diciembre la Real Filarmonía de Galicia, con un lleno que alcanzó las tres cuartas partes de la sala y entre el que abundó un público extraño al habitual. Aunque estas cosas parece que se notan ya nada más entrar a la sala, las sospechas se vieron confirmadas en el momento en que, concluido el Allegro affetuoso inicial del Concierto de Schumann, parte del sector derecho del patio de butacas, irrumpió en aplausos. Ciertamente esto es una nimiedad sin importancia, pero es que no acabamos de conseguir habituar a los no habituales a los modos habituales de los conciertos. Y mira que llevamos años en la labor.Permítanseme, sin ánimo de paternalismos, dar dos…
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