España - Galicia

Bellezas crepusculares

Xoán M. Carreira
lunes, 17 de junio de 2024
Juan Carlos Garvayo  © 2024 by Manu Vidal / JONDE Juan Carlos Garvayo © 2024 by Manu Vidal / JONDE
A Coruña, domingo, 9 de junio de 2024. Museo de Belas Artes. Toshio Hosokawa, Trío. María José Arenas, El Aljibe (estreno). Salvatore Sciarrino, Il Silenzio degli Oracoli. Gérard Grisey, Talea. Joan Enric Lluna, clarinete. Trío Arbós. Joven Orquesta Nacional de España (JONDE). Festival Resis 2024
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El 'Proyecto Cámara' del Encuentro JONDE 2024 repitió en A Coruña el tercero de sus programas en un concierto matinal celebrado en el Museo de Belas Artes de A Coruña, una sala no diseñada para música pero que acoge con relativa frecuencia programas en los que el piano es protagonista. Juan Carlos Garvayo, coordinador del proyecto de la JONDE, diseñó en esta ocasión un programa con dos obras contemporáneas crepusculares y otras dos de música actual, una de ellas, El Aljibe de María José Arenas, estreno absoluto. 

El programa pivotó en torno a Il Silenzio degli Oracoli (1989), un quinteto de vientos de Salvatore Sciarrino (Palermo, 1947) interpretado por cuatro alumnos de la JONDE quienes lo trabajaron con Joan Enric Lluna, el cual en el concierto tocó el clarinete y dirigió la interpretación. Il Silenzio degli Oracoli, como cualquier otra obra de Sciarrino, posee una admirable factura cuyo discurso fluye de modo tan natural que a veces semeja espontáneo y capta la atención del oyente desde la primera nota. Uno de sus atractivos principales es que Sciarrino homenajea los estilemas identitarios del repertorio para quinteto de vientos del neoclasicismo francés de entreguerras, sin renunciar a sus propios procedimientos instrumentales y a su potente retórica. 

Lluna y los cuatro alumnos de la JONDE ofrecieron una ejecución clara, precisa y atenta a los mínimos detalles: acertaron en sus ajustes a la acústica de la sala, que tenía al descubierto todo un muro de cristal, y regalaron al público una interpretación ajustada al trasfondo nostálgico de esta hermosa obra. 

No menos admirable es la factura y acabado de Talea (1986) de Gérard Grisey (Belfort, Francia, 1946 - París, 1998), una suerte de elegante díptico que contiene dos paisajes sonoros que son espléndidas antologías de la compleja y refinada gramática musical que Grisey elaboró en su búsqueda de la utopía de una música que fuera sólo música. Grisey aspiraba a que en la música perviviesen aspiraciones y sueños a los que las artes plásticas ya habían renunciado, especialmente el expresionismo abstracto. 

Garvayo ama y conoce profundamente esta obra que ensayó minuciosamente con los alumnos consiguiendo una interpretación ajustada a la idiosincrasia personal de Grisey y poniendo en evidencia la belleza de su poética que -casi cuarenta años después de la composición de Talea- resulta un tanto hierática, por más que le garantice su derecho a permanecer a los oídos del público que pasee por la galería de los años 1980 del museo de la historia de la música. 

El concierto se abrió con el Trío (2013) de Toshio Hosokawa (Hiroshima, 1955), un autor firmemente enraizado en la doble tradición de las músicas cultas japonesa y occidental. Como es habitual en los grandes compositores de su edad, Hosokawa tiene un control tan absoluto sobre todos los parámetros musicales que la atención del oyente pasa liviana, considerando natural tan difícil facilidad. Cuando se escucha una obra de Hosokawa carece de importancia el carácter, origen, o edad de sus procedimientos: sólo importa su narración, qué es lo que suena y no cómo lo hizo. A mayores la música de Hosokawa es confortable de escuchar y de tocar, no por su simplicidad sino por su naturalidad. Tres alumnos de la JONDE, tutelados por los miembros del Trío Arbós, dedicatarios del Trío de Hosokawa, realizaron un trabajo exquisito consiguiendo una brillante y lírica interpretación de esta obra

El sexteto El Aljibe (2024, estreno absoluto) de María José Arenas (Isla Cristina, España, 1983) se inspira en un relato homónimo del libro Los peligros de fumar en la cama (2017) de Mariana Enríquez. La propia Arenas afirma que quiso condensar su propio estilo musical con el universo narrativo de Enríquez y para ello diseñó "una conexión interartística que profundiza en las posibilidades técnicas de cada instrumento con la misma hondura que busca en su interior la protagonista del relato". Un proyecto ambicioso con pobres resultados, empeorados al tener que compararse con maestros de la talla de Hosokawa, Sciarrino o Grisey. Arenas es una compositora competente que conoce bien su oficio, pero en El Aljibe exhibe carencias narrativas. La obra carece de agilidad porque Arenas muestra una panoplia de recursos y procedimientos instrumentales que no consigue relacionar en un discurso coherente. La exquisita atención que los alumnos de la JONDE prestaron a la correcta ejecución de estos recursos sólo sirvió para dejar en evidencia las carencias de la obra. 

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