DVD - Reseñas
Experimentos sin gaseosa
Raúl González Arévalo
El anuncio en 2005 de la representación en el Festival de Martina Franca de una nueva versión (la de La Scala de 1830) de I Capuleti e i Montecchi de Bellini produjo no poca curiosidad, más allá de la lógica expectativa que levantaba la vuelta de Patrizia Ciofi a la que fue su lanzadera profesional y discográfica. Fiel a la cita anual, Dynamic ofrece ahora en doble soporte de CD y DVD el resultado de las funciones. Sin embargo, y antes de ver la grabación en sí misma, creo necesario un pequeño comentario sobre la versión escogida.
La versión de La Scala de 1830 y la versión de Martina Franca de 2006
No creo que sea función de la crítica narrar las vicisitudes que dan origen a las obras comentadas (a menos que sean absolutamente desconocidas); más bien diría que es la obligación de las notas al programa o de acompañamiento de un disco o dvd. Por tanto, no comenzaré por el principio y daré por supuesto que el lector sabe que entre las fuentes empleadas para el libreto no se encuentra Shakespeare sino Della Corte, Da Porto y Bandello; y tampoco me dentendré a hablar del fracaso en Parma de la anterior Zaira (1829) y del reciclaje de su música por cuestiones de tiempo para estos Capuletos y Montescos estrenados en marzo de 1830 en Venecia. Es una información que encuentran en las suficientemente detalladas notas (en italiano, inglés, alemán y francés) de Danilo Prefumo en el interior de cualquiera de los dos soportes.
Lo que también debería haber hecho el autor de las notas -y no hace- es explicar en qué consiste la citada versión de la Scala, estrenada en Milán ocho meses después, en diciembre de 1830. Tampoco lo hace en la introducción del CD -ausente del DVD- Sergio Segalini, que se limita a hacer un recorrido por la historia del Festival que dirige, recordando cómo alterna primicias absolutas con versiones alternativas.
La elección de estos Capuleti habría sido un homenaje a Rodolfo Celletti, creador y director del Festival hasta 1993 y recientemente desaparecido: habiendo ofrecido en 1977 unas de las primeras representaciones de Norma con dos sopranos, se habría querido emular la operación con estos Capuletos, también gracias a la disponibilidad de Patrizia Ciofi, como él mismo declara.
Sin embargo, un análisis pormenorizado de la versión y de la grabación hace insostenibles las afirmaciones anteriores. Para más detalle el libro de Friedrich Lippmann, Vincenzo Bellini (coautor para la bibliografía M. R. Adamo, Turín 1981, ERI/ Edizioni RAI), puede resultar de gran utilidad. Sin entrar en pormenores, y siguiendo al reconocido especialista en Bellini, me limitaré a poner de relieve algunas contradicciones evidentes que, como poco, despiertan algunas perplejidades:
– ‘Romeo’ fue cantado en ambas ocasiones por la mezzosoprano Giuditta Grisi; el papel de ‘Giulietta’, encarnado en Venecia por la soprano Rosalbina Carradori, lo asumió en Milán la mezzosoprano Amalia Schütz Oldosi: estamos por tanto ante una versión para dos mezzosopranos y la grabación, con dos sopranos, no puede remitirse a las representaciones de la Scala. Es más, ignoro qué fuente avala esta decisión.
– ‘Lorenzo’ en un primer momento fue barítono y posteriormente tenor. Según Lippmann, en la Scala lo interpretó una voz grave, mientras que el presente registro, curiosamente, ofrece un tenor.
– La escena que más incertudumbres despierta en esta grabación es la que abre el segundo acto: la primera parte del aria de ‘Giulietta’ (“Morte io non temo”) fue transportada a una tonalidad más grave, lo que no explica por qué en Martina Franca se realiza la misma operación con la cabaletta. Además, siempre en esta escena, el breve diálogo con ‘Lorenzo’ fue eliminado en Milán, mientras que se mantiene en esta ocasión. Por el contrario, sí están presentes los quince compases agregados entre el aria y la cabaletta (“Morir dovessi ancora”), que en su día grabó por primera vez Beverly Sills (EMI 1976). Por último, siempre según Lippmann, a la cabaletta que cierra la escena (“Ah! non poss’io partire”) en la Scala se le privó de la repetición; sin embargo, aquí la encontramos (¿para satisfacer a la soprano?), fuertemente variada.
