El bandoneón vibra contra el cuerpo y su timbre es inmediatamente agradable: solo se debe apretar una tecla y dejar el fuelle abrirse solo, también es una experiencia física nueva para quien lo descubre, en general el que pone las manos en un bandoneón, siempre vuelve a ponerlas.
Astor Piazzolla y Gustavo Beytelmann se habían conocido a finales del decenio de 1960 en Buenos Aires y volverían a encontrarse en la capital francesa para la legendaria actuación del Octeto Electrónico en el Olympia de París.
Los soliloquios de Louise Jallu ejercen una seducción especial.Escucharla es como si pensara en voz alta.Abarca un arco entre distintos momentos históricos.Reflexiona sobre la realidad, sobre sus amistades, sobre su vena espiritual y combina arrebatos imaginativos para crear y entregarnos su propio mundo.
En Francia, ¡los movimientos feministas están de nuevo en auge!Hubo grandes movimientos feministas después de la Primera Guerra Mundial (las sufragistas en particular), otros movimientos aparecieron después de la Segunda Guerra Mundial (pero todavía estábamos en la Edad Media) y no fue hasta 1968 cuando las mujeres pudieron conseguir un mínimo de autonomía y reparto de poder.
La música urbana de Astor Piazzolla, su increíble capacidad para recrear con imágenes sonoras su palpitante ciudad y sus agobiados habitantes, le dicen mucho a Jallu desde su infancia, cuando escuchaba los vinilos del revolucionario al que el tango signó para que lo modernizara y universalizara de una vez por todas.