Cuando los escritores de los países occidentales de Europa se desplazaron por todo el mundo en las décadas anteriores a 1800 viajaron con los ojos y los oídos atentos a las imágenes y los sonidos diferentes.
Richard Taruskin nos ha enseñado que gran parte de la escritura musicológica del siglo XIX se basaba en la creencia de que la historia de la música progresa de acuerdo con una lógica o teleología subyacente.
Es un misterio saber cómo Tullia conseguía trabajar en tantos frentes sin caer en lo que tan frecuentemente suele suceder en tales casos: superficialidad, trabajo descuidado, negligencia en la labor docente o descortesía en las relaciones personales.