Geométricamente hablando, el concierto del Mbira-duo no fue exactamente redondo, sino más bien ondulado. Pero desde el punto de vista del público, salió 'redondo'. Un espacio al aire libre junto al mar, casi pegado al faro de Suances, con una noche algo fría y sobre todo muy ventosa, que tras la ola de calor de los días anteriores era una gloria. Y más gloria aún el programa del Mbira-duo, perfectamente calculado e incluso coreografiado, que complació tanto a los que estábamos allí por la música, como a los veraneantes que se acercaron al concierto e incluso a los niños asistentes, que son un público especialmente difícil y estuvieron encandilados a juzgar por el silencio y la quietud que mantuvieron.
Asventuras de Alexej Gerassimez (Essen, Alemania, 1987) es una obra de 2011 totalmente fascinante. A partir de un instrumento aparentemente…
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