Pocas veces se ha escuchado esta partitura sonar con tanta entrega, tan naturalmente verdiana, con su gama de matices inauditos, desde el fortissimo martillado hasta los efectos acariciados.Bajo la dirección de Andrea Sanguineti la Essener Philharmoniker ofrece interpretaciones alternadamente ardientes y brillantes.
Schwab no pretende pronunciar un discurso oscuro ni hacer cosas raras ni erigirse en pedagogo.Yago es el mefistofélico acelerador del engaño y del fuego que incendia todo de forma aterradora.La luz y la niebla hacen estremecer a la platea.