Evidentemente, lo mismo da tener una ‘Giulietta’ soprano que mezzo (no digamos ya un ‘Lorenzo’ barítono o tenor), al fin y al cabo era parte de la praxis de la época adaptar los papeles al reparto disponible. Desde este punto de vista sí se podría explicar la presencia en esta ocasión de una soprano en un papel siempre cantado por una mezzo, lo que no deja de tener interés: es más, sin entrar en cuestiones estilísticas y sin ánimo de polémica, recordemos que Abbado en 1966 quiso un ‘Romeo’ tenor, Aragall. Lo que no vale es dar gato por liebre: una operación musicológica rigurosa es otra cosa, lo que no hace menos disfrutable este producto. Pero que el lector sepa lo que tiene entre manos.
La versión audio
Una vez aclarado el asunto de la versión seguida (y queda claro que, al final, no son tantas las diferencias), es hora de entrar en materia: la honesta propuesta de Dynamic tiene su punto de fuerza principal en la presencia de Patrizia Ciofi, que debutaba el papel. La tesitura del personaje sin duda le conviene más que la de otros donizettianos que ponen al límite la voz y la técnica, permitiendo una composición más conseguida por tanto. La identificación con el estilo belliniano es total, el legato brilla en “O quante volte” y el fraseo sensible da una especial relevancia dramática a esta ‘Giulietta’ más mujer que niña. Una gran creación en definitiva que nada tiene que envidiar a otras prestaciones discográficas.
A su lado Clara Polito compone un ‘Romeo’ más que solvente. Se le podría pedir mayor precisión en las agilidades (en particular en las complicadas variaciones de 'La tremenda ultrice spada'), pero los agudos y la emisión son limpios, salvo algún grave forzado (no en vano sigue siendo una soprano cantando a tono un papel de mezzo). He podido leer que se aleja del modelo rossiniano de héroe en travesti para componer un enamorado más delicado. No estoy de acuerdo: en mi opinión retrata un joven decidido, violento cuando la ocasión lo requiere, y sólo le aleja de los héroes contraltiles el timbre sopranil, demasiado cercano al de la Ciofi para obtener el esperado contraste en los dúos. En todo caso habrá que estar atentos a prestaciones futuras.
Danilo Formaggia es un buen ‘Tebaldo’, convincente en su parte, sólo afeada por un sobreagudo ingrato. El bajo Federico Sacchi es el contrapunto perfecto como ‘Capellio’, de inusitada autoridad. Inesperado también por el retrato juvenil -pero no desacertado- el eficaz ‘Lorenzo’ del tenor Nicola Amodio.
El coro de Bratislava (¿coro de cámara de Bratislava? ¿coro eslovaco de Bratislava? Figuran denominaciones distintas en el DVD y el CD) cumple sin grandes alardes -hay momentos más destacados que otros-; mejor la Orchestra Intenazionale d’Italia, los dos conjuntos habituales del Festival. Al frente de todos la batuta de Luciano Acocella, con tiempos adecuados, que permiten la expansión de la interminable melodía belliniana sin renunciar al toque marcial de los enfrentamientos.
El sonido resulta un punto más distante en el CD que en el DVD, y ambos presentan puntuales desequilibrios fruto del movimiento de los cantantes en el escenario, además de los consiguientes ruidos de la función y los aplausos. Son inconvenientes puntuales que el oyente interesado sabrá disculpar. El libreto está en el italiano original y en su traducción al inglés.
La versión video
Queda ya sólo por comentar el DVD, que a la banda sonora del CD añade la imagen. Cierto es que el escenario del Palazzo Ducale, que como todos los escenarios al aire libre no nació con vocación teatral, limita la puesta en escena de un espectáculo lírico. Así que lo mejor que podía hacer Denis Krief era desnudar la escena y recrear ambientes con pocos elementos y juegos de luces (aunque podía haberse ahorrado los tubos de neón). El vestuario nos traslada de la Verona renacentista a una época indeterminada del período de entreguerras o de la postguerra (¿años 20-40 del siglo XX?) en el Mezzogiorno italiano, un mundo más visceral y atrasado que explica los conflictos sociales. Una transposición que no molesta ni dificulta la narración del drama, clara en todo momento.
La imagen, buena, muestra un ‘flu’ cinematográfico inesperado en una toma en directo. El montaje es variado dentro de las limitaciones de la puesta en escena, contrastando planos e incluso ralentizando imágenes. Interesa particularmente porque permite ver de cerca la composición de los personajes, que no se resienten del montaje audio. Además, el espectador contará con subtítulos en italiano, inglés, alemán, francés y español, estando las notas en los cuatro primeros idiomas.
Este DVD ha sido enviado para su recensión por Diverdi
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