Hans van Manen, un gran creador y siempre con nuevas ideas, es el último de la generación que hizo grande el ballet en Europa tras la Segunda Guerra Mundial: Roland Petit y Maurice Béjart estaban entre ellos, al igual que John Cranko y Birgit Cullberg.
Decía Wittgenstein que los límites de su lengua eran los límites de su mundo y añadía que sobre lo que no se puede hablar hay que callar.No es cierto.Donde las palabras se agotan, empieza la inabarcable elocuencia del ballet y de la música.
Se puede decir que el ballet El cascanueces, con música de Piotr Chaikovski, tuvo ya desde un comienzo visos de haber sido engendrado en un mundo de fábula, de príncipes y de palacios de ensueño En diciembre de 1816, exactamente el viernes 6 de diciembre, día de San Nicolás (obispo de Mira, Licia, Imperio Bizantino, en el 310;
El mundialmente afamado fotógrafo alemán Gert Weigelt, quien retrató y siguió con su cámara la evolución de célebres coreógrafos como Pina Bausch, Hans van Manen, Maurice Béjart, Susanne Linke, William Forsythe, Gerhard Bohner y Martin Schläpfer, entre otros, recibió el Deutscher Tanzpreis 2019, dotado con 20.000 euros, por el conjunto de su carrera artística.
Antonio Ruz, en la modalidad de creación, y Olga Pericet, en la de interpretación, han obtenido hoy los Premios Nacionales de Danza correspondientes a 2018.Estos premios, que concede anualmente el Ministerio de Cultura y Deporte, están dotados con 30.
Las galas de ballet son siempre ambivalentes.Es muy difícil justificarlas desde un punto de vista artístico.¿Qué sentido tiene juntar extractos de distintos ballets entre los que no hay ninguna relación y presentárselos al público uno tras otro?
La prensa especializada alemana duda de que el coreógrafo español Nacho Duato (Valencia, 1957) vaya a permanecer por mucho tiempo más al frente del Staatsballett Berlin, la mayor compañía de Alemania, con 88 bailarines, ya que no ha sido capaz hasta ahora de demostrar que pueda llevarla a un merecido nivel de liderazgo en el universo de la danza internacional.
El célebre bailarín ruso Vladimir Malakhov fue ovacionado por el público en las dos últimas funciones que cumplió al frente del Staatsballett Berlin el pasado fin de semana en el escenario de la Staatsoper im Schiller Theater de la capital alemana.
Los premios Benois, creados y otorgados anualmente desde 1992 en el Teatro Bolshoi, brindan homenaje a los bailarines y coreógrafos más destacados alrededor del mundo.Recordamos que en su primera edición el argentino Julio Bocca fue el ganador del Premio Benois 1992 al mejor bailarín.