España - Cantabria
Festival de SantanderDivertido potaje musical
José Amador Morales
Dentro de su sección “Marcos históricos”, el Festival Internacional de Santander nos invitaba en esta ocasión a acercarnos a los Jardines del Marqués de Albaicín, en la localidad costera de Noja, para disfrutar de una velada musical desenfadada y desde luego no apta para puristas y amantes del rigor historicista.
Aquí, el todoterreno Andreas Prittwitz sugería al público asistente a dejarse llevar, según él, por los a priori poco casables universos barroco y flamenco. Y como suele suceder casi siempre en estos casos, los momentos más logrados vinieron de la mano de las folías, jácaras y fandangos – particularmente de Sanz y Soler – cuyo intrínseco carácter improvisatorio (casi hipnótico en el caso de las folías) va como anillo al dedo a este tipo de conciertos-fiestas, dicho sea en el mejor sentido de la expresión. De hecho, el público respondió especialmente entusiasmado ante el alarde de los solistas en estas obras.
Por lo demás, para gustos los colores como reza el dicho popular: aunar guitarra flamenca con vihuela o laúd ambos más que sutilmente amplificados, cantar Monteverdi mano a mano entre contratenor y cantaora, emplear saxo o un convencional contrabajo en famosas obras del repertorio barroco, o entonar el Lamento de Dido por soleares encontrará sus adeptos y sus detractores estilísticamente hablando. En todo caso, los asistentes disfrutaron y hasta se divirtieron con la indudable capacidad musical de los artistas señalados.
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