Amanda Gorman, la mujer que habla en la primera persona del plural, tiene razón: es necesario sanar.O, más correctamente, cada uno de nosotros debe sanar, porque el "nosotros" que crea es, al fin y al cabo, sólo una construcción.
Más que una entrevista al uso, el texto que aquí reproducimos puede considerarse como la transcripción de una serie de conversaciones prolongadas en el tiempo, más o menos formales, pero siempre fundamentadas.
Gewandhaus.La flauta mágica de Wolfgang A.Mozart con libreto de E.Schikaneder.Estrenada en Viena el 30 de Septiembre de 1791.Director de escena: Ralf Nürnberger.Escenografía: Yadegar Asisi.Reparto: Ainhoa Garmendia (Pamina), Anna-Kristina Kaappola (Reina de la noche), Anna Lissovskaia (Papagena), Stanley Jackson (Tamino), James Moellenhoff (Sarastro), Herman Wallen (Papageno), Martin Petzold (Monóstatos), Hendrikje Wangemann, Kathrin Göring e Inga Lampert (1ª, 2ª y 3ª Damas), Jürgen Kurth (Orador), Thomas Oertel-Gormanns (Sacerdote 1º), Torsten Süring (Sacerdote 2º), Tobias Keil (Armado 1º), Erwin Noack (Armado 2º), Michael Chu (Esclavo 1º), Andreas Hanke (Esclavo 2º), Ivo Spacek (esclavo 3º).
¿Cómo abordar la relación entre cine e inmigración –especialmente la de origen italiano- en Argentina?.Existe una primera dimensión, inmediata: la participación, decisiva, de técnicos, directores, actores -Mario Gallo, Atilio Lipizzi, Federico Valle, Emilia Saleny Ferrari, Leticia Quaranta, Gemma di Güelfo, Alberto Traversa, Emilio Peruzzi, entre otros- en la etapa fundacional del cine de ficción -hacia 1910- en Argentina.