España - Galicia
Ferrol no Camiño 2021Poco público para un gran pianista
Maruxa Baliñas
Ya no es habitual encontrarse con un programa de piano como este. Todas las piezas de virtuosismo y de creciente exigencia. Como 'entrante del menú' dos Estudios de ejecución trascendente, y dos platos fuertes a cual más 'pesado': las exigentes Reminiscencias de Norma y la contundente Sonata en si menor. En estas circunstancias, casi se agradeció que no hubiera postre, o sea 'propinas', aunque personalmente hubiera seguido escuchando a Daniel Rivera todo el tiempo que nos hubiera regalado.
Por seguir el recital cronológicamente, el Estudio trascendental nº 9 'Remenbranzas' sonó impecable técnicamente pero poco sutil desde un punto de vista expresivo, mostrando ya dos de las principales ventajas del pianismo de Rivera: una técnica impecable y una enorme seguridad, junto a un uso del pedal muy efectivo que le permite lucir un sonido nítido en todo momento y mostrar una variedad dinámica que objetivamente no es tan amplia como aparenta. Este dominio del sonido en su aspecto técnico le da una gran libertad a la hora de afrontar las obras, aunque en esta primera obra del programa no le sacó demasiado partido. El segundo de los Estudios, el nº 12 'Tormenta de nieve', resultó mucho mejor: mayor variedad dinámica, sonido aún más claro y diferenciado entre ambas manos, expresividad melódica bien planteada y en general una versión mucho más interesante.
Las Reminiscencias de Norma se presentaron como una obra conjunta de Bellini y Liszt, aunque como es habitual en este tipo de piezas, tiene más de Liszt que del propio compositor original (sea Bellini o Verdi). Aunque este género de las reminiscencias o fantasías sobre temas operísticos suelen ser obras con más lucimiento que narratividad, Liszt las cuidaba mucho y a menudo transformaba incluso su sentido original para hacerles contar algo distinto [asistí hace años en un congreso en Bolonia a una conferencia muy interesante sobre cómo Liszt transforma el cuarteto de Rigoletto de modo que el Duque es mucho menos machista y mejor seductor, y la historia cambia radicalmente]. Rivera presentó una versión lisztiana, muy pianística, donde apenas se escuchaba la ópera, y donde predominaba la coherencia interna de una gran obra de concierto y no la sucesión de temas de una fantasía de salón.
Sólo por estas Reminiscencias de Norma ya hubiera merecido la pena el desplazamiento a Ferrol, pero a continuación Rivera hizo una versión sumamente atractiva de la Sonata en si menor de Liszt, una obra de la que abundan las grandes versiones y donde no es fácil destacarse. El sonido de Rivera no es muy grande, y acaso para esta Sonata se quedaba un poco escaso, pero como en los Estudios trascendentales lo compensó con el inteligente uso del pedal que parecía aumentar la variedad dinámica. No fueron sin embargo las partes 'de bravura' las que individualizaron su versión sino aquellas más melódicas y suaves con las que supo crear no sólo contraste sino auténtica emoción y lirismo. Pocas veces había escuchado esta Sonata así y fue un auténtico placer disfrutar del pleno romanticismo de Liszt sin renunciar por ello a su veta virtuosa y exhibicionista. Rivera no fue blando, pero no tuvo miedo al silencio, al lirismo, a dejar respirar a la música -y a nosotros- para a continuación volver con naturalidad y sin complejos al virtuosismo y al lucimiento.
El principal problema de esta obra estuvo en la calidad del instrumento: el Teatro Jofre de Ferrol tiene un Yamaha de calidad media y si en las Reminiscencias de Norma ya hubo algún fallo en la afinación de un par de notas en los graves, en la Sonata creo que incluso llegó a estropearse el entorchado de alguna cuerda grave produciendose una desagradable vibración. Un detalle pequeño aunque molesto y que supongo que restaba seguridad a Rivera, quien tocaba de memoria y por tanto dependía totalmente del sonido que recibía para no perderse.
Los festivales no son para los amigos
Pero si al recital de Rivera pocas objeciones se le pueden hacer, otra cuestión es la parte organizativa del festival. Es una lástima, pero sobre todo una irresponsabilidad, organizar un concierto como este (y algunos de los que le seguirán en este festival previsiblemente van a tener también un alto nivel) y hacerlo de un modo tal que el público ferrolano no asista y el de fuera de Ferrol simplemente no tenga la posibilidad. Las entradas son gratuítas pero deben ser recogidas personalmente en la taquilla del Teatro Jofre de Ferrol, cosa que no se indicó hasta la víspera o el propio día del concierto, así que aquellas personas interesadas que habían tenido noticia casual de este primer Festival Internacional de Música Clásica 'Ferrol no Camiño' se vieron abocadas a escribir y llamar inútilmente a teléfonos diversos sin que nadie pudiera indicarles el modo de adquirir las entradas. Y cuando por fin el propio día del concierto se supo que eran gratuitas (la nota de prensa que informaba sobre el modo de 'comprar' las entradas llegó a los periódicos apenas 25 horas antes del comienzo del festival) nadie se arriesgó a viajar sin saber si era posible conseguir una entrada.
Daniel Rivera tuvo un público de 24 personas, que podía ascender a 30 contando con gente diversa que no estaba en el patio de butacas por lo que no sé si eran de la organización, personal del teatro o estaban realmente asistiendo al concierto. Porque a pesar de los avisos sobre la necesidad de permanecer en los asientos debido a las normas sanitarias, hubo gente entrando y saliendo no sólo en los palcos, donde no molestaban, sino también en el patio de butacas.
Espero que en conciertos posteriores este problema de la falta de público se solucione porque los ferrolanos se enteren de que es posible asistir (y tengan tiempo de ir a recoger las entradas en el reducido horario de taquilla del teatro, poco compatible con horarios de trabajo, responsabilidades, y demás minucias semejantes), pero lo que resulta evidente es que nadie que no tenga un amigo en Ferrol que le consiga entradas va a poder asistir y que los festivales, especialmente cuando se les da el pomposo nombre de 'Internacionales' no se hacen para los amigos y los amigos de los amigos. Y que el Ayuntamiento de Ferrol, la Xunta de Galicia, y el Xacobeo 2021, que aportan el dinero para el Festival, y la Asociación de Música Clásica de Galicia, que son aparentemente los organizadores (no crean que es tan sencillo averiguar estos datos que deberían ser totalmente públicos) deben replantearse cómo están gastando un dinero que no les pertenece, sino que simplemente administran.
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