La puesta de Lucia di Lamermoor de Katie Mitchell estrenada en el 2016 ha sido pasteurizada para una primera reposición donde se ahorran algunas banalidades pero se dejan otras. Por ejemplo: A Lucia le son ahorradas las dificultades de follar en el cementerio a caballo de Edgardo durante “Verranno a te sull'aure.” Pero al no follar sale menos claro que Lucia está embarazada, aún cuando cualquier disgusto la hace ir al baño para vomitar sobre el inodoro. Tal vez hubiera sido más coherente suprimir el embarazo, evitando así el pueril grand guiñol que muestra a la loca en un baño de sangre haciéndose un aborto después de haber matado a su marido. Y sigue siendo pueril y distractiva la idea de dividir en dos al escenario para mostrar en una mitad lo que pasa en paralelo y con gestos de cine mudo, mientras en la otra los solistas tratan como…
Comentarios