La ciudad, el paisaje, la historia, los orígenes, la familia...caracterizan sutilmente la vida y la obra de Giacomo Puccini.Hay mucha tradición, y eso también significa rutina.Mucho provincianismo, y eso también significa deseo de fama.
As gaitas, a múseca de Moreiras, as parrandas de guitarras e frautas que foron chegando tocaban n-a eira alboradas e muiñeiras formando un feitizador conxunto, un concerto d'armunias estranas, algo ansi com'os murmuxos d'os aires e d'as augas n-as ribeiras e n-os montes d'as nosas aldeas.
Esta puesta en escena la acción se ubica a mediados del siglo pasado en un hotel de Nápoles.No hay atuendos claramente turcos y no se ve el mar, pero es sin dudas Nápoles.Hay guiños al cine en la obertura, con títulos al modo de una comedia italiana de alrededor de 1950, proyección que luego muta en la visión de postales de Nápoles de la misma época.
Pelly revalidó ser sinónimo de elegancia, novedad sin desatinos, e ironía fina que no desdeña algún trazo grueso.Creo que la producción puede tener largo recorrido y se lo merecería.Aquí estamos en el mundo de la fotonovela italiana de los años setenta del pasado siglo, con la que se evade Fiorilla del ‘aburrimiento’ sobre el que versa su aria de salida.
Del 1 de septiembre al 23 de octubre en los Teatros del Canal de Madrid se presenta la muestra 'Canal Baila', con los resultados finales de las residencias artísticas de las compañías en el Centro Coreográfico Canal en los meses pasados.
Durante casi 90 años Piles se ha especializado en la edición y distribución de partituras y materiales pedagógicos y musicológicos.El objetivo de dar visibilidad a las mujeres en el ámbito de la creación se ha reflejado en la colección Sonidos de Mujer en la que se editan obras de guitarra.
Kosky no tiene piedad (correctamente porque no la tienen ni Haendel ni Grimani) y en el momento final se permite una pirueta estremecedora: Agripina consigue lo que desea, pero al precio de la soledad y seguramente la desconfianza y el desprecio de los demás.
Il turco in Italia de Christof Loy es una de esas producciones que se va haciendo hueco por méritos propios cada dos o tres temporadas desde que se alzó el telón en 2007, proveniente eso sí de la Hamburgischen Staatsoper.