María Bayo, para obsequio a la deidad

0,0001031 Bajo el encabezado de Arias de Zarzuela del Siglo XVIII y dentro del ciclo ‘Allegro – Conciertos de primavera en Castilla y León’ que organiza la Fundación Siglo, la soprano María Bayo brindó un interesante recorrido por el infrecuente repertorio zarzuelístico del dieciocho. Junto a la voz de la Bayo, que se convirtió sin duda alguna en la protagonista de la propuesta, el conjunto instrumental Les Talens Lyriques –especializados en el repertorio del siglo XVIII como apunta su nombre inspirado en el título de una obra de Rameau- apoyó de manera notable el recital, tanto en el acompañamiento a los fragmentos vocales de zarzuelas, como en la interpretación de las Oberturas de algunas de ellas y de la Sinfonía nº 3 de Boccherini. Esta alternancia entre voz y música instrumental logró dar una breve pero sugestiva visión de un género y una época que, en confluencia, resultan tan poco programados que se aproximan al calificativo de desconocidos.María Bayo convenció una vez más con su voz poderosa, transparente, cada vez más esmaltada, y hermanada a una buena dicción de los textos. Desde el ‘Recitativo y Aria de Ifigenia’ de la zarzuela Para obsequio a la deidad de José de Nebra, exhibió su propicia técnica, recreándose en los agudos con firmeza y evidenciando una total solidez en la coloratura. En las Arias de Amor aumenta el valor y Clementina el planteamiento se volcó en una abierta sinceridad expresiva que halló su mayor argumento en un timbre aterciopelado. Más grácil y enérgica se mostraría después la voz en el Aria nº 4 de La Briseida para desplegar más adelante un enfoque extravertido y luminoso en la ‘Seguidilla de Violante’, de la obra La madrileña o el tutor burlado, donde se agudizaría el recurso teatral y, junto a él, una Bayo más pícara y seductora, si bien en ocasiones un tanto exagerada en su gesticulación. El recital se extendió fuera de programa con dos obras más del mismo repertorio, un nuevo fragmento de Para obsequio a la deidad de José de Nebra y Deidad de las venganzas de Rodríguez de Hita. Con todo, y a la par que el título de una de las zarzuelas en el programa, el concierto resultó sin discusión un obsequio a la deidad y, por supuesto, al satisfecho público asistente